BITÁCORA 1 – Tierra de nadie: Un bosque extravagante, viejos recuerdos y un gran problema entre manos.


Estaba en shock. Fuera de la ventana, las vistas que se reflejaban ante mí eran increíbles.

—Tenía más o menos una idea de que no había aterrizado en un lugar común, pero… No esperaba esto—, murmuré de forma incrédula.

Aun no me lo creía. Sí, era un bosque, pero no como el típico bosque que encontrarías en la tierra, era algo más impresionante e incluso esas simples palabras serían un eufemismo para describir el paisaje que se expandían delante de mí.

Habían “árboles” o por lo menos cosas que aparentaban serlo. Estaban torcidos en formas muy extrañas y diversas, el tronco de cada uno era de un blanco lechoso muy pálido, como una hoja de papel, lo que parecían ser hojas eran de color azul y caían como una cortina hecha de enredaderas, además emitían un ligero brillo verduzco. Un poco más adelante se extendían riscos y montañas descomunales, su tamaño era tal que, aunque ya de por si la ventana de la nave no era lo suficientemente grande como para apreciar todo, sabía instintivamente que incluso si me acercará más intentara mirar lo más arriba posible ni siquiera sería capaz de verlo completamente, además por ellas también se extendían algunas raíces que parecían ir hacia abajo, probablemente de los mismos árboles que estaban cubriendo la mayor parte de la cual fuese la zona en la que había caído, estaba increíblemente embelesado.

No obstante, y como si me sacara de mi aturdimiento un dolor intensó explotó desde el interior de mi cuerpo.

—¡¡AAAAGH!! —chillé.

Mis músculos parecían estar desgarrándose aún más profusamente que la primera vez, mi cabeza daba vueltas, mi corazón empezó a latir de forma increíblemente acelerada, mis cinco sentidos se sentían totalmente obstruidos, mis ojos ya de por sí nublados y desenfocados junto a mi cara empezaron a arder como si se estuvieran asando en un horno a miles de grados Fahrenheit lo que ocasionó que inconscientemente tapara mi cara con las manos, moviera mis pies hacía atrás y tropezara sobre ellos, cayendo sobre mi espalda en el acto.

El golpe solo ocasionó que sintiera mi cabeza recibiera un seco y fuerte impacto. Antes de poder darme cuenta, caí una vez más en la oscuridad de la inconsciencia.

No sabía dónde me encontraba. Todo era oscuro, mi mente estaba nublada. Era un sentimiento de embotamiento que no me permitía pensar con claridad era como si algo valioso hubiera desaparecido en algún lugar de mi cabeza; “¿Quién era?”, “¿Dónde Estaba?”, preguntas como esas se repetían una y otra vez sin fin.

De repente, interrumpiendo aquel ciclo, un ruido blanco, como de una televisión descompuesta empezó a cubrirlo todo y, justo después…

—El sujeto N°2.835: ∎∎∎∎∎∎∎∎∎∎ se encuentra en estado de inconsciencia, además, parece que su mente está siendo corroída por la cepa, sus probabilidades de supervivencia son…¿Menos del 4%?

Una voz plana pronunció estas palabras en un tono antipático, no sabía cómo, pero de alguna manera se sentía familiar.

—Un fracaso entonces…—declaró con tranquilidad—. Supongo que morirá pronto, tendré que ir por el próximo sujeto entonces… de todas formas este parece que no durará más de medio día.

Como si comentara el clima aquella voz dijo tales palabras de forma aburrida y aunque no sabía la razón detrás, por instinto, intenté gritarle “¡Espera!”, sin embargo, cuando pretendía hacerlo mi voz simplemente no salió, se vio totalmente opacada por el silencio absoluto, pero, pese a eso, sentí una ligera reacción en la voz.

—¿Hmm? Qué ha sido—

—¡Oye idiota!, ¡¿Por qué tardas tanto?!—interrumpió otra voz—, ¡La jefa nos llama, sabes lo caprichosa que se pone si no la escuchamos! ¡apresúrate! —rugió finalmente.

Aquella voz sonaba impaciente y con una fuerza increíble en su tono demandó a la otra voz que se diera prisa, nuevamente no sé muy bien porque, pero al igual que con la primera voz, también se me hizo familiar, pero aparte de eso, también tuve una sensación de aborrecerla como si fuera natural.

Tsk, si te escuché la primera vez ¿Por qué tienes que gritar como un desquiciado?

Por primera vez en el poco tiempo que llevaba escuchando pude notar una leve sensación de desagrado en aquella voz antipática.

