¡‘Jack el Destripador’ Ha llegado al reino!


Christina despertó en la residencia de la familia Hope, ubicada en la capital real de Midgar.

Si dormía en el dormitorio o en la mansión dependería de su estado de ánimo ese día. Pero últimamente había estado durmiendo en la mansión.

No era una cuestión de humor. Era por defensa personal.

“Así que ya amaneció…”

Christina levantó la vista al notar que el sol de la mañana se filtraba por los huecos de las cortinas.

Tenía unas leves ojeras. Parecía haber estado absorta recopilando información sobre el caso.

Christina bajó el bolígrafo dejándolo sobre el escritorio y se estiró.

Luego recogió los documentos y suspiró profundamente.

“Será difícil demostrar su culpabilidad…”.

Los documentos resumían la visión general del caso y los testimonios, pero se espera que el crimen de Eliza sea tratado como un accidente y no como un caso criminal.

En una situación en la que estudiantes adolescentes se vieron envueltos en un ataque terrorista que amenazaba sus vidas y experimentaron un gran estrés, perdieron la calma y como resultado se produjo un desafortunado accidente.

Esa parecía ser la historia de fondo.

“Ocultar y Fabricar pruebas es obra del Conde Gete Mono. No sabía que las Trece Espadas de la Noche tuvieran tanta influencia”.

Fabricar y ocultar pruebas era un trabajo sencillo para ellos, y no dudarían en cometer un asesinato si fuera necesario.

De hecho, Christina también sentía una presencia ominosa a su alrededor. Por eso empezó a dormir en la mansión.

“La corrupción sigue creciendo. Mi poder por sí solo no es suficiente. E Incluso si intentará usar el poder de la familia Hope…”

Padre no parecía entusiasmado por involucrarse en este caso. Él dijo, ¿de qué serviría ayudar a la hija de una familia noble humilde?

Todo el mundo hacía la vista gorda ante la corrupción.

El que las Trece Espadas de la Noche pudieran salirse con la suya siempre se debía precisamente a que eran poderosos.

“Mi poder es… insuficiente”.

Autoridad, poder militar, recursos financieros, poder organizativo… Mientras se tenga poder, todo está permitido. Esa es la realidad de este país.

“De qué servirá ayudar a la hija de una humilde familia noble…”

No serviría de nada.

El mundo no cambiaría solo por eso.

Mi padre tiene razón, como noble, podía entender ese aspecto…

Pero eso no me convencía emocionalmente.

La impotencia de no poder condenar a los que cometían atrocidades descaradamente.

Y la decepción conmigo misma por no haber sido capaz siquiera de echar una mano a aquella chica que buscaba ayuda.

Christina no sabía cómo manejar estos sentimientos.

Si tuviera poder, ¿sería capaz de cortar el mal?

Por ejemplo… Sí, como Shadow.

Christina se lo imaginó. Allí estaba él acribillando a las Trece Espadas de la Noche con su poder abrumador. Cortando el mal, salvando a los débiles y protegiendo al país.

Christina entonces se reprendió a sí misma por pensar en aquella tontería.

“…. Debería detenerme”

Sólo la hacía sentirse miserable.

Exhaló con fuerza y relajó sus ojos cansados.

Para cambiar de humor, Christina guardó los documentos relacionados con Eliza y las Trece Espadas de la Noche. Luego sacó otra serie de documentos.

“Shadow… y Shadow Garden…”

Los nuevos documentos que sacó Christina fueron los que investigó sobre Shadow Garden.

“Shadow Garden parece haber iniciado actividades hace más de un año, pero los detalles no están claros. También parece que Shadow fue el líder de la organización por aquel entonces… pero de nuevo, los detalles no están claros. Hay demasiados misterios en todo esto”.

Ella hojeó los documentos

Había numerosos carteles de “se busca” y artículos pegados a modo de álbum de recortes.

“No hay suficiente información de la parte norte del reino. Aunque las hazañas de Shadow también se han confirmado allí. Todavía hay pocos retratos de él, y la calidad suele ser mala”.

Aunque refunfuñaba sus quejas, el semblante de Christina pareció mejorar al ver los documentos.

“A sus espaldas carga con una gran misión y propósito. Para cumplirlo, recorre el camino empapado de sangre y vísceras al punto en que ya no puede permanecer en el mundo de la luz… Pero, aun así, a diferencia de mí, ellos si han sido capaces de destruir el mal”.

Y volvió a reprenderse a sí misma.

De repente llamaron a la puerta de la habitación.

“Adelante”.

Un hombre de mediana edad entró en la habitación.

Christina, demostrando todo su potencial como espadachín mágica empujó rápidamente todos los documentos hacia el cajón a una velocidad abrumadora.

“Padre… Buenos días.”

” ¿No has dormido suficiente, Christina?”

“No, sólo pensaba en algunas cosas. ¿Necesita algo, padre?”

“Ya deberías saberlo, pero no hagas nada que enfade a las Trece Espadas de la Noche. Si te opones a ellos, ocurrirán cosas problemáticas”.

“…Esta bien, lo entiendo”.

Christina asintió ligeramente sin mucho más. Era la menor resistencia que podía mostrar.

“Las cosas se complicarán a partir de ahora. Si actúas precipitadamente, quién sabe lo que podría pasarle a la familia Hope”.

“Padre, ¿qué quieres decir con que las cosas ‘se complicarán’?”

“Oh, no te lo dije ¿Cierto?” Padre suspiró profundamente y luego habló, “Gete Mono ha muerto”.

“¿Qué…?”

“Todos los nobles están alborotados. He oído que las Trece Espadas de la Noche están furiosos. La capital se volverá un caos”.

Después de despedir a su padre, Christina se cambió rápidamente de ropa y se dirigió a la escena del crimen.

Alexia caminaba por el pasillo de la mansión de Mono.

“Hay huellas con sangre aquí también…”

Pisadas oscuras y rojizas continuaban sobre la alfombra.

“Princesa Alexia, por favor no toque nada. Todavía sigue siendo evidencia…”

“Eso ya lo sé”.

