Capítulo 2 – Plan B

El líder de los traficantes de esclavos tomó un carruaje hacia la ciudad de Leen. Yo lo acompañaba junto con un solo Enjambre Destripador que se escondía entre la carga. Las puertas de la ciudad recibían tráfico constante de mercaderes, así que era dejada abierta.

Logramos entrar a la ciudad sin que nos cuestionaran mucho. Gracias a eso, nuestro cargamento— y el Enjambre cuidándolo — pasó desapercibido mientras entrabamos a Leen. Si hubiéramos sido inspeccionados planeaba meter rápidamente un Enjambre Parásito por la garganta del guardia, pero al parecer mis preocupaciones eran innecesarias.

En el peor de los casos habría hecho que el Enjambre Destripador masacrara a los soldados y habría dado la vuelta para escapar de Leen. Escoger esta opción significaría que nunca volvería a Leen.

“Así que, dónde puedo encontrar al sastre local?”

En la gran ciudad de Leen, mi primera prioridad era encontrar a un sastre.

“Ahh, ese debe ser el lugar.”

Luego de avanzar un poco por la calle principal de Leen, encontramos una tienda con ropa elegante en exhibición. Parecía ser exactamente el tipo de lugar que estaba buscando. Hice que el esclavista parara el carruaje y entonces los dos desembarcamos, dejando al Enjambre Destripador a cuidar del fuerte.

“Bienvenido. Oh, eres tú. El esclavista. Qué quieres con nosotros?”

Aunque al inicio fuimos recibidos con una sonrisa de vendedor, el encargado de la tienda rápidamente cambió su expresión a una amarga al ver al esclavista. Aparentemente, la gente en este mundo no mira con buenos ojos a aquellos que tratan con el tráfico de esclavos. Eso era algo bueno; estaba contenta de saber que la gente de esta ciudad eran personas decentes.

Al contrario, si hubiera sabido que este mundo recibía con los brazos abiertos la esclavitud, habría estado bastante molesta.

“Vine… a vender ropa.”

El líder de los esclavistas estaba siendo controlado por el Enjambre Parásito, y por lo tanto, a efectos prácticos por el Enjambre colectivo y yo, forzándolo a hablar en contra de su voluntad. Normalmente gritaría por ayuda y rogaría ser salvado del monstruo dentro de su cuerpo, pero en vez de eso comenzó a negociar con el empleado.

“Ropa? Te refieres a cosas que saqueaste de los elfos? Nadie quiere hilos que arrancaron de esos orejas de cuchillo. Sus ropas son demasiado sucias para nuestro establecimiento. Solo vendemos ropajes de la más alta calidad. Ahora vete. Shoo, shoo.”

Había discriminación hacia los elfos después de todo, aunque ellos intentaban vivir tan bien como podían con las bendiciones del bosque. Supongo que los humanos de este mundo asumían a los elfos como alguna clase de bárbaros. Qué irritante.

“No. Ropa que compré… de un mercader.”

Había pensado en una historia de antemano: él había vendido unos esclavos y recibido esta ropa como pago. Podría parecer sospechoso, pero esa fue la única historia plausible en la que podía pensar.

Rogué que el hombre se lo creyera. Desde la sombra del carruaje solo podía transmitir mis deseos a través del aire.

“Bien.” El encargado eventualmente cedió. “Muéstrame tu mercancía entonces.”

El líder de los traficantes de esclavos arrastró un cofre lleno de ropa del carruaje y lo puso en el mostrador.

“Esto es…”

El empleado levantó uno de varios vestidos que parecían costosos, tejido con hilos como seda por los Enjambres Trabajadores. La caja estaba llena con docenas de ellos, yendo desde ropa del día a día hasta vestidos de noche que no se verían fuera de lugar en un gran baile.

Gracias, mis dulces pequeños Enjambres Trabajadores. Su trabajo duro está siendo apreciado!

“Esto es increíble,” el encargado aguantó la respiración examinando los vestidos cuidadosamente. “Nunca he visto ropas como estas antes. Los nobles las devorarían.”

Estaba completamente absorbido con lo agradable al tacto que eran las fibras y lo intrincado de sus diseños.