—Oh, ¿desquiciado dices? ¿Acaso la pequeña ratilla finalmente le crecieron algunos huevos como para insultarme? Recuerda esto bien basura, no estoy haciendo esto por que quiera, sino porque me obligaron, así mismo creo que entiendes que no tienes autoridad para hablarme de esa forma, esto es lo mínimo de cordialidad que le daré a una escoria de laboratorio de tu calibre, la próxima no seré tan amable. Ahora mueve tu estúpido culo en este instante o la jefa se enfadará conmigo también. Y no quiero tener que lidiar con sus rabietas tan tempranamente en la mañana… Aunque claro, podría hacer una excepción si decides convertirte en mi próximo saco de boxeo.

—¡Ja! Sigue soñando… ya voy en camino, Maldito imbécil.

—¿Eh? ¿Dijiste algo?

—¡Dije que ya voy!

—Hm, eso creí.

Con aquella declaración de palabras, el ruido blanco cesó y el silencio volvió como si desde el principio siempre hubiera estado ahí, “¿Qué demonios fue todo eso?” pregunté, evidentemente sin recibir respuesta.

El silencio continuo por un par de minutos, pero poco después y como si de una mala broma se tratase, un repentino dolor empezó a llenar mi cabeza.

—¡Agh! —grité

Una familiar sensación de vértigo y nauseas empezó a invadirme, de repente aquel tranquilo silencio se empezó a convertir en estática y una vez más, fui tragado por la penumbra.

Abrí mis ojos rápidamente, y como si de un reflejo involuntario tratase, de forma anormal, me levanté y con una agilidad increíble me hinque sobre mis piernas.

Aquella sensación de vértigo en mi cabeza me obligó a vomitar todo el contenido de mi estómago, el cual ya no era más que simple ácido gástrico junto a grandes manchas rojas. Definitivamente sabía que era, pero no quería pensar mucho en ello así que simplemente lo ignoré.

—¿Qué rayos estuve viendo?

Mi pregunta no era precisamente porque no lo recordará, de hecho, lo recordaba perfectamente bien, como si físicamente hubiera estado en ese lugar, mi problema era más bien por lo extraño que todo eso parecía, se de forma consciente que, aunque aquellas voces me parecían familiares, realmente nunca las había escuchado de verdad, pero algo me obligaba a pensar que ese no era el caso.

—De todas formas… Parece que esos continuos desmayos junto al hecho de que estaba sobre esforzando mi cuerpo me están pasando factura, esta maldita jaqueca me está matando, pero dejando eso de lado… ¿Cómo es que puedo moverme tan bien ahora?

Por alguna razón, y aunque tardé en notarlo de manera inmediata, noté que podría moverme tan bien como siempre.

—Bueno, no tengo más que agradecer a mi ángel de la guarda, pero aun así… siento que algo no está bien.

Nadie conocía mejor su cuerpo que uno mismo tal era el caso de nosotros los exploradores, una de las primeras cosas que aprendíamos en la academia era saber cuándo necesitábamos descansar y saber instintivamente cuando recibíamos mucho daño en el cuerpo, Después de todo, nuestro cuerpo era nuestro mayor activo. Y si tenía la certeza de que si algo iba mal conmigo muy probablemente así era, aunque siendo honesto esperaba realmente estarme equivocando.

—¡Cierto! ¡Tengo que revisar el sistema eléctrico de la nave! —declaré rápidamente, descartando mis preocupaciones por el momento, mientras me dirigía hacía el núcleo de la nave.

Poco sabía yo que aquella certeza que había intentado ignorar sería el más grande error que cometería, pues gracias a eso lo que sucedería con mi cuerpo solo sería un peso que tendría que cargar durante el resto de mi vida.

Con una linterna en mi mano izquierda y una caja de herramientas en la mano derecha me empecé a abrir camino hacía el núcleo de la nave.

—Coño e’ su madre, a veces se me olvida lo gigante y enrevesada que es esta nave en el interior.

Con cierta irritación escupí aquellas palabras. Actualmente me estaba moviendo a través de estrechos y laberínticos pasillos, (además de alguna ocasional habitación) en dirección a la sala de máquinas de mi nave. La nave espacial que tenía no era precisamente grande, o por lo menos así parecía en el exterior de la misma, si bien era cierto que esta era una de las naves más baratas del mercado, su durabilidad y resistencia no tenían parangón entre otras de su clase. Fue por eso que la escogí, pero debido a que su arquitectura interna no era precisamente la más sofisticada o intuitiva, no muchos se arriesgaban a levantar una vela por ella, sin embargo, yo fui una excepción y con el tiempo logré acostumbrarme, aunque en mi situación actual, antes que ser cómodo solo me estaba irritando poco a poco.