Alexia fulminó con la mirada al caballero supervisor.

“¡Princesa Alexia!”

Alexia se dio la vuelta al oír la voz que la llamaba.

“Christina.”

Era Christina, a quien había conocido en el incidente terrorista anterior.

“He oído que el Conde Gete Mono ha muerto… ¿Qué ha pasado?” preguntó, mientras recuperaba el aliento.

“Parece que fue asesinado por alguien. Los caballeros están examinando la escena del crimen ahora”.

“Ya veo…”

“Todavía no puedo entrar en la escena del crimen, así que estoy mirando por el pasillo”.

“¿El pasillo?”

“Sí. ¿No te parecen extrañas estas pisadas?”.

Alexia señaló las pisadas ensangrentadas que continuaban por el pasillo.

“Claramente son pisadas muy evidentes”

“No sólo eso, aún más extraño es que el culpable no tiene ninguna prisa. Incluso después de matar a tantos, camina con normalidad”.

Alexia empezó a caminar con el mismo paso que las huellas ensangrentadas.

“Incluso parece que camina despacio”.

“Es extraño, ¿verdad? Normalmente, querría escapar rápidamente. No puede estar en sus cabales”.

“¿Tal vez confiaba en que no lo atraparían?”

“…Esa no es una mala suposición.”

“¿Qué quieres decir?”

“El Conde Gete Mono pudo haber sido silenciado por las [Trece Espadas de la Noche]”.

“¡Pero como puede ser…!”

“Porque destacó demasiado en este caso talvez. Siendo así no sería sorprendente que se deshicieran de él”.

“Pero por qué precisamente ahora…”

“Eso es lo desconcertante…”

Cuando nuestros pensamientos se atascaron, el caballero supervisor detuvo a Alexia.

“Princesa Alexia, ya tiene permiso para entrar en escena”.

“¿Vamos?”

“Sí.”

Alexia y los demás fueron guiados por la persona a cargo de los caballeros.

“Soy Gray, la persona a cargo de esta escena, soy el Jefe de la División de Investigación de los Caballeros. Por favor, tengan cuidado de no tocar los cuerpos ni mover nada”.

“Ya lo sé.”

“Volveré al trabajo. Avíseme si necesitas algo”.

“Entendido.”

Al entrar en la habitación, lo primero que notaron fue el fuerte olor a hierro que impregnaba la habitación.

Era natural.

Múltiples cuerpos fueron dejados frente a la puerta, y más adentro, el Conde Gete Mono yacía de espaldas con sangre fluyendo de su cabeza.

“La causa de la muerte fue un solo golpe en el entrecejo. Pero el arma homicida es inusual…” dijo Alexia mientras se ponía en cuclillas junto al cadáver.

Los caballeros seguían trabajando afanosamente a su alrededor.

Christina, quien había quedado shock por la escena frente a ella, permaneció estática como una estatua en la entrada de la sala.

“Christina, ¿qué pasa? Puedes entrar”.

“¿Eh? Ah, sí”.

Christina, saliendo de su asombro, se apresuró a entrar al interior de la sala.

“Si te encuentras mal, deberías irte a casa”.

“No, estoy bien. Lo que está clavado en la cabeza del cuerpo es… un naipe, ¿cierto? Tiene un diseño inusual.” Dijo Christina, mientras ladeaba su cabeza.

“Un naipe de alta calidad fabricado por la compañía Mitsugoshi. Probablemente sea un artículo de edición limitada”.

“Podríamos intentar identificar al comprador, ¿no?”.

“No lo creo. Siendo una empresa del tamaño de Mitsugoshi es probable que artículos de este calibre sean vendidos casi a diario”.

“Así que tomaría algún tiempo en investigarse… Un As de picas, ¿eh?” Murmuró Christina, mientras observaba el cadáver inerte del Conde Gete.

El conde había muerto con los ojos muy abiertos y expresión estupefacta.

Entre las cejas tenía clavado la carta del as de picas.

El esquelético caballero de la ilustración parecía presagiar su muerte.

“¿Por qué tomarse la molestia de utilizar un naipe?… El conde Gete era un excelente estudiante de la Academia de Espadachines Mágicos. Para asesinar con un golpe entre las cejas a un excelente espadachín mágico con sólo un naipe de papel se requiere un poder mágico considerable.”

“La tasa de conducción mágica del papel ordinario es inferior al 10%. Es incomparable al mythril. Para superar la resistencia, también serían necesarias técnicas avanzadas de control del poder mágico. ¿Por qué dar tantas vueltas para hacerlo?”.

“No lo sé. Pero la imagen del culpable puede reducirse un poco. Alguien con una gran cantidad de poder mágico y que tiene la capacidad de lograr un control avanzado de su poder mágico.”

“En ese caso, puede que no sea un simple asesinato. Normalmente, nadie se tomaría la molestia de usar naipes”.

“Cierto, Usarían medios más eficientes”.

“Parece que había alguna intención detrás. Con el naipe y las huellas, hay muchas partes faltantes en este misterio. Tal vez sea algún tipo de código que sólo las personas relacionadas entenderían…”

“Una advertencia, rencor, algún tipo de mensaje… sí, es posible”.

Las dos reflexionaron ante el cadáver durante un rato.

El silencio rápidamente se desmoronó por las voces de los caballeros.

“¿Hubo un testigo ocular? ¿Es eso cierto?” dijo Gray, el jefe encargado de la investigación.

“Sí. Parece que algunos de los sirvientes sólo se desmayaron. Unos pocos que recuperaron la conciencia presenciaron al culpable”.

“¿Y qué aspecto tenía el culpable?”

Alexia y Christina también escucharon la conversación.

“Bueno… aparentemente era un payaso empapado en sangre”.

“¿Qué? ¿Un payaso?”

“Un payaso empapado en sangre apareció de repente ante sus ojos, y al momento siguiente todo se volvió negro como el carbón. Cuando volvieron en sí, era de día. Todos los testigos oculares están dando testimonios similares, así que parece bastante seguro.”

“… ¿No tenía otros rasgos distintivos además de ese?”