“Cuánto… pagarás por ellos?” preguntó el esclavista.
“Por ropa como esta? Veinte mil floria suena correcto.”
Muy bien, hora de un poco del viejo regateo.

Habiéndole preguntado a los elfos sobre esto de antemano había concluido que vendería los vestidos por lo menos por 30.000 floria. Aun así, esta era mi primera vez regateando, así que no estaba segura de que lo haría bien… pero tenía que hacer lo que pudiera. Necesitamos tanto dinero como podamos y necesitamos obtenerlo legalmente.

“Muy poco. Puedes… pagar más por esto. Si no me das cuarenta mil, iré a otra tienda.”
“Bien. Treinta mil floria entonces. Los tomaré todos por esa cantidad y ni una sola floria más.”

Esperaba que las negociaciones tomaran más que esto, pero terminaron en un abrir y cerrar de ojos.

“Sin objeciones. Es un… trato,” dijo el esclavista, quien luego empujó el cajón hacia el encargado de la tienda.

Probablemente podríamos haber negociado por más, pero fallar las negociaciones aquí podría impactar nuestros negocios en el futuro. Incluso considerando que podría habernos engañado por nuestra falta de experiencia, aún deberíamos aceptarlo por 30.000 floria.

“Aquí tienes, treinta mil floria. Tómalo.”

Habiendo aceptado el cofre, el encargado de la tienda le entregó al líder de los esclavistas una bolsa llena de monedas, para luego llevar con emoción el cofre a la parte de atrás de la tienda.

Eso completaba la primera etapa de mi plan.

Mi intención original era darles a los elfos estas ropas y hacer que ellos vinieran a Leen a venderlas, pero parecían temerle a la ciudad y rechazaron acercarse a ella. Podía ver claramente por qué. Con gente como los esclavistas dando vueltas, era natural que los elfos no se acostumbraran a este lugar.

Las enseñanzas de un tal Dios de la Luz declaraban que los dioses de la naturaleza, a quienes los elfos habitantes de los bosques adoraban eran deidades malignas. Los elfos eran tratados como herejes y bárbaros, marcados como objetivos que los esclavistas podían capturar “legalmente” y vender por dinero. Me importa poco la religión, pero incluso yo creo que las personas deberían ser libres de adorar a quien sea o a lo que sea que deseen.

No es que la Arachnea sea tan débil como para depender de algún dios, claro. La única a quien adora el Enjambre es a su reina. Por su reina ellos ofrecerían sus vidas o matarían a prácticamente cualquier objetivo. El Enjambre de la Arachnea no necesitaba el perdón de ningún dios. La misericordia de su reina es todo lo que requerían y sus acciones siempre eran dictadas por ella a través de la consciencia colectiva.

Por el momento, no parecía que tuviera que preocuparme por la posibilidad del Enjambre rebelándose contra mí.

“Bien, hora de la siguiente parada de nuestro viaje de compras. Y esto es importante,” dije yo, dando la señal para que el hombre bajo mi control manejara el carruaje a nuestro siguiente destino.

Y ese destino era…

“Carne! Carne fresca y barata! Compren la carne de mejor calidad aquí!”

Sí, habíamos ido al carnicero.

Verás, mi plan B era lo siguiente: Vendería la ropa hecha por mis Enjambres Trabajadores y lo usaría para comprar carne. Era el plan de expansión más pacífico y aburrido en la historia de los planes de expansión. Aunque el Enjambre parecía aprobarlo, viendo que no había conflicto en la consciencia colectiva.

Saber que estaban bien con mi idea fue un gran alivio. No estaba segura de qué habría hecho si comenzaran a atacar indiscriminadamente a las personas de forma aleatoria. Este era un obstáculo fuera del camino para mi política de expansión pacífica.

Aunque había otros obstáculos potenciales. Por ejemplo, el líder de los esclavistas podía haber sido arrestado por la ley de la ciudad debido a su estatus social, o podrían habernos prohibido la entrada a Leen. Otra posibilidad era no haber podido vender la ropa, o solo haber podido venderla a bajo precio.

Por último, el Enjambre podría haber negado mi acercamiento pasivo y rebelarse, atacando desordenadamente la región circundante. Mirando hacia atrás, es probable que no debería haberme preocupado por eso.

