Capítulo 1 – Confirmando la situación

Miré a mi alrededor rápidamente y encontré un pequeño trozo de papel. Garabateé en ella todo lo que podía recordar justo antes de que la consciencia colectiva del Enjambre ahogara mis memorias.

Era una estudiante universitaria de dieciocho años, nacida y criada en Japón. No tenía muchos amigos en la vida real, pero tenía bastantes en línea. Conocía a la mayoría de ellos por los juegos. Cuando se trata de videojuegos, no había quién me callara.

Llevé una vida bastante triste, aunque lo diga yo misma. Lo que me faltaba en la realidad lo buscaba en internet. Aun así, no tenía arrepentimientos y no podía hablar de nada a lo que estuviera demasiado apegada en la algo vacía vida que llevé en Japón.

Definitivamente saldré de este mundo. Le prometí victoria al Enjambre, pero al final del día tenía mis propios objetivos egoístas. En vez de concentrarme en conseguir una victoria desconocida e imposible de conocer, elegí apuntar a mi deseo de volver a Japón.

No hice ningún esfuerzo de esconderlo tampoco. El Enjambre probablemente sabía esto por la consciencia colectiva que nos conectaba, pero se mantuvieron callados en el tema. Parecían aprobar tácitamente mi deseo de volver. O quizás pensaban volver conmigo y arrasar mi mundo con las oleadas oscuras del Enjambre.

Sea lo que fuera, el Enjambre no rechazaba mi intención de volver a mi propio mundo. Juré encontrar un modo de dejar este mundo y volver a casa… excepto que no tenía idea de cómo comenzar. Pero algún día, de seguro voy a encontrarla.

Entonces, mi primera prioridad era confirmar la situación. Recolectar información es la primera tarea en esta clase de juego, después de todo. Necesitaba entender el terreno, la posición de nuestros enemigos y los recursos que necesito para producir más unidades— eso es, más Enjambres. Necesitaba conocer también el mejor camino a estos recursos, así como el resto de la información pertinente sobre esta región para emerger victoriosos.

Estas eran las cuatro X: eXploración, eXpansión, eXplotación y eXterminio.

Necesitaba recursos. Necesitaba una base. Y necesitaba un enemigo. Pero siendo sincera, aún estaba algo dudosa de pelear contra este supuesto enemigo. Dónde debería comenzar? El mapa era demasiado grande. Nunca he visto estos túneles y no recuerdo haber jugado antes en un mapa con túneles de este tamaño.

Podía recordar todos los mapas que había jugado. De hecho, era un oasis de perfecta claridad en mí de otro modo brumoso océano de la memoria. No había un solo mapa que no conociera, desde los mapas de un solo jugador, a los en línea, hasta los mapas hechos por los usuarios. En una mano, este podría haber sido un mapa de nicho desconocido hecho por un usuario; pero no había forma de que un mapa tan grande como este no fuera altamente calificado por otros jugadores, así que incluso eso sonaba poco probable.

Para ese fin, dividí mis Enjambres Destripadores en pares y los envié a explorar. Su información llegó directamente a mí por la mente colmena, y la usé para dibujar un mapa del área. Si vamos a ganar, tendremos que asegurar esta zona, pensé.

Una mina de oro. Campos de caza. Una instalación militar de afiliación desconocida. Estaba concentrada en conseguir información en nombre de la victoria que le había prometido al Enjambre y por el bien de volver a mi propio mundo.

Pero honestamente, en cuanto a posiciones iniciales se refiere, esta era de oro. Si importar cuanto modificaras las configuraciones de dificultad, solo comenzarías con dos o tres Enjambres Trabajadores y un Destripador si tenías suerte. La Arachnea era una facción que abrumaba al enemigo con números, así que tener tantas unidades tan temprano en el juego usualmente estaba prohibido para mantener las cosas balanceadas. No era tarea fácil tener estos números de inmediato.

El