“Sí. Llevaba una máscara de payaso. Dijeron que parecía alto, pero puede que sólo fuera por el disfraz”.

“¿Alguna otra información?”

“No… Seguimos investigando por la zona, pero aún no se han encontrado otros testigos presenciales”.

“Sigue preguntando por ahí. Si llevaba un disfraz de payaso, probablemente no debería pasar desapercibido. Sinceramente, menudo bastardo tan loco.” dijo el jefe Gray con un suspiro, mientras se despedía de su subordinado.

“Un disfraz de payaso y naipes como arma homicida. Definitivamente es un caso demasiado desconcertante”.

“Oh, si no es la Princesa Alexia. ¿Sabes que escuchar a escondidas es de mala educación?” reprendió el jefe Gray, mientras fruncía el ceño.

“Jefe Gray, ¿Cuál es su opinión al respecto de este caso? El culpable parece haber dejado algún tipo de mensaje intencionadamente”.

“Princesa Alexia, no hay que darle tantas vueltas. Este es un caso sencillo”.

“¿Sencillo?”

“El culpable es una persona rica que guardaba rencor al Conde Gete. Contrató a un hábil asesino por una gran suma de dinero, pero el tipo resultó ser solo un asesino trastornado. Eso es todo. Los aficionados tienden a complicar demasiado los casos, pero los motivos humanos siempre son simples. Los culpables que dejan mensajes sólo existen en las novelas de Natsume-sensei.  Espera… No me digas, ¿Princesa Alexia usted también es fan de la serie Charlock Holmes[1] de Natsume-sensei?”.

“No, yo solo…”

“Es interesante, ¿verdad? Yo también tengo todos los volúmenes. Pero solo es ficción y por lo tanto es interesante, pero la realidad siempre es…”

“¡No es eso en absoluto! ¡¿Por qué debería gustarme Charlok…?!”

“¿No? Ah, ¿entonces eres parte del grupo de fanáticos del Detective Conyan[2]? Ya sabes, el famoso detective que al final terminó convirtiéndose en un pequeño gatito gracias a las drogas…”

“¡No, te equivocas! ¡¡Sólo me preocupa que pueda haber algo más en este caso!!”

“Ya veo. Entonces no hay necesidad de preocuparse. Como dije antes, la imagen del culpable ya se ha solidificado. Una persona rica que guardaba rencor al Conde Gete… por ejemplo, la joven Christina de allí.” dijo el jefe Gray con una sonrisa confiada.

“¡Por supuesto que no ¡¿Cómo podría ser ese el caso?!”

“Pareces agitada. Sin embargo, no soy la única persona que sospecha de ti”.

“¿Qué quieres decir?”

“También están ‘esas’ personas, como puedes imaginar”.

“Las Trece Espadas de la Noche…”

“Bueno, ahora debería volver al trabajo. Necesito reunir pruebas para atrapar al culpable, después de todo.” Dijo Gray, dándoles la espalda mientras se empezaba a retirarse, sin embargo, antes de abandonar por completo la escena les dejó una última línea: “Siempre hay una sola verdad… Por favor, lean las obras de Natsume-sensei, son bastante interesantes”.

Riendo a carcajadas, el jefe Gray desapareció de la vista.

“Bueno… Es un hecho innegable que la muerte del Conde Gete Mono beneficiaba de cierta forma a Christina-san.”

“¡Pero yo no fui!”

“Por supuesto que lo sé. Pero así es como se ve a ojos del público. Tienes que tener cuidado.” advirtió Alexia, “Las Trece Espadas tendrán sus ojos puestos en ti.”

“Si tan pudiera ayudarte un poco más… Sin embargo, los miembros de la realeza que intervienen en asuntos judiciales no son muy bien vistos”.

“No, entiendo bien la situación de la Princesa Alexia. Basta con que pueda dar un testimonio favorable”.

“Lo siento.”

“Es cierto que la muerte del Conde Gete es innegablemente ventajosa para mí. Pero también tengo la intención de pensar las cosas cuidadosamente y elaborar una estrategia.”

“Incluso podría ayudar a su caso”.

Christina asintió.

“Princesa Alexia, hay algo que me gustaría que viera”.

“¿De qué se trata?”

Guiada por Christina, Alexia se dirigió al escritorio del conde Gete.

“Hay restos de café derramado sobre el escritorio”.

“Sí. La taza está rota y esparcida. Es normal que el contenido se derrame sobre el escritorio”.

“La forma es el problema. Tiene la forma de un rectángulo hermosamente recortado”.

“¡Ya veo! Algo fue colocado aquí. Quizás eran documentos…”

“El café se derramó encima de los documentos, que luego alguien se llevó. Al mismo tiempo, el café dejó la marca de un rectángulo recortado. Es natural pensar así”.

“Nadie debería haber podido mover nada en la escena del crimen”.

“En ese caso, pudo haber sido el culpable, o quizás fue la orden de caballeros.” dijo Christina en voz baja, mientras el rostro de Alexia se tornaba severo.

“Podría ser peligroso confiar en la orden de caballeros. Ten mucho cuidado, Christina”.

“Sí. Usted también princesa Alexia, cuídese mucho”.

Las dos siguieron contemplando la escena durante un rato y luego se separaron.

Aquella tarde, después de clase.

Christina esperaba a Kanade en el aula de la Academia Midgar para discutir el caso.

Kanade fue la chica que expuso las fechorías de Eliza en el incidente de la niebla blanca. Naturalmente, se había ganado el odio de las Trece Espadas, quienes ahora la miraban con hostilidad.

“Siento haberte hecho esperar, Christina”.

Kanade parecía nerviosa y temerosa.

Todavía quedaban algunos estudiantes en el aula preparándose para salir, pero la posibilidad de que la facción del duque tomara medidas extremas era considerable.

“Kanade, ¿te has enterado del incidente de esta mañana?”.

“Sí, por supuesto. No puedo creer que el Conde Gete Mono acabara así…”

“La situación ha cambiado ahora. Para bien o para mal”.

“Espera, ¿para mal?”