La reina era el núcleo de su colonia y la colonia no podía oponerse a la voluntad de la reina. El Enjambre se mantendría leal a la reina… o sea, a mí. Podía decirlo con confianza ahora, pero eso no significaba que tiraría el cuidado por la ventana. Aún temía el ganarme su ira de algún modo.

Pero serviría por el momento. Son leales a mí, por ahora al menos.

Ahora.

“Deme… carne,” dijo el esclavista, bajando del carruaje.
“Claro, amigo. Qué estás buscando?”
“Tanta carne como esto pueda comprar. Toda.” Dejó caer el saco de 30.000 floria que había recibido antes sobre el mostrador.

El carnicero se veía confundido.

“Está preparando un festín o algo, señor?”
“Realmente… importa? Deme… carne.”

Ciertamente era un festín de cierto modo, ya que la carne sería devorada. Pero mencionar nuestros verdaderos motivos aquí de seguro era una mala idea.

“Erm, no estoy seguro si puedo darte esa cantidad…”
“Carne sin procesar también sirve.”

Lo que estábamos haciendo era básicamente lo mismo que entrar a la carnicería del barrio y poner varios fajos de billetes en el mostrador, pidiendo todo lo que tenía. Era una idea bastante loca y no me sorprendería que explotara en mi cara ahí mismo.

“Incluso con la carne sin procesar, son solo quince mil floria,” dijo el carnicero, aún desconcertado. “Si necesitas tanta carne tendrás que ver en las otras tiendas también.”

Me sentía un poco mal por el sujeto.

“Lo compraré todo por quince mil entonces.”
“Entendido. Lo prepararé ahora, así que dame un momento.”

No era del todo lo que quería, pero tampoco tenía otras opciones. Gastaré 15.000 aquí y los otros 15.000 en otro lugar.

“Aquí tienes, quince mil floria de carne.” El carnicero subió una caja llena de carne al mostrador. “No especificaste el tipo de carne que querías, así que puse de todo tipo.”

Era un montón de carne. Y yo soy una verdadera carnívora. Filetes, carne a la parrilla, estofado de carne, lo que sea— la carne es mi comida del alma, pero comer todo esto en definitiva me volvería gorda.

También, no había forma de mantenerla fresca todo el camino de vuelta a la base. Sin opciones, me despedí de mis sueños de filetes y hamburguesas con lágrimas en los ojos.
Aunque las mejores hamburguesas eran las que hacía Mamá.

“Quince mil floria.” El esclavista le entregó el dinero al carnicero.
“Gracias por su compra. Disfrute su festín, señor.”
Oh, lo haremos. Será un banquete adorable.

Fuimos a un par de carniceros más gastando nuestros restantes 15.000 floria en más carne, además de una cama y muebles para hacer mi vivienda un poco más hospitalaria.

Los Enjambres Trabajadores podían producir sábanas más suaves que la seda, pero hacer una cama cómoda estaba más allá de sus habilidades. Todo lo que pudieron lograr fue poner algo de paja en mi cama. Pero empezando hoy, finalmente podré dormir en una cama cómoda de nuevo.

“Uff…”

Luego de dar vueltas por una ciudad desconocida y de regatear los precios me sentía un poco cansada.

“Eso es suficiente por hoy. Comprar demasiado nos haría ver sospechosos… aunque supongo que es un poco tarde para eso.”

Con eso, comenzamos el camino de vuelta a la base Arachnea en el carruaje. Ese fue el final del día. Por lo menos, debería haberlo sido.


Me relajaba en vagón, dejando al líder de los esclavistas encargarse de las riendas. Enterré mi cabeza en la recientemente comprada cama, inhalando profundamente su agradable olor. Relajada por el fresco aroma y tranquilizada por la presencia del Enjambre Destripador cuidándome, comencé a quedarme dormida.

Aun así, no estaba segura de qué hacer después. Había comprado una gran cantidad de carne de los carniceros de la ciudad, lo que me permitiría incrementar en gran medida el número de Enjambres, pero para qué los voy a usar?

