¿Dónde ha Ido?
‘Rata’ Ruen. Ese era el apodo que los demás tenían para él.
La Sangre Sucia utilizada por la mayoría de personas en la organización de cazadores «Lobo Blanco» tiene su origen en una feroz bestia de ensueño ampliamente conocida: el Lobo Cielo.
Tal apodo parecía una gran ironía dentro de «Lobo Blanco», pero Ruen estaba orgulloso de ello.
¿Tenía algo de malo ser una rata cobarde?
Para Ruen, palabras como traicionero, astuto y avaro tenían connotaciones positivas. Sólo las personas con tales rasgos tenían vidas más largas.
Su agudo sentido del olfato y su asombrosa previsión eran herramientas extremadamente útiles para preservar su propia vida.
Estas habilidades las había perfeccionado durante años, desde que salió a la calle. Había vendido su lealtad innumerables veces, se había convertido en traidor en numerosas ocasiones y tenía muchas monedas de cambio que le permitían salir airoso de cualquier situación.
Nadie podía matarle, y nadie estaba dispuesto a hacerlo. La propia «Rata» Ruen era la única que sabía exactamente lo vasta que era su red de inteligencia.
Y esta vez, se apoyaba en una mujer.
Cuando fue testigo de la milagrosa mutación de la bestia lobo que trajo consigo destrucción y sangre, seguida de la grácil transformación de nuevo en humano, Ruen comprendió que los cazadores de la noche verían a un nuevo maestro.
Esta mujer provocaría una revolución sin precedentes.
Pero, aunque fracasara, a la «Rata» Ruen no le pasaría nada.
En cuanto a la ‘marca de lealtad del mago’ Ruen ya había obtenido en secreto el método para disiparla.
Había vivido fácilmente durante muchos años confiando en desertar y rendirse bajo falsos pretextos, mientras que todos aquellos maestros a los que había traicionado ya se habían convertido en polvo. En situaciones poco claras, aquellos que se aferraban a una rama muerta como tontos, como el tercer líder Kaji… sólo demostraban lo inútil y peligrosa que era la confianza.
Cuando Ruen servía bajo las órdenes de Heris, él también había usado estos trucos para que el líder «Lobo Blanco» creyera a un tipo tan notorio como él.
Y ahora, engañar a esta joven y adinerada dama era una tarea fácil…
¡Una rata tenía sus propias ambiciones!
Si conseguía el método para controlar la mutación de las bestias, dejaría de ser una rata que correteaba por las alcantarillas teniendo que depender de los demás. Con una fuerza sin parangón, además de la red de inteligencia que controlaba, ¡Ruen creía que podría ser un rey incluso a plena luz del día!
En ese momento, todo el mundo querría someterse a él…
Ruen retiró su mirada de los alrededores y dirigió sus ojos hacia el dueño de la librería. Examinó cuidadosamente a este ser, utilizando todos sus cuarenta años de experiencia para juzgar y determinar exactamente quien o qué era esta persona.
Finalmente, llegó a una conclusión: este joven no era más que una persona corriente.
Aunque había una gárgola de piedra sobre la mesa, no parecía excepcional. No es más que un adorno decorativo en las casas corrientes, pensó Ruen para sus adentros.
Pero…
Su mirada se posó en Ji Zhixiu. La cazadora tenía una mirada de reverencia absoluta, como si el que estaba frente a ella fuera una potencia de rango Supremo.
Ruen estaba perplejo.
¿He envejecido? ¿Se han embotado mis sentidos de rata?
No, no debería ser eso.
Estaba absolutamente seguro de su propio juicio. No hace mucho, había determinado con precisión que Heris haría un gran movimiento. Después de notar que Heris no estaba tratando muy bien a sus subordinados en los últimos tiempos, rápidamente vendió su lealtad y evitó una masacre.
Eso demostró que tenía razón. Esta vez, Ruen también eligió creer en sí mismo.
Sin embargo, dada la veneración de su nuevo maestro, así como su propia tendencia innata a ser cauteloso, Ruen decidió observar primero qué tipo de inestimable consejo daría este tipo para que se le concediera tal trato.
Mientras tanto, el proceso de pensamiento de Lin Jie era simple. Quería ayudar a Ji Zhixiu a calmar su impaciencia y hacerle saber que ese canalla no era su igual. Después de todo, ella ya había logrado la victoria y el canalla le tenía miedo. Lo único que había que hacer era esperar.
“No te preocupes demasiado. La situación es más sencilla de lo que imaginas. Tu enemigo no es él, sino otras cosas. Lo que temes, es el miedo mismo así que… sólo espera por el momento y pronto tendrás noticias”.
¿Eso es todo?
¡¿Realmente Eso es todo?!
Si esperar sin hacer nada pudiera resolver los problemas, entonces ¿para qué sirve tener la Torre del Rito Secreto o los cazadores?
Ruen frunció el ceño. No mostraba ninguna emoción en su rostro, pero sus músculos faciales se contraían.