—Tuve que hacerle caso a Clint cuando me dijo que al menos intentara cambiar el interior de la nave.

Mientras me movía en el caótico espacio, recordé las palabras de un viejo amigo y compañero explorador…

3 Años antes, 30 de abril de 30XX, 2:50 P.M, EE.UU (Aeropuerto Espacial Internacional del SENAERE).

Me encontraba yendo en mi camino desde la cabina de piloto hasta la sala de máquinas con el propósito de hacer un mantenimiento de rutina en el motor de mi nave. Clint iba justo al lado mío, mientras nos movíamos por los intrincados pasillos, el hombre de repente habló.

—Rayos amigo, entiendo que te guste la nave y todo, pero, ¿no es algo incómodo moverse por dentro? es decir, ¿No crees que ya es hora de una renovación? sabes, conozco a este tipo… Sabe hacer muy buenas reconstrucciones y este tipo de naves son su especialidad. Te puedo conseguir un buen precio por el trabajo.

Clint era mi compañero y ayudante a tiempo parcial en el SENAERE, era un hombre caucásico de más o menos mi edad, con pelo corto hasta los hombros de color rubio, tenía sus puntas teñidas de un curioso color avellana, en un principio pensé que eran un color artificial que él fue hacerse en algún estilista, pero cuando le pregunté acerca de ello, Clint extrañado, me respondió que, de hecho, ese era su color natural de cabello, cosa que me pareció bastante sorprendente.

Si bien era cierto que los genes durante el nuevo milenio se habían expandido exponencialmente gracias a las nuevas tecnologías, la mayoría de colores de cabello eran siempre o negros, castaños o rubios pálidos, pero la combinación que tenía frente a mí siempre me pareció peculiar.

Él explicó esto diciendo que su familia aparte de numerosa también solía mezclarse con muchas otras familias más pequeñas, algunos lo hacían por hobbie y otros porque de verdad se habían enamorado de una persona de una familia en particular, pero esa clase de libido por extraño que fuera estaba en casi todos los miembros de su familia, incluyéndolo y por lo tanto salían combinaciones tan variopintas como él. También me contó que a veces salían algunas personas con claras apariencias asiáticas o muy europeas debido a que algunos de sus miembros incluso practicaban la poligamia o el compartir parejas, era una mezcolanza de costumbres difícil de describir en palabras. Y justo ese joven me estaba haciendo esa pregunta de repente, mirándome con sus ojos verde esmeralda.

—¿Renovar el interior?—cuestioné con curiosidad mientras le devolvía la mirada—En lo absoluto, es bastante cómodo y ya estoy acostumbrado a moverme por aquí, así que no veo la necesidad de hacerlo. Además, la última vez que me recomendaste a alguien para que nos ayudará en alguno de nuestros trabajos terminamos hospitalizados por 2 meses enteros debido a graves fracturas óseas—respondí.

—Ugh, no me lo recuerdes—replicó con una sonrisa incómoda, rascándose la cabeza y luego continúo—él me dijo que era hábil y mi instinto también me dijo que así era, no esperaba que cometiera un error tan grave en las mediciones de los componentes e hiciera una bomba magnética que nos arrojaría contra una pared con esa fuerza.

Siendo honestos, el instinto de Clint ciertamente a veces era tan agudo que parecía un elemento sobrenatural, pero, así como solía tener un buen instinto, también solía equivocarse lo suficiente como para balancear su extraordinaria capacidad. No soy supersticioso, pero como amante de la ciencia y la investigación que era, Clint siempre me pareció un caso digno de estudio.

—Primero, dejame decirte que tu instinto está gravemente oxidado y requiere un formateo completo de lo cagado que está, y en cuanto al sujeto, no hay excusa literalmente antes de que empezáramos a trabajar le había advertido al carajo sobre ello e incluso le di instrucciones claras y precisas de lo que tenía que hacer. El hecho de que nos mirará por encima del hombro y no siguiera mis instrucciones solo por ser más chamos que él es solo otro factor a tomar en cuenta. Además, gracias a eso tuvimos que pagar grandes sumas de plata en costes de daños colaterales y la factura médica no fue precisamente barata tampoco, ¿Sabes?