“Sí. Definitivamente serás el objetivo.”

“¡¿Qué…?!”

El rostro de Kanade palideció.

“Hasta ahora, han salido ilesos porque a la facción del duque D’Aquaican le sobraba espacio. Pero con la muerte del Conde Gete, la situación parece haber cambiado.”

“¿Quieres decir… que la situación se ha vuelto desventajosa para ellos?”

“Sí. Ya no pueden mantener las apariencias. Por supuesto, yo también podría ser un objetivo. Así que Kanade, tengo una propuesta…”

Justo cuando Christina estaba a punto de continuar,

“¡Que…! ¡¿Qué es esto?!”

La voz de un patético estudiante masculino resonó en el aula.

“¿Qué sucede?”

Christina llamó al estudiante que había gritado.

Sólo Christina, Kanade y el patético chico que había soltado el miserable grito permanecían en el aula.

“C-Christina-sama…”

El chico de pelo negro se giró asustado.

Llevaba unos documentos en la mano.

“Tú eres el hermano de Claire-sama… Cid Kagenou, ¿verdad?”.

Christina estrujó su memoria para recordar su nombre.

Aunque era alguien bastante corriente, era una figura que solía surgir en varias conversaciones, así que apenas lo recordaba.

“S-Sí. Mire esto. Lo dejaron caer aquí”.

“¿Qué es…?”

Los documentos estaban sucios y manchados.

Había dos tipos de manchas. Manchas negras, y manchas de un color rojizo oscuro.

Un leve olor a café emanaba de las manchas negras, y de las manchas rojizas oscuras… el olor de la sangre.

“¡Estos son…!”

En cuanto tomó los documentos en sus manos, la expresión de Christina se tensó.

Allí se detallaba la secuencia de los hechos que rodearon el incidente de Eliza D’Acuaican, los gastos empleados para encubrirlo y un contenido que daba a entender los intereses y relaciones de las partes implicadas.

Sin duda, se trataba de los documentos que debieron perderse en la escena del crimen del conde Gete.

Christina se apresuró a confirmar que no había nadie más.

“Cid, ¿de dónde has sacado esto?” cuestionó Christina, mientras hablaba con tono de voz baja.

“Um, estaba sobresaliendo de ese estante de allí… pensé que alguien podría haberlo olvidado…”.

Era una estantería que había en el aula, dividida para cada alumno. Cid señalaba la estantería de Christina.

“¡¿En mi estantería…?!”

“Ah, entonces era la estantería de Christina-sama. Siento haberlo cogido sin permiso…”.

“No, me alegro de que te hayas dado cuenta”.

“Tienes razón. Menos mal que no lo olvidé”.

“Cid, ¿has mirado el contenido?”

“¿Eh? Oh, sólo un vistazo rápido…

“Ya veo… así que lo viste”.

La voz de Christina se hizo más baja.

“Um, ¿era algo que no debería haber visto?”

“Sí, el contenido era algo que no deberías haber visto.”

“Como sólo le eché un breve vistazo, es prácticamente lo mismo que no verlo en absoluto. Bueno, me estoy yendo ahora…”

“¡Espera!”

Con un movimiento inesperadamente rápido, Christina agarró a Cid por el pescuezo cuando intentaba marcharse.

“Por desgracia, no puedo dejar que te vayas”.

“¿Huh?… qué tirana”

Cid soltó aquellas palabras con resentimiento.

“Lo digo por tu bien. No quiero que te corten la cabeza mientras duermes”.

“¿Planeas cortarme la cabeza?”

“No te la cortaré. Pero quién sabe quién puede estar mirando. Si se enteran de que has visto esto, sin duda vendrán a cortártela sin falta”.

¿”Vendrán”? La verdad es que no lo entiendo, pero ¿no es también malo dejar documentos como éste en una estantería de clase?”.

“Yo no lo he puesto ahí”.

“¿Eh?”

“No recuerdo haber puesto un documento así en mi estantería”.

“Entonces quién…”

“Alguien que quería que yo viera estos documentos.”

Un profundo malestar se filtró en el aire, inexpresable con palabras.

Alguien había cogido documentos importantes de la escena del crimen y los había entregado específicamente en la estantería de Christina en la academia.

Tal vez esa persona seguía vigilando cerca, incluso en este mismo momento.

Ya esto era un mal presagio, pero con los motivos y la identidad del sujeto aun siendo desconocida, se volvió aún más espeluznante.

“Oh mira, parece que hay algo escrito aquí”.

Cid dijo tal cosa de repente.

“… ¿Algo Escrito? ¿A qué te refieres?”

Desde la posición de Cid, sólo se debería poder ver el reverso de los documentos.

“Hay una mancha de color rojo oscuro en el reverso del documento… si te fijas bien, ¿no crees que parecen letras?”.

“¿De qué hablas…?”

Dando la vuelta a los documentos, efectivamente había letras escritas allí con sangre como él dijo.

La sangre dificultaba la lectura, pero…

“Jack El Destripador. Parece un nombre, Entonces tal vez…”

“¿Tal vez es el nombre de la persona que puso los documentos en el estante de Christina-sama?”

“De verdad, ¿quién diablos eres…? ¿por qué dejarme estos documentos a mí…?” pensó Christina conteniendo la respiración, ensimismada.

“Bueno, supongo que ya es hora de que me vaya a casa.”

“Espera.”

Una vez más, mientras intentaba escapar, Christina lo sujetó del cuello de su camisa.

“Umm, nee-san está inconsciente y estoy preocupado por ella, así que quiero ir a cuidar de ella lo antes posible…”

“Sé lo de tu hermana. Pero por tu seguridad, no puedo dejarte ir a casa”.

“Puedo protegerme a mí mismo así que…”

“Con las notas que tienes, Sería mucho más fácil contar con los pies. Lo digo por tu bien”.

“Incluso aunque digas eso…”.

Christina se dio la vuelta, ignorando a Cid.

“Kanade tampoco puede ir a casa a partir de hoy”.

“¿Eh, yo tampoco?”

Kanade alzó la voz sorprendida.

