Carnicero en la Noche Lluviosa
Lin Jie recordó que tenía una tumbona plegable de repuesto en el sótano. Era estrecha y no resultaba adecuada para dormir durante mucho tiempo, pero podía utilizarse para un breve descanso.
Lin Jie bajó inmediatamente a subir la tumbona. Tenía la costumbre de limpiar su sótano de vez en cuando, así que la tumbona no estaba sucia y podía utilizarla enseguida.
«Sabía que sería pesado, pero nunca esperé que lo fuera tanto…». Murmuró Lin Jie, dándose cuenta de su error tras fracasar en tres intentos de levantar a Joseph por las axilas. «¡Es como un oso pardo de dos metros de altura cubierto completamente de músculos!».
La diferencia de altura no había sido tan obvia cuando Lin Jie estaba sentado en su taburete alto en el mostrador mientras Joseph permanecía de pie. Pero ahora, Lin Jie realmente se sentía como si estuviera luchando con una gran bestia.
Joseph medía al menos dos metros de altura y tenía un cuerpo completamente recubierto de músculos ondulados. Esos puños suyos eran del tamaño de sacos de arena y Lin Jie estaba seguro de que un solo puñetazo suyo podría pulverizar la cabeza de una persona.
Tiene un físico tan aterrador a pesar de que su pelo ya se ha vuelto blanco. ¿No debería una persona mayor ordinaria ser frágil y delgada como… el Viejo Wil? Lin Jie se preguntaba mientras miraba a Joseph tumbado inmóvil en el suelo.
¿Qué puedo hacer? ¡No puedo dejarlo ahí! Si viene un cliente, probablemente pueda intentar pedir ayuda para moverlo juntos. Pero, ¿cómo podría haber otros clientes con este tiempo horrible?
«Haa… No importa. Lo siento mucho pero no me queda más remedio. Espero que puedas perdonarme». Lin Jie se disculpó sinceramente.
A continuación, extendió la mano y agarró el torso del traje de Joseph, resoplando y resoplando mientras arrastraba lentamente el pesado cuerpo hasta la tumbona.
¡Bang!
El brazo derecho de Joseph cayó sobre el reposabrazos de la tumbona, produciendo un fuerte estruendo metálico.
Lin Jie se sobresaltó e inmediatamente miró la muñeca derecha desnuda de Joseph.
Un brillo metálico plateado era especialmente prominente bajo las cálidas luces. Las detalladas marcas en forma de escamas tenían una estética única, mostrando la artesanía de primera categoría de este brazo mecánico.
La expresión de Lin Jie cambió. Este tío… como el Viejo Wil, ¿también es discapacitado?
Además, esta exquisita prótesis no era algo que la mayoría de la gente corriente pudiera utilizar. Lin Jie sabía un poco sobre este tipo de miembros artificiales.
Lin Jie había realizado previamente una extensa investigación debido a su curiosidad por la tecnología de este mundo, así como por su interés en los estudios folclóricos. Todo esto había sido también para que Lin Jie entendiera las costumbres e ideologías de la gente de este mundo y así pudiera integrarse mejor en él.
Aunque Azir se parecía a la Tierra de los años 80 y 90, ciertos estándares tecnológicos —especialmente mecánicos y biológicos—habían superado con creces el nivel de la Tierra y habían dado lugar a ciertas ramas extrañas de la ciencia.
Por ejemplo, las extremidades mecánicas.
Sin embargo, los miembros mecánicos estándar ya se consideraban productos de gama alta que la mayoría de la gente nunca tendría la oportunidad de utilizar, y mucho menos el tipo que Joseph usaba.
Era algo que no se podía comprar sólo con dinero.
“Este grado de precisión y peso definitivamente supera las necesidades diarias ordinarias», murmuró Lin Jie para sí mismo. «Además del asombroso físico de este tío y esa aura abrumadora, podría ser…”
Lin Jie sintió que estaba cerca de adivinar la verdadera identidad de este tío. “… ¿Un oficial retirado de alto rango?”
Lin Jie asintió con la cabeza expectante. De hecho, se había encontrado con personal militar en el pasado, y la vibración que desprendían era realmente similar a la de este tío. Todos ellos tenían ese aura noble y justo.
Además, con ese exterior duro y el cansancio oculto que mostraba, Lin Jie pensó que era muy posible que este tío fuera un veterano que sufría de TEPT (trastorno de estrés postraumático).
¡El brazo derecho que perdió fue probablemente debido a su honor en el campo de batalla!
“No es de extrañar que tuviera una expresión extraña cuando mencioné las articulaciones hace un momento”, Lin Jie se dio cuenta de repente.
El brazo mecánico estaba hecho de metal, pero lo que le permitía moverse libremente serían las señales eléctricas del sistema nervioso a los nervios y músculos sintéticos del brazo protésico. Lin Jie no estaba muy seguro de los principios de su funcionamiento, pero sabía una cosa: el punto de conexión del metal con las articulaciones entraría fácilmente en cortocircuito debido a la humedad. Por lo tanto, el efecto del tiempo lluvioso en estas prótesis artificiales sería más o menos equivalente al reumatismo.
“No parece muy fiable, haa… ¿Quizás se desmayó porque había algún problema con la prótesis? Si hay fugas eléctricas constantes… probablemente también afectaría a los nervios”.
Lin Jie suspiró y apartó el brazo de Joseph.
Retrocedió dos pasos y observó al inconsciente Joseph confinado en la estrecha tumbona iluminada bajo las tenues luces mientras el viento y la lluvia seguían arreciando en el exterior.
“¿Por qué de repente siento como si estuviera haciendo algo extraño…”
Por un momento, Lin Jie se sintió como si fuera una especie de carnicero asesino en una noche lluviosa.
Matando a alguien en esta noche lluviosa, arrastrando el pesado cuerpo a un almacén oculto para hacer algunas cosas inimaginables antes de admirar su trabajo mientras largos regueros de sangre pintaban el suelo de rojo.
Este era el tipo de sensación que tenía.
“Hehe~”, Lin Jie sacudió la cabeza y se río. Esta imaginación suya era realmente demasiado vívida. ¿Pensaría así cualquier persona normal?…
Sin embargo, como persona amable y recta que se consideraba, ¡estaba seguro de que nadie dudaría de su carácter incluso si le vieran en esta situación que era muy propensa a malentendidos.
Mientras Lin Jie enderezaba la espalda, de repente se dio cuenta de que El Principito seguía en la mano de Joseph y a pesar de haber perdido el conocimiento, su agarre no se había aflojado.
Lin Jie sonrió: “Incluso los hombres duros e inflexibles pueden tener sueños de cuento de hadas. Que descanses”.
¡Thunk!
Lin Jie dio un respingo cuando oyó un débil ruido procedente del exterior de la librería que sonaba como si algo hubiera caído al suelo. Ligeramente sobresaltado, se dio la vuelta.
Lo que parecía una silueta nebulosa de un hombre revoloteaba por las ventanas rápidamente, como si estuviera tratando de alejarse lo más rápido posible.
“¿Hay alguien ahí?” Lin Jie frunció el ceño y gritó.
Se dirigió a la puerta y la abrió, pero no había nadie fuera. Todo lo que vio fue un gato negro corriendo bajo la lluvia. Momentos después, había desaparecido de su vista.
“Qué… es sólo un gato, eh.”
Lin Jie saludó al gato y se rio: “Date prisa en volver a casa. Afuera es peligroso, ¡cuídate!”
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