—Eh, sí, bueno, ya me disculpé por ello ¿No es así? además, el sujeto parece haber aprendido la lección luego de ese… ¿Cómo es que le dices? ¿Estate quieto? Incluso ayudó a pagar las facturas e incluso nos dio una compensación por su error. No era tan mal tipo después de todo ¿no?

—Heh, bueno en eso tienes razón, además, por lo que veo, ¿Se te están contagiando algunas frases de mi patria? eso sí que es divertido de ver.

—Por supuesto que las aprendería, sueles usarlas tanto que se quemaron en mi memoria, además Cof, hay otra razón por la que me gustaría aprenderla. —respondió Clint, mientras desviaba su mirada incómodamente y se rascaba ligeramente la cabeza.

—Hmm, claro, ya veo—dije mientras observaba a Clint con una sonrisa pícara.

—Ehem, bueno, volviendo al tema ¿Entonces cuál es tu respuesta? Te lo aseguro, el sujeto hace trabajos—

—Me niego.

—¿Qué? ¡¿Por qué?! ¿Es el Dinero? Como dije, yo puedo ayudarte con—

—No.—negué con firmeza interrumpiendo a Clint antes de que continuara—No se trata de dinero, ni mucho menos Clint, simplemente me siento más cómodo con mi nave en la forma en la que está, me he acostumbrado tanto a ello que simplemente cambiarlo se sentiría extraño, además no sé exactamente porque toda la nave está construida de esta forma, pero quizás esta arquitectura tosca es la que logra que mantenga su durabilidad, ¿Sabes?

—Hmm, ¿Entonces es algo así como sentimentalismo mezclado con precaución?—preguntó Clint con curiosidad.

—Podría decirse, sí, es decir tengo esta nave hace 3 años, además, en caso de una emergencia… Bueno, cruzaré ese puente cuando llegue a él, y aunque espero que nunca pase por ahora, las cosas están bien en el estatus quo en el que están. —respondí.

—Haaa~ A veces te preocupas por las cosas más extrañas. Muy bien, lo entiendo, pero si alguna vez cambias de opinión, ya sabes que puedes contar conmigo.

—Hmm, bueno, no creo que cambié de opinión en el largo plazo, pero agradezco tus palabras Clint, significa bastante.

—Jeje, así es agradeceme más—dijo Clint con un tono orgulloso—. Es lo que hacen los panas… ¿Se dice así cierto?

—Sí Clint, así se dice. Descuida—repliqué.

—¡Genial!

Viendo su evidente arrogancia, no pude evitar querer molestarlo un poco, así que escogí mis siguientes palabras con cuidado y las disparé…

—Entonces, ¿Quién es la afortunada?

—¡¿EH?! ¡¿A qué te refieres?! ¿A-Afortunada? ¿De qué estás hablando?

—La razón por la que recientemente has estado usando palabras de Venezuela, por su puesto, ¿Es una chica? ¿O tal vez un chico? No te preocupes, tengo una mente muy abierta, ¿Quién es? ¿Está relacionado a nuestra línea de trabajo?

—¡N-N-No tengo idea de que hablas en lo absoluto!

Su estado nervioso me dio todas las respuestas que necesitaba, parece que estaba interesado en alguna persona, si era hombre o mujer, eso era lo de menos, así que usando eso como arma, y, mientras nos dirigíamos a la sala de máquinas, empecé a chalequearlo hasta que le saqué toda la información que necesitaba.

—Parece que tu instinto nuevamente hizo de las suyas, ¿no es así, Clint? —pregunté en voz alta a la nada—Me pregunto… ¿Que estará haciendo ahora mismo?

Puesto que el sujeto que me solía acompañar en este tipo de “incursiones” no se encontraba aquí para responderme a aquella pregunta solo pude sonreír de forma irónica.

—La última vez que supe de él todavía estaba intentando engatusar a aquella chica y estaba entrenando con su familia para conseguirlo

Según la información que le saqué con mis inigualables tácticas de psicología, Clint todavía estaba intentando conquistar a la chica por la que le pregunté en ese entonces, resulta que era una chica mayormente de llano, de una familia muy pequeña y austera, pero bien acomodada, puesto a que eran dueños de una gran finca en Venezuela que le proporcionaban ganancias absurdas, oportunidades no le faltaban nunca. De hecho, creo que el hijo mayor de esa Familia, era líder de una de las compañías ganaderas más grandes de Argentina y Estados Unidos en este momento.