“Así es. Esto es algo que tenía intención de proponeros desde el principio, pero a partir de hoy, me gustaría que vivieran los dos en una de las alas de la residencia Hope.”

“Eh…”

“¡Hurra! ¡Ahora puedo estar tranquilo!”

Sus reacciones variaron.

“Esto es inevitable cuando se trata de seguridad. La residencia Hope puede proporcionarles suficiente seguridad”.

“Uh…”

“¡Muchas gracias, Christina-sama!”

“Bueno, entonces, vamos a recoger sus pertenencias y nos dirigimos a la residencia, ¿de acuerdo?”

Y así los tres comenzarían a vivir juntos.

Sigo algunas reglas generales a la hora de matar gente.

Una de ellas era evitar matar a gente que me pareciera lamentable en la medida de lo posible.

Y la otra regla era que generalmente estaba bien matar villanos.

“Sí, no había problema alguno.”

Ese era yo confirmando que hoy estaba viviendo de acuerdo a mis reglas.

“Aunque sucedieron algunas cosas inesperadas…”

Como resultado, ahora estoy en el salón de la casa de Christina-sama.

“¿Quieres un poco, Cid? Es café super-premium hecho por Mitsugoshi. Puede que no tengas la oportunidad de beberlo en el resto de tu vida, ¡así que deberías beberte el de toda la vida!”[3].

La pequeña aristócrata humilde, Kanade, dejó atrás la actitud temerosa de la clase y sorbió con valentía su café. Era una chica relativamente guapa, con el pelo y los ojos negros, llevaba un clásico corte de pelo corto.

“Puedes quedarte también con mi parte”.

Gamma siempre me enviaba muchos de estos paquetes, ocasionando que llegara a tener almacenada una cantidad superior a la que podía consumir en un día.

“¿En serio? ¡Eres el mejor, Cid!”.

Al recibir de ella un “el mejor” tan despreocupado, suspiré profundamente mientras me hundía en el sofá.

Nunca esperé quedarme en casa de Christina.

Como buen personaje de fondo que era, me planteé si era una buena idea, pero Kanade, que estaba a punto de vaciar el café de toda una vida, era la esencia misma de una mob, así que no había problema.

“En efecto, no hay problema”.

Parecía que hoy también viviría una vida relajada.

“Cid, ¿puedo tomar un poco de chocolate también?”

“No, el chocolate es un absoluto, no-no.”

“Aww, eres tan tacaño, Cid.”

Rápidamente rescaté mi porción de chocolate de la mano de Kanade.

Eran las trufas de matcha premium recién salidas al mercado. Gamma me había enviado un prototipo el mes pasado. Había oído que las reservas estaban completas con un año de antelación, así que adquirirlas era todo un logro.

Este era el poder de una gran familia noble… No podía evitar envidiarlo.

“El sofá es de la marca de muebles de lujo de Mitsugoshi… La lámpara de araña, la alfombra, la vajilla, todo formaba parte de la línea de lujo de Mitsugoshi…”

¿Hasta qué punto podía llegar el fanatismo por Mitsugoshi? O, mejor dicho, ¿hasta qué punto operaba la empresa Mitsugoshi?

Mientras saboreaba la trufa matcha, llamaron a la puerta de la sala de recepción.

“Adelante”.

Era Christina.

“¡Muchas gracias por su hospitalidad!”.

Con un cambio de actitud abrumador de 180 grados, Kanade se inclinó profundamente.

“Por favor, no hace falta ser tan formal. La habitación está lista, así que te la mostraré”.

Siguiendo a Christina, salí al pasillo.

Era una opulenta mansión que no tenía comparación con la empobrecida familia del barón Kagenou, con hermosas alfombras, decoraciones en paredes y techos, y numerosas obras de arte expuestas en el vestíbulo.

“Diecisiete millones… cincuenta y cuatro millones… noventa millones… doscientos millones…” Kanade, que caminaba a mi lado, estaba murmurando esto en voz baja.

“¿Qué estás haciendo?”

“¿Eh? ¿Me has oído?”

“Sí.”

“Bueno… estaba tratando de estimar cuánto valen las piezas de arte.”

“Hmm”.

Ese jarrón que Kanade dijo que valía 200 millones, lo grabé firmemente en mi memoria.

“Este es el comedor. Comeremos aquí esta noche. Y allí al lado…”

Christina-sama nos mostró la mansión de una manera familiar. Luego, subiendo por la escalera de caracol, se detuvo frente unas puertas dobles. Dos guardias con espadas estaban allí junto a las puertas.

“Esta es la habitación”.

Diciendo eso, abrió las puertas revelando un espacioso dormitorio en el interior.

“¡Wow~! ¡Es como la habitación de una princesa!”

Kanade corrió emocionada hacia la cama.

“Um…”

“Cid, tu cama es la que está más a la izquierda”. Especificó Christina-sama

“Um…”

“Tu cama, Cid, es la del extremo izquierdo. ” dijo Christina señalando una cama posicionada en la parte más alejada de la habitación.

“Oye, ¿por qué hay tres camas?”.

Solté aquella pregunta que había salido de forma natural nada más entrar en la habitación.

“Porque somos tres”.

Christina me contó a mí, a ella y a Kanade con los dedos.

“Ya veo, ciertamente somos tres”.

“Es más eficiente desde el punto de vista de la seguridad si los objetivos de protección están agrupados”.

“Hmmm”. 

Era una razón convincente.

“Aunque estemos en la misma habitación, tu cama está separada de la mía por esa estantería. Eso debería ser suficiente”.

“Las notas de Cid son las más bajas en habilidades prácticas, ¡y yo soy cien veces más fuerte! ¡Si intentas algo raro te golpearé hasta dejarte hecho papilla! Shu ShuShu![4]

Kanade adoptó una actitud engreída, haciendo poses de lucha mientras saltaba sobre la cama.

“Ya lo sé”.

Levanté las manos en señal de rendición y me senté en la cama. Mi equipaje del dormitorio estaba colocado al lado.

