El aroma de los árboles que permanecía
Entre los rayos de luz que se filtraban por la ventana, Alpha ordenaba unos documentos.
Al levantarse y acercarse a la ventana, un gran árbol que estaba en la carretera se alzaba en el exterior, y más allá se extendía el paisaje urbano de la capital.
Era el final del otoño. El árbol del borde de la carretera se estaba tiñendo de rojo brillante, llevándose el aroma de los árboles junto con el viento.
Por aquel entonces, siempre la envolvía el cálido aroma de la madera.
Alpha cerró los ojos, recordando el pasado.
De aquellos días en los que todos vivían juntos. Ese nostálgico aroma de los árboles…
Cuando Shadow Garden estaba formado sólo por Shadow y Alpha, Alpha vivía en el bosque.
Durante el día, siempre estaba sola en la cabaña que había construido.
La cabaña siempre estaba llena del olor a madera. Cortó los árboles y construyó la cabaña desde cero. En aquella época, Alpha aprendió el método de construcción [dos por cuatro].
Al principio sólo podía mirar, pero poco a poco ayudó e hizo ella misma la mayor parte del trabajo de acabado.
Aquella cabaña se construyó con recuerdos de los dos.
Era sencilla y un poco destartalada, pero a Alpha le encantaba aquella cabaña llena del aroma de los árboles.
Él sólo podía ir por la noche. Así que Alpha esperaba la llegada de la noche todos los días.
Durante el día practicaba su magia y su esgrima, recolectaba plantas silvestres y cazaba pequeños animales con trampas.
Por la noche él traía pan y carne y Alpha los cocinaba. Cuando comían juntos, él siempre le contaba muchas historias.
«El vapor tiene el poder de mover enormes trozos de hierro.» dijo él de repente un día mientras comía el estofado que había hecho Alpha.
Alpha se quedó un rato mirando el vapor que salía del guiso; Le costaba creer que un vapor tan débil contuviera un poder tan grande en su interior.
Pero cualquier historia aparentemente absurda que él le había contado hasta entonces resultó ser un hecho: Que el mundo no era plano, sino esférico, que no era el sol el que giraba alrededor del mundo, sino el mundo el que giraba alrededor del sol… Alpha había rechazado inicialmente tales nociones por parecer imposibles, pero al final sus palabras resultaron ser ciertas.
Así que este vapor también debe contener un tremendo poder oculto en su interior.
«Me pregunto cómo extraer tal poder del vapor».
Shadow permaneció en silencio durante un rato, aparentemente reflexionando sobre lo que debía y no debía decir mientras comía con ganas el delicioso estofado de Alpha.
Siempre consideraba cuidadosamente lo que debía decir y lo que no.
«Cuando calientas el agua, se convierte en vapor. Eso es lo que la hace tan poderosa. La pista es… El movimiento de pistones y turbinas, supongo.» Al decir esto, sonrió significativamente.
Nunca lo contaba todo. Sólo daba pistas, como burlándose para hacer pensar a Alpha.
«¡Eso solo no es suficiente para entender!»
Era más difícil que de costumbre. Había planeado empezar inmediatamente a investigar sobre el vapor mañana, pero con sólo esta magra insinuación tardaría demasiado en llegar a la respuesta.
«Con la fuerza del vapor se pueden conducir enormes vehículos y barcos de hierro.» declaró, pero no era una indirecta: era un ejemplo de las aplicaciones de la máquina de vapor.
Si el vapor podía realmente mover vehículos y barcos de hierro, sería una hazaña asombrosa. Y si él decía que era posible, entonces seguramente lo era.
«En otras palabras, merece la pena invertir tanto tiempo en máquinas de vapor… Ya veo…».
Él solo se limitó a sonreír significativamente. Siempre hacía pensar a Alpha.
Así era como le inculcaba conocimientos, entrenándole para pensar y resolver problemas.
Y con eso había mejorado sus habilidades a pasos agigantados, dándole muchos más conocimientos que cuando recibió una educación de superdotada en su país.
La fuerza era un gran poder. Sin embargo, el intelecto era un poder aún más preciado.
Alpha consideraba una niña inteligente. Nadie en su ciudad natal podía igualarla.
Pero, aun así, a la misma edad, él estaba muy por encima de Alpha.
Siempre habría gente que estaría por encima de ella.
Alpha contempló su cara, completamente hipnotizada.
«¿Hm? ¿Qué sucede?»
«…. Nada.»
Compartiendo estofado juntos, luego recibiendo su tutela mágica y de espadachín, despidiéndolo antes del amanecer.
Ella lo despidió hasta que finalmente su figura desapareció.
Era feliz.
Con el cambio de estación, su tiempo a solas había llegado a su fin.
Una chica con el pelo plateado y una hermosa cara, Beta, se unió a ellos.
Beta era tímida, le tenía miedo a él y siempre se escondía detrás de Alpha. Alpha conocía a Beta desde que estaban en el campo, y Beta también conocía a Alpha. No eran exactamente amigas, sólo intercambiaban saludos en reuniones sociales, pero al compartir circunstancias similares, las dos se abrieron rápidamente la una con la otra.
Poco después se unieron Gamma y Delta, y la antes solitaria cabaña se animó considerablemente.