Si bien es cierto que Clint tenía una libido igual de grande que todos los miembros de su familia y una apariencia bastante agraciada, no podía decir lo mismo de su carisma y era por decirlo de forma amable; más denso que una piedra de río en aguas turbulentas, Además de que la hija con la que trataba ya estaba comprometida y parecía bastante enamorada de su prometido. Y para colmo su padre era altamente estricto y conservador de las costumbres tradicionalistas de la monogamia. Lo que redujo sus posibilidades a lo más bajo de la lista siendo él hijo de una relación poligámica, quizás por causa de su instinto, la suerte le jugó en contra como mucha otras veces había ocurrido en el pasado, pero eso era simplemente algo que le definía a él como persona, siempre sabría cómo levantarse.

Intente ayudarle un poco con lo que yo sabía de haber tenido parejas anteriores, pero su caso era tan particular que era difícil encontrar una situación que no incluyera trucos sucios, y hablo de la gama más alta de trucos rastreros posible. Creo que en algún momento él, no sé si fue de broma o no (cosa que dudo mucho porque parecía muy convencido a hacerlo) sugirió secuestrar al prometido y obligarlo a romper con ella, por supuesto le dije que ni se le ocurriera hacer esto y si la idea si quiera se le volvía a pasar por la cabeza estaba solo. Lo que hizo que retrocediera bastante.

Otra de las ideas fue conseguirle otra pareja al prometido y hacer que este se enamorara de esta última y dejará a la chica por ella. Literalmente el idiota investigó todos los gustos del hombre para “encontrarle a su mujer ideal”, casi al punto de rozar la obsesión. Evidentemente tuve que hacer de las mías para evitar que se volviera un psicópata e hiciera alguna locura. Pero con todo y eso siguió buscando formas, métodos y más métodos. Todos con resultados igual de catastróficos para su propia salud. Tuve un conflicto en ese momento puesto a que quería alejarme de él por su conducta absurdamente tóxica y obsesiva, pero al mismo tiempo también sabía que tenía que hacer algo para evitar que acabara desembocando en locura, así que lo reuní con su familia para buscar soluciones.

Su familia entendiendo que su problema estaba empezando a ser peligroso me dijeron que se encargarían de ello y actualmente está recibiendo alguna clase de entrenamiento supersecreto de Casanovas profesionales… No bromeo, literalmente así fue como lo llamaron. Y no he sabido de él en el último año.

—De verdad espero que lo esté haciendo bien… —dije con una sonrisa incómoda.

Él no era un mal sujeto, pero sus genes a veces conseguían sacar lo peor de su personalidad, y eso no era precisamente bueno en ninguna medida.

Con aquellos pensamientos en mi mente, ofreciéndoles mis mejores deseos a Clint, dónde sea que estuviera hoy seguí hacía adelante, ya no quedaban más que un par de metros antes de llegar a la sala de máquinas de la nave.

Mi camino hacia la sala de máquinas, en donde se encontraba el sistema de electricidad no fue más que una molestia, aun así, era necesario para poder empezar a salir del lugar en donde sea que me encontraba. Sin embargo, una vez que llegué a la zona, mi sonrisa que había obtenido después de rememorar aquellos viejos recuerdos, desapareció de mi cara como si nunca hubiera existido y lo único que pude hacer fue fruncir el ceño profundamente ante el problema con el que tendría que tratar ahora.

—Me tienes que estar jodiendo, esto tiene que ser alguna broma del destino o algo así. —declaré, incrédulo.

Justo en la sala de máquinas, mi ubicación actual, un gigantesco agujero de tamaño desproporcional se extendía desde el motor de la nave hasta las paredes de la sala y la consola del sistema eléctrico. Todo estaba destruido, Además fuera del gigantesco agujero más de ese extraño bosque se extendía a la distancia. Sin embargo, al acercarme un poco al borde del agujero pude ver que mi distancia en relación al suelo, era peligrosa, y digo, muy, muy peligrosa.

—¿Cuántos metros son? ¿Al menos 270 metros de altura?

Sacando un cálculo rápido en base a lo que veía, mi nave había caído aproximadamente a 270 metros sobre el nivel del suelo, la distancia era incluso más alta que la Torre de Cristal que se ubicaba en Madrid.

—Ya ni siquiera hablemos intentar bajar o romperme las piernas, si me caigo de este lugar me convertiré en una masa totalmente amorfa de carne molida.

Y así no pude más que mirar con incredulidad y escepticismo el dilema en el que me encontraba.

«Esto es un mensaje para ti, Clint, ¡¡¡Maldigo completamente tu loco y absurdo Instinto!!!»



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