En orden desde la ventana seriamos, yo, Christina-sama y finalmente Kanade.

“Justo al lado de la ventana más alejada de la puerta, eh. La posición del primero en morir si pasa algo, es conveniente para un noble de baja categoría como yo.” murmuré en voz baja.

“Es menos probable que te apunten, Cid.”

“Oh, lo siento. No lo decía con mala intención”.

Más bien, me hizo feliz.

“Hay dos guardias en la puerta y tres bajo la ventana. Todos son veteranos expertos que han participado en los torneos del Festival Bushin”.

“Ya veo.”

“Puedes estar tranquilo. Es mucho más seguro que los dormitorios”.

“Si tú lo dices. Pero puedo preguntar, ¿qué pasó esta mañana? Me contaste el panorama general de camino aquí, pero…”

Entonces pregunté.

“Ah, ya veo.”

“Ah, perdona, necesito usar el… baño un segundo.” Interrumpió Kanade con algo de vergüenza. Sin duda se debía a haber bebido mucho café.

“Hay un baño y un retrete en la habitación de al lado.”

“¡De acuerdo!”

Después de observar a Kanade salir corriendo, Christina se volteó en mi dirección y empezó a hablar.

“El Conde Gete Mono fue asesinado por alguien. Probablemente será la comidilla de la academia mañana también.”

“¡¡¡Qué!!! ¿¡Un asesinato!? Qué horror. Y ahora que lo pienso, había un nombre escrito con sangre en esos documentos…”

“Lo más probable es que fuesen los documentos perdidos de la escena del crimen.”

“Eso es… qué horroroso. Escribir con sangre, ¡Qué cosa tan diabólica!”

“El Conde Gete fue asesinado de una manera inusual también. No se trata de un simple asesinato. El criminal se mueve con algún tipo de objetivo en mente.”

“No puedo creer que yo, un estudiante corriente que podrías encontrar en cualquier lugar, esté involucrado en un incidente tan atroz…” dije asustado

“Siento que te hayas visto arrastrado a esto, pero no hay nada que hacer. Tú también podrías ser un objetivo.”

“No creo que pueda dormir bien esta noche, conociendo el hecho de pueda ser el objetivo de asesinato de alguien…”

“Cid, ……”

La señorita Christina acarició mi espalda temblorosa.

Por el hueco de la ventana se filtraba el frío viento nocturno.

Kanade volvió del baño y los tres cenamos tarde.

Fue una comida lujosa con platos basados en un libro de recetas de lujo publicado por la empresa Mitsugoshi. Me sorprendí cuando salieron platos parecidos al sushi de un pescado que parecía salmón. Hacía siglos que no veía sushi.

“¡Los platos eran tan novedosos y deliciosos!”.

Kanade parecía emocionada tras volver a la habitación.

“No te puedes equivocar con los libros de recetas de la compañía Mitsugoshi. Pruébalos también en casa, Kanade”.

“¿¡Eh!? Pero, no puedo permitirme ingredientes caros y esas cosas…”

“También hay libros con ingredientes baratos. Creo que había uno con hamburguesas de atún y cosas así, usando pescado que antes se tiraba…”

Y así la cultura alimenticia de ese mundo empezaba a corromperse

Seguimos charlando en la sala con la energía que tenían los niños en una excursión escolar.

Al cabo de un rato, mientras la chimenea crepitaba, Christina fue apagando una a una las luces de la habitación.

“Supongo que deberíamos dormir pronto. He hablado demasiado de tanto disfrutarlo”.

“Nooo, pero quería hablar más~”

A pesar de sus quejas, Kanade se metió en su futón.

“Buenas noches.”

Seguí a Kanade a mi futón.

“Buenas noches a los dos.”

Justo cuando Christina dijo eso, llamaron a la puerta y entró una criada.

“Christina-sama, el Maestro está solicitando su presencia.”

“…Vosotros dos vayan a dormir. Hablaré con Padre y volveré”.

“Entendido.”

“Zzz…”

Kanade ya estaba dormida.

“Hey Cid…”

Christina me devolvió la mirada desde la puerta con una mirada penetrante.

“¿Hm? ¿Qué ocurre?”

“¿Nos hemos visto antes en algún sitio?”

“En el aula”.

“No, eso no. Sentí como si hubiéramos hablado en algún lugar antes”.

“Hmm, no lo creo.”

“Es solo que la atmósfera a tu alrededor… me hace recordar a alguien… perdón por preguntar de repente algo tan raro”.

Christina sonrió como para quitarse la extraña sensación de encima y salió del dormitorio.

Era tarde por la noche.

Christina estaba en el estudio de su padre.

“Esto es malo”.

Las manos de su padre temblaban mientras miraba los documentos.

“Con esta evidencia, podemos impulsar el juicio a nuestro favor. Podemos condenar a Eliza D’Aquaican”.

“¡Ya lo sé!”

Su padre golpeó el escritorio y gritó con fuerza.

“Pondremos a las Trece Espadas en nuestra contra. ¡Todo esto está sucediendo porque tú te centraste en ayudar a unos nobles humildes…!”

“Padre, las Trece Espadas ya han puesto sus ojos en la casa Hope. Con el asesinato del Conde Gete, nuestra casa es la más beneficiada”.

“¡Y precisamente por eso nos vigilan, porque sigues metiendo las narices en dónde no te llaman! No me digas que fuiste tú quien… ¿El conde Gete…?”.

La mirada de su padre pasó del enfado a una mezcla de miedo hacia Christina.

“¡No! Yo no le puse un dedo encima. Al conde Gete lo mató Jack el Destripador”.

“P-Pero aun así…”

“Padre, ayudemos a Kanade. Usa esta evidencia para condenar a Eliza D’Acuaican. Eso debilitará a las Trece Espadas, y los nobles que se pongan de nuestro lado aumentarán.”

“No, piénsalo al revés. Si enviamos las pruebas a las Trece Espadas de la Noche desde aquí, podríamos convertirnos en sus próximos objetivos…”

“¿Incluso si alguien que conoce el secreto está involucrado?”