El Enjambre creía que yo los guiaría a la victoria. Pero victoria sobre qué? Deseaban conquistar el mundo entero? O era algún otro tipo de triunfo el que querían? Qué clase de objetivo querían que les consiguiera?

Todo lo que podía escuchar de la consciencia colectiva eran voces pidiendo victoria, pero ninguno de ellos describía qué significaba esa victoria. Ellos simplemente decían que deseaban que la reina Arachnea— yo — los liderara a la victoria. Así que, en respuesta, solo podía atormentarme a mí misma para descubrir lo que significaba.

Incluso mi intento estaba siendo transmitido al Enjambre por medio de la consciencia colectiva, pero seguían pidiendo victoria de todas formas. Pero si no saben cómo definir esa victoria, qué se supone que hiciera?

“Dime, Enjambre.” Levanté mi cara de la cama, mirando al Enjambre que me cuidaba. “Qué quieres que haga?”

El Enjambre Destripador ladeó su cabeza un poco, en un gesto que implicaba que no terminaba de entender lo que preguntaba.

“Lo que deseamos es la victoria, Su Majestad,” respondió.
“Pero qué clase de victoria es esa? Conquista mundial? Formar una nación?”

Podría haberle preguntado a la consciencia colectiva directamente, pero prefería hablar cara a cara. Quería escuchar lo que el Enjambre tenía para decir. Podría estar conectado a la consciencia colectiva, pero ahora mismo este individuo estaba separado de los otros, cumpliendo su tarea de defender a la reina. Quizás su respuesta sería diferente.

Qué clase de victoria está buscando? Desea conquistar este mundo después de todo? Esta “victoria” es formar un imperio Arachnea? Hay otras condiciones de victoria que no se me hayan ocurrido?

“No lo sé. Sin embargo, simplemente tenemos un inmenso deseo por la victoria. Deseamos nada más que la victoria, y eso no va a cambiar. Estamos seguros de que usted podrá guiarnos a la victoria que deseamos, Su Majestad. Nuestra confianza en usted no tiene fin, y deseamos servir como sus manos y pies mientras conseguimos la victoria. Estamos seguros de que será capaz de guiarnos, Su Majestad.”
“Ustedes…”

La presión estaba ahí. El Enjambre creía en mí de todo corazón por el momento, pero si cometía un error en mi “mando”, existía el riesgo de que pudieran levantar una revolución y convertirme en ingredientes para la siguiente generación de Enjambres. Estar conectada a su consciencia solo acentuaba ese miedo.

Ellos eran mis encantadores, queridos insectos, pero seguían siendo aterradores monstruos. Tenía que actuar en un modo que nunca los decepcionaría. Dicho eso…

“Eso es complicado,” murmuré a nadie en particular.

Realmente lo era. En el juego podías ganar porque estabas contra alguien más. Pero mi exploración no había tenido frutos hasta el momento y solo se extendía a una pequeña parte del mundo. Cualquier enemigo que haya tenido han sido solo cazadores y esclavistas que perturbaban la aldea de los elfos, y ellos no eran rivales para el Enjambre.

Contra quién se suponía que ganara? Necesito liderar a mis adorables, pequeños Enjambres, pero hacia qué exactamente? Llamar esta situación “complicada” era muy poco para esto. No tenía enemigos de los que hablar por el momento, ningún objetivo en concreto. Contra qué pelearía, y qué ganaría por pelear? A diferencia del juego, no había un oponente claro.

De repente, el carruaje se detuvo.

“Qué ocurre?” Miré fuera del cuerpo del carruaje para ver que había hecho que nos detuviéramos.

Frente a nosotros había varias personas vestidas con armaduras de cuero paradas en una formación. Tenían arcos cortos en sus manos y sus flechas estaban preparadas y apuntando a mi muñeco-esclavista. Podía sentir peligro; estaba claro por sus miradas que buscaban sangre.

“Moisei!” Un hombre, que parecía ser su líder, levantó su voz al esclavista. “Parece que ganaste buena plata hoy, chacal! Pero no’as olvidado esta deuda que tienes, verdá?!”

Ugh. No solo es un esclavista, también tiene una deuda? En serio es un inútil.

“Vo’ a tomar tu carga como, uh, un pequeño depósito para tu deuda.”