Gran charla, palabras vacías, declaraciones ambiguas. Ruen estaba muy familiarizado con estos trucos comúnmente utilizados por los estafadores.
No podía estar más seguro de que este bibliotecario sólo fuera un estafador hasta la médula.
Sin embargo, lo que lo desconcertó fue la humildad con la que Ji Zhixiu tomó las palabras del dueño de la librería. “Gracias por su orientación, me ha servido de mucho el libro que me prestó. Sin embargo, la situación no es como la mayoría de veces. Eso espero…”
«Haa…» Ruen hizo todo lo posible por calmarse, pero su orgullo de «rata» le dio muchas ganas de tirar a aquel hombre al suelo y pisotearlo.
Debo estar haciéndome viejo. ¿Cómo pude elegir a una señorita tan tonta? Maldita sea, ¡cómo es posible que esta ingenua chica no vea a través de un estafador tan descarado como éste!
La expresión de Lin Jie cambió sutilmente, dejó su taza de té y dijo: “Lo siento, tengo que atender un asunto. Terminaré en unos cinco minutos, así que por favor espere un momento”.
Ahh… maldición. Había tomado bastante té. ¿Por qué esta señorita tiene que entablar una conversación justo cuando es mi hora habitual para ir al baño?
Como de costumbre, Lin Jie estaba leyendo y disfrutando de su té mientras esperaba a los clientes. Justo cuando estaba a punto de ir al baño, Ji Zhixiu entró en la librería y entablaron conversación. Aunque Lin Jie pudo aguantarse, sintió que no era necesario y que no era bueno para el cuerpo. Además, estaba seguro de que Ji Zhixiu no se lo echaría en cara.
Ji Zhixiu se quedó perpleja por un momento, pero asintió obedientemente después. “Por favor, adelante”.
Lin Jie se levantó y desapareció por las escaleras hacia el segundo piso.
Ji Zhixiu estaba a punto de reflexionar sobre lo que dijo el dueño de la librería cuando Ruen se acercó a ella y le dijo con los dientes apretados: “¡Jefa, qué demonios está haciendo!”.
Los ojos de Ji Zhixiu se entrecerraron y dijo fríamente: “Sólo te traje aquí no porque no confiara en ti, sino porque sentí que tu dominio de la información podría ser útil aquí. ¿Qué te da derecho a hablarme en este tono?”.
“No olvides que, con la marca en tu cuello, ahora eres un esbirro de mi familia y no una rata salvaje. Tal vez necesites entender mejor las reglas”.
La cara de Ruen se crispó mientras se exasperaba: “¡Es un estafador, un descarado estafador! Sí, puede que no haya respetado las reglas, ¡pero esto lo sé! Sus trucos pueden parecer consumados, pero puedo encontrar fácilmente al menos a otros tres a su mismo nivel”.
Una imbécil completamente atontada que se comportaba de forma arrogante lo estaba viendo como una rata de alcantarilla…
La cara de Ji Zhixiu se puso rígida. “¡Cállate! No debí haberte traído aquí. La gente de mente estrecha tiene perspectivas muy limitadas. Si no fuera porque todavía eres útil, ¡te eliminaría ahora mismo!”, le reprochó.
“¡Te soy absolutamente leal! Te lo demostraré dentro de un rato…”.
Ruen sacó un dardo envenenado, ocultando la intención asesina en sus ojos mientras murmuraba: “Te lo demostraré cuando baje”.
Un chillido que helaba la sangre sonó en la librería.
Ruen y Ji Zhixiu se quedaron atónitos e inmediatamente miraron hacia el mostrador…
La escultura de color negro azabache se agrandaba rápidamente, moviendo su larga y poderosa cola y desplegando esas enormes alas como si fuera una enorme sombra del infierno.
El ominoso resplandor rojo se hizo aún más intenso cuando fijó su vista en la persona que había mostrado intención de matar: Ruen.
Con un batir de sus alas, la gárgola salió disparada a una velocidad asombrosa, ignorando la incredulidad y los forcejeos de Ruen mientras sus garras le arrancaban la cabeza y se la tragaba entera. A continuación, devoró el resto del cuerpo de Ruen en cuestión de segundos antes de utilizar su lengua para lamer la sangre del suelo y de las estanterías.
Ruen ni siquiera pudo gritar en los pocos segundos que había durado todo este episodio.
La gárgola volvió entonces a su forma de escultura de piedra.
Thump Thump Thump.
Lin Jie volvió abajo y vio a Ji Zhixiu de pie ante el mostrador, con la mirada perdida en el suelo.
Encontrándolo un poco extraño, Lin Jie preguntó, «¿Ah? ¿Dónde está ese subordinado tuyo?».
Ji Zhixiu volvió a la realidad. Con el rostro ligeramente pálido, miró hacia Lin Jie y forzó una débil sonrisa: «Él… tenía un asunto urgente que atender».
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