“Ugh… No, espera. He oído que has invitado a esa noble humilde.”

“Sí, Kanade se queda con nosotros.”

“Estupendo. ¡Si entregamos a esa persona a las Trece Espadas, debería mostrar nuestra sinceridad…!”

“No te lo permitiré. Si lo haces, aunque seas tu padre, jamás te lo perdonaré.”

“¡¿Me estás desafiando, Christina?! ¡Soy el jefe de la familia Hope!”

Christina fulminó con la mirada a su padre, que había levantado la voz.

Y fue su padre el primero en apartar la mirada.

“Yo me encargaré de este asunto por ahora. Como no conocemos la verdadera identidad de Jack el Destripador, existe la posibilidad de que sea una trampa. También necesitamos verificar las pruebas”.

“¡Padre…!”

“Si el Conde Gete Mono ha sido asesinado, las Trece Espadas de la Noche indudablemente actuarán. Ahora, es posible que las próximas personas en moverse sean el Conde Kuzaya y el Barón Graham”.

“Ambos son luchadores fuertes”.

“Son dos de los miembros más jóvenes de las Trece Espadas de la Noche. Por eso no sabemos lo que podrían hacer. Lo siento, pero aún no quiero morir”.

Dicho esto, su padre se marchó con unos documentos en la mano.

Christina miró el fuego vacilante de la chimenea y suspiró.

“Así que esos son los grandes nobles de este país… todos están podridos de adentro hacia afuera”.

Christina rio como si se hubiera dado por vencida.

“Que risible… Mi padre, una persona que sólo puede valorar el estado de ánimo de las Trece Espadas y yo, una persona sin ningún poder…”.

¿Por qué Jack el Destripador había puesto aquellas pruebas en la estantería de Christina? Ella había llegado a una conjetura.

“Él quiere que los condene. Sin embargo, para lograr eso, necesito pruebas de las fechorías de las Trece Espadas…”

Pero Christina no podía hacer nada.

Para hacer reconocer las pruebas, necesitaba poder, y ella no tenía ninguno. Si una persona sin poder presentaba pruebas, sin importar que tan reales fuesen sólo sería aplastado.

“Si tan sólo tuviera el poder…”

Sería tan satisfactorio erradicar a los parásitos que infestan este país.

De repente, le vino a la mente la cara del Conde Gete Mono. Tenía un naipe clavado en la cabeza y los ojos muy abiertos en una expresión tonta.

“Jeje…”

Christina se rió.

Hasta que Alexia se acercó a ella, Christina había estado ensimismada mientras miraba fijamente su expresión muerta.

Una pequeña carcajada resonó en el estudio aquella noche[5].

El conde Kuzaya y el barón Graham discutían en una habitación secreta poco iluminada.

“Supongo que aún no conocemos al culpable del caso de Gete Mono.” dijo el conde Kuzaya mientras daba caladas a un puro.

“Todos los testimonios de los testigos oculares hablan de un Payaso. Malditos bromistas”.

El barón Graham se quejó, casi como si escupiera esas palabras.

“Es un acto muy bien preparado. Toda la información de los testigos oculares se desvanece a mitad de camino. Incluso con nuestro equipo experto en rastreo mágico, no pudimos seguir sus pasos”.

“Es un trabajo profesional.”

“Sí. Gete Mono había contratado suficiente protección, pero todos ellos fueron asesinados de un solo golpe. Es seguro asumir que la habilidad está al nivel de un Capitán de la Orden de Caballería.”

“Podría ser alguien de la ciudad sin ley. Había una organización de asesinos, ‘Zetsurou (Lobo Absoluto)’ allí, ¿verdad?”

“Si es ‘Zetsurou’, su habilidad debería ser más que suficiente. Pero nunca he oído hablar de un payaso asesino”.

“¿Tal vez es un recién llegado?”

“Quién sabe. Pero, aunque no conozcamos la verdadera identidad del Payaso, podemos adivinar quién les contrató”.

El conde Kuzaya extendió algunos documentos sobre la mesa.

“Hay varios candidatos, pero la familia Hope es especialmente sospechosa. Sin embargo, no hay pruebas”.

“Es una lástima. ¿No hay ninguna prueba?” preguntó Graham, con una sonrisa malvada.

“Simplemente mátalos como de costumbre. Si les los torturas un poco, hablarán de cualquier cosa”.

“No te precipites. ¿Y si nos equivocamos?”

“Huh, solo crea la evidencia. Los muertos no hablan, ¿cierto?”

“El oponente es la familia Hope. Limpiar el desorden después sería una molestia”.

“¿Eh? ¿No hemos estado matando grandes nobles hasta ahora?”

“No lo hemos hecho. Deberías saber que la Facción de Fenrir ha sido destruida”.

“¿La Facción de Fenrir? Ah, claro, son el grupo religioso que apoyaba a las Trece Espadas de la Noche, ¿no?”.

“Así es. Debido al ataque de Shadow Garden contra ellos, se ha vuelto difícil para el culto apoyarnos. Actualmente se está negociando con otra facción. Hasta que eso se resuelva, tenemos que ir con cuidado.”

“Menuda molestia. Es sólo un grupo religioso que ha sido destruido”.

“No sabes nada, ¿verdad? El gran poder y terror que infunde el culto…”

Ante la voz seria de Kuzaya, Graham tragó saliva.

Sin embargo, como para ocultar su agitación, escupió más palabras de queja

“Tch, la muerte de Gete ha complicado las cosas”.

“No te impacientes. Seguiremos vigilando a la familia Hope hasta que recibamos más instrucciones”.

“Aniki[6], Christina es toda una belleza, ¿verdad? Si vamos a matar a la familia Hope, déjame tenerla.”

“Haz lo que quieras. Pero asegúrate de limpiar después”.

“¡Aniki, eres el mejor!”

El barón Graham estalló en una vulgar carcajada.

“Gehaha… gehahahahaha…”

“Oye, baja la voz, Graham.”

“Lo siento, Aniki.”

“…Gehaha… gehahahahaha…”

En la tenue sala subterránea, resonó una risa espeluznante.