Utilizando las habilidades que aprendieron de él, Alpha y las demás construyeron una ampliación de su cabaña y levantaron un magnífico hogar. Se convirtió en un hogar cálido, lleno del aroma de la madera de los árboles.
Un día, interrumpió las lecciones de Gamma y Delta y reunió a todos.
Delta miraba con suficiencia a Gamma, mientras que Gamma miraba a Delta con expresión hosca. Una visión familiar y habitual.
«¡Delta es más fuerte después de todo!».
«P-Pero yo soy mayor… soy tu superior… ¡Hum!…».
«Gamma sí que es descarada-nanodesu».
«Vamos, para ya…»
Delta empujó a Gamma y se abalanzó sobre ella desde atrás. Esto también era habitual
Aparentemente los perros se abalanzaban encima de los más débiles para establecer su jerarquía.
«Suficiente, ustedes dos, ya basta».
Alpha las separó. Delta obedientemente escuchó a Alpha. Para bien o para mal, era leal a las jerarquías.
Por eso, tener a Gamma, la más débil, por encima de ella la irritaba de sobremanera.
Gamma tampoco podía soportar a una cabeza de músculo como Delta.
Las dos eran como perros y monos.
«El poder no es la única fuerza. El intelecto siempre ha dominado a la humanidad.» dijo una voz, reuniendo a todos.
«¿Jefe…?»
«Shadow-sama…»
Delta y Gamma le miraron. Delta tenía una expresión confusa, mientras que Gamma parecía buscar la salvación en sus palabras.
El aroma de la madera de los árboles era llevado con el viento.
«Déjenme que les enseñe… El poder del conocimiento para multiplicar exponencialmente una sola moneda de oro. El arte de manipular el dinero y dominar la economía mundial…»
Luego habló del maravilloso plan de creación bancaria y crediticia.
«Asombroso…»
Lo que se escapó de la boca de Alpha fue una reacción propia de un niño pequeño. La amplitud del plan, su increíble sabiduría, todo aquello en conjunto hizo temblar a Alpha.
Beta se escondió detrás de Alpha, temblando de miedo ante Shadow.
Delta temblaba por el frío viento nocturno mientras dormía.
Y Gamma temblaba de emoción.
La fuerza volvió a sus ojos una vez tenues.
«Shadow-sama, yo… he encontrado el camino que quiero seguir».
Él simplemente asintió.
A partir de ese día, Gamma cambió. Buscó el conocimiento con avidez y se dedicó a la investigación, sin dejar siquiera tiempo para dormir.
Las oportunidades para que Alpha discutiera con Gamma aumentaron considerablemente, además, Beta se unía a ellas de vez en cuando, juntas trazaron la futura forma de su organización.
Con el tiempo se unieron Epsilon, luego Zeta y por último Eta.
Epsilon era una chica segura de sí misma. Y, como era de esperar, también tenía talento.
«¡Me convertiré en la número uno enseguida!».
Aunque competitiva al principio, se integró rápidamente en el grupo. Y aunque todavía competía con Beta en ‘algunos’ aspectos, esa era una buena relación a su manera. Esa era la opción que ella había decidido.
Zeta era una chica beastkin con un aura algo sombría.
Hablaba poco y se mantenía a cierta distancia de los demás.
Conociendo sus circunstancias, Alpha tomó la mano de Zeta y medió en sus relaciones con las otras niñas. Poco a poco fue abriendo su corazón.
Seguía sin llevarse bien con Delta, pero así eran las cosas con los beastkins, supuestamente. Incluso había momentos en que se percibía al instante un sentimiento de «No me llevaré bien con ella».
Eta fue una niña extraña desde el principio.
A menudo causaba problemas con sus excéntricas acciones, pero a la inversa, sus inventos les habían ayudado en numerosas ocasiones.
Y así mucho antes de que ella se diera cuenta, Con Epsilon cuidando de la desventurada y descuidada Eta, y de alguna manera Beta y Gamma convirtiéndose en sus conejillos de indias, Delta y Zeta jugando a perseguirse, se habían convertido en una familia insustituible.
Eran felices en aquella casa que llevaba aroma de los árboles.
A partir de ese día, Alpha siguió adelante; Tan ocupada que ni siquiera notaba el olor de los árboles.
El sol que brillaba entre la madera de la habitación embellecía el interior.
«Alpha-sama, ya es hora».
Sonó un golpe y Gamma entró en la habitación.
«¿Te acuerdas de aquello? En aquella cabaña con el aroma de los árboles, hablábamos así…»
«¿El aroma de los árboles…?»
Gamma se puso al lado de Alpha y se quedó mirando el gran árbol que había junto a la carretera.
Aspiró el aroma de la naturaleza y la madera de los árboles que arrastraba el viento y entrecerró los ojos.
«Me trae recuerdos…»
«El sueño que imaginamos aquel día está tomando forma… pero aún seguimos a mitad de camino».
«…Sí, así es.»
«Seguiremos recorriendo el camino en el que creemos. No mostraremos piedad a quienes se interpongan en nuestro camino, Entonces… ¿Nos vamos?»
«¡Sí!»
Aunque el tiempo a solas con ella disminuía.
El aroma del bosque de aquellos días siempre permanecería en su corazón.
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