No podía dejar que hiciera eso. Este era carga, no la suya,

“Re’icen toda la mierda esa! Vamo’!”

Los hombres se movieron para inspeccionar nuestro carruaje.

Esto es malo.

Solo vine con un Enjambre Destripador conmigo hoy. Mientras contemplaba mis posibilidades de éxito, el grupo armado formó un círculo alrededor del cuerpo del carruaje.

“Hah?” Uno de los hombres tomó una caja de carne de la parte superior. “Qué mierda? Es solo carne? Qué es esto?!”
“Oh! Y tienes una linda esclava contigo también. Si vendemos esta se paga completa tu deuda, ah?”

También me encontraron, y aparentemente pensaron que era una esclava. No podrían haber imaginado que mi relación con el esclavista era lo contrario. Me quedé quieta para no provocar a los hombres, en vez fijando mi mirada asqueada en ellos.

Así que también trafican esclavos. En otras palabras, escoria con menos valor que el más bajo de los perros. La sociedad se beneficia de algún modo de que estas personas sigan respirando? Incluso si los esclavos no son ilegales en este mundo, solo puedo ver a estas personas como viles, ofensivos malgastos de espacio.

“Oye, Jefe, qué tal si la vende—”
“Espera… no hay una cosa rara allá atrás?”

Los rufianes estaban tan concentrados en mí que no lo vieron.
Sí, el Enjambre Destripador estaba detrás de mí.

Un menos de un segundo después, las guadañas del Enjambre Destripador habían cortado la cabeza del rufián asomándose al carruaje, haciendo que brotara sangre de lo que quedaba de su cuello como una fuente. Salpicó y luego se detuvo antes de salpicar de nuevo a la par con las palpitaciones finales del corazón del hombre. Fue casi de un modo cómico.

Cómo es la muerte cómica, preguntas? Bueno, eran traficantes de esclavos. La misma clase de basura que mataría y secuestraría niños elfos. Y como mi consciencia estaba conectada a la mente colmena del Enjambre, podría matar cientos de ellos y no sentir ni una pizca de culpa.

Ya había decidido que no había nada malo en matar a gente como ellos.

“Qué…? Qué mierda hiciste?!”
“Jefe! Es un monstruo! Hay un monstruo acá!”

Los hombres armados entraron en pánico mientras el Enjambre Destripador atravesaba el dosel del carruaje y saltaba fuera, para luego cargar hacia ellos. No había necesidad de que le diera órdenes. Todo lo que necesitaba era informar a la consciencia colectiva que estos hombres eran peligrosos.

“Mierda! Dispárenle! Maten a esa puta cosa!”

El líder de los rufianes disparó su arco corto hacia el Enjambre Destripador, pero la flecha simplemente rebotó de su exoesqueleto. El ruido metálico de la flecha fue prontamente seguido por gritos.

“Puto monstruo!”

Los otros cinco se dieron cuenta de que las flechas eran inútiles y en vez tomaron sus alabardas y espadas para desafiar al Enjambre Destripador. Podría haber hecho rebotar las flechas como si no fueran nada, pero recibiría daño de esas masas pesadas de metal.

Las extremidades como guadañas fueron arrancadas y sus colmillos volaron. Mientras más tiempo peleaba el Enjambre Destripador, peor se volvía su condición, eventualmente con su figura quedando irreparablemente destrozada. Incluso mientras moría, agitó sus guadañas en un intento desesperado de protegerme, mordió fatalmente al enemigo con sus colmillos y los paralizó con su aguijón venenoso.

Eso es suficiente. Puedes parar ahora.

Eso era lo que quería decir, pero fui demasiado cobarde. En vez de eso, dejé al Enjambre Destripador morir en mi lugar. Era la decisión lógica para defender a la reina— a mí — pero aun así, palabras llenas de condena y culpa surgían en mi corazón.

El Enjambre Destripador arrasó a través de los rufianes restantes, apuñalándolos con su aguijón. Fue realmente una batalla brutal. Pero el enemigo respondió con fuerza, hiriendo de gravedad al Enjambre Destripador. Podía sentir su impaciencia a través de la consciencia colectiva.

“Retirada! Muévanse, muévanse!”

Eventualmente, el Enjambre Destripador arrinconó a los tres miembros restantes del grupo, pero inmediatamente escaparon del lugar. Subieron a sus caballos y galoparon por el camino principal para escapar.

“Enjambre Destripador!”
Ahora que la pelea había parado, corrí a su lado.
“No estás… bien, cierto…?”

El cuerpo del Enjambre estaba mutilado. Las alabardas habían arrancado sus patas y el golpe de una espada había quebrado su cabeza. Los Enjambres Destripadores eran unidades de combate iniciales diseñadas para arrasar en el juego temprano, y como tal, no eran muy fuertes. Si el enemigo desplegaba unidades con defensas mejoradas y tal, podían ser derrotadas con bastante rapidez.

Y aun así, había forzado una responsabilidad tan pesada en él.

“Su Majestad… Está ilesa…?”
“Estoy completamente bien. Pero tú…”
El Enjambre Destripador estaba preocupado por mí incluso ahora.
“No debe preocuparse. Nosotros somos todos uno y uno somos todos. Mi consciencia permanecerá en el colectivo, así no necesitamos temer a la muerte. Lo que nos aterra más que cualquier cosa es la posibilidad de que usted sea dañada, Su Majestad… Así que verla segura nos tranquiliza…”

Habiendo dicho esas últimas palabras, el Enjambre Destripador dejó este mundo.

No, no lo dejó. Su voluntad se quedó en la consciencia colectiva formada entre los incontables Enjambres y yo.

Así es; el Enjambre no conoce la muerte. Hasta que el último de su especie fuera exterminado, la consciencia individual de este Enjambre sería preservada como un parpadeo en una llama eterna. El noble deseo de este Enjambre se mantendría en la consciencia colectiva, compartida por sus hermanos y sería pasada a la siguiente generación del Enjambre.

De cierto modo, el Enjambre era inmortal. Mientras la reina sirviendo como su núcleo y la consciencia colectiva se mantuviera, su presencia seguiría allí incluso si su forma física muriera. La voluntad de este valiente Enjambre que peleó para defender a su reina nunca desaparecería.

“Lo siento. Aun así no puedo aceptar esto.”

Cavé un agujero a un lado del camino con la ayuda de mi marioneta y enterramos el cuerpo del Enjambre. A mi modo, lloré su muerte. El Enjambre no tiene necesidad de oración, pero en ese momento, sentí que tenía que hacerlo.

Y era verdad. La voluntad del Enjambre Destripador que había muerto se quedó en el consciente colectivo. Sería pasado a otro Enjambre y algún día reaparecería frente a mí, jurando su lealtad una vez más. Esa era la fuerza del colectivo Arachnea.

En cuanto a mí, sin embargo, soy un individuo con mi propio conjunto de emociones y no soy tan voluble como para aceptar que otro tomará su lugar. había luchado valientemente hasta el amargo final y no podía aceptar que sus esfuerzos fueran deshechos.

Había acabado de presenciar una muerte; era, esencialmente, la primera sangre derramada bajo mi dominio. Era también el primer verdadero y ardiente odio que había sentido jamás. El primer profundo arrepentimiento que he tenido. La primera misericordia pasajera que he albergado. Estaba sintiendo una tormenta de otras emociones que no podía poner en palabras.

Mi conflicto interno pasó a través de la consciencia colectiva Arachnea, pero el Enjambre no parecía asentir. Quizás porque solo un Enjambre Destripador había muerto. Si fuéramos a la guerra, cientos de ellos serían sacrificados. Verlo pasar por primera vez me volvió demasiado emocional. La primera muerte de uno de mis Enjambres sacudió hasta lo profundo de mi ser.

Otro sentimiento comenzó a florecer dentro de mí, incluso mientras mi corazón estaba casi por completo abrumado por la consciencia colectiva. Aligeró mi dolor por esta unidad y en cambio me inspiró.

“Si nos golpean, golpearemos de vuelta. Heredaré tu voluntad,” dije, dejando flores en la modesta tumba del Enjambre Destripador.

Luego de regresar a nuestra base, comencé a prepararme para la venganza que impondría en su nombre.

Sí, finalmente encontré un enemigo que derrotar.



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