El barón Graham ya había perdido la sonrisa. El Conde Kuzaya dejó su puro con expresión severa.

“Eh… Hay alguien aquí”. Dijo el conde Kuzaya con voz grave.

En la poco iluminada habitación secreta sólo estaban ellos dos, el conde Kuzaya y el barón Graham. Sólo un número limitado de personas conocían esta habitación.

“Gheeheeheeheehehe”.

Sin embargo, se escucharon risas provenientes del interior de esta habitación.

Ambos hombres desenvainaron sus espadas, en estado de alerta.

“No nos subestimes. ¡Sal, bastardo!” Ladró Kuzaya.

“Gheehehehe”.

Las risas seguían resonando en la habitación.

Agudizaron el oído para localizar el origen de la voz. No venía de la derecha, ni de la izquierda, ni de delante, ni de detrás. Entonces, ambos levantaron la vista.

En ese momento, algo atravesó el aire.

Un líquido rojo oscuro cayó, creando una mancha sobre la mesa. El fuerte olor a sangre penetró en sus narices.

Miraron al techo.

Justo allí, un payaso empapado en sangre estaba aferrado a él.

“Jejejeje”.

El Payaso los miró y se rió.

“¿Tú?”

“¿¡ Un Payaso!?

Kuzaya y Graham blandieron rápidamente sus espadas por encima de sus cabezas.

Conocidos por sus habilidades de combate, sus movimientos eran pulidos. Sus espadas cortaron al payaso, salpicando sangre en el proceso.

¡Splat!

El payaso empapado de sangre cayó sobre la mesa.

“¡Mátalo!”

Riéndose, Kuzaya y Graham blandieron sus espadas

Con cada movimiento de sus espadas, una gran cantidad de sangre fluía del payaso.

Poco a poco, la risa espasmódica del payaso se desvaneció.

“… ¿Lo Matamos?” preguntó Kuzaya, mirando al payaso que había sido horriblemente cortado.

“¿Este fue el sujeto que mató a Gete? Sólo es un payaso asqueroso. O quizá me he vuelto demasiado fuerte”.

Graham limpió la sangre de su espada, con cara de satisfacción.

“Bueno, yo solía ser muy popular durante el Festival Bushin en aquel entonces. Somos diferentes de los guardaespaldas de Gete. Cometiste un gran error”.

Kuzaya también tenía una sonrisa en la cara. Sentía que había recuperado su antiguo poder.

“Ya, ya, señor payaso. Qué cara está poniendo…”

Graham intentó quitarle la máscara al Payaso mientras reía.

“¡Eh! ¡Graham!”

“¿Qué pasa, Aniki?”

Se dio la vuelta con expresión aburrida.

“E-espera, en tu… cabeza…”

“¿Qué pasa con mi cabeza? “”

“Hay un naipe clavado en la parte de atrás de tu cabeza…”

“¿Eh?”

Graham se tocó apresuradamente la nuca.

Un naipe estaba profundamente incrustado en la parte posterior de su cabeza, lentamente limpió la sangre que fluía por su cuello con asombro.

“Oh, Aniki… ¿Cómo llego este naipe a mi cabeza…”?

Mientras decía eso, se desplomó lentamente hacia delante.

El naipe que tenía en la nuca era el dos de picas.

Mirando al convulso Graham, una presencia se levantó lentamente.

Era el payaso ensangrentado.

“¿Por qué… sigues vivo?”

Kuzaya temblaba visiblemente mientras miraba al payaso, que había sobrevivido a pesar de las evidentes heridas mortales.

Kuzaya empezó a retroceder.

Picha, el Payaso avanzó.

“Espera, ¿cuál es tu objetivo?”.

Picha, Picha, el Payaso continuó su aproximación.

“¿Es por dinero? ¿Quién es tu jefe? ¿Cuánto te han pagado?”

Picha, Picha, Picha.

“¡Espera! ¡Lo duplicaré! Dinero, mujeres, ¡lo que quieras!”

Thud, hubo un ligero impacto en la espalda de Kuzaya.

Había retrocedido hasta una pared sin darse cuenta, retrocediendo hasta el borde de la habitación.

“¡No te acerques más! Soy un Maestro de la Espada con Licencia del estilo Bushin”.

Picha, Picha, Picha, Picha.

“¡Si te acercas a mí, no escaparás fácilmente!”

Con una aguda determinación, Kuzaya blandió su espada.

Este era el rango en el que destacaba.

En la mente de Kuzaya, vio el momento en que la cabeza del payaso volaría.

Sin embargo, la espada cortó el aire.

“Tú… me esquivaste a esa distancia”.

El Payaso sólo había dado medio paso atrás.

Pero sus movimientos desafiaban los principios del cuerpo humano, sobrepasando los límites del tiempo de reacción.

“¿Quién demonios eres…?”

Cuando soltó estas palabras, se oyó un crujido.

“Ah…”

Un naipe fue clavado en la garganta de Kuzaya.

La carta era el tres de picas.

Tosió sangre y blandió su espada.

La espada rozó la nariz del payaso y golpeó el suelo.

“M… Monstruo…”

Kuzaya cayó hacia delante, escupiendo sangre, y finalmente se quedó inmóvil.

Segundos después, el payaso empapado en sangre levantó los dos cuerpos sin vida y desapareció en la oscuridad de la noche.


[1] TLF: Es bastante evidente de quien fue la brillante idea de plagiar esto XD

[2] TLF: 5mentarios… Pinche Cid… Pinche Beta…

[3] TLF: Ah, Kanade si tan solo supieras…

[4] TLF: Esto es bastante fácil de explicar, básicamente es el sonido que hace Kanade al estar haciendo su boxeo de sombra.

[5]

[6] TLF: Como ya algunos sabrán Aniki, es un honorífico japonés que significa ‘hermano mayor’, pero también se usa para referirse a un superior, lo usan mucho los yakuzas y debido al contexto de la conversación creo que esto quedaba mucho mejor que el “Hermano Mayor” que estaba escrito por defecto.



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Categorías: Eminence in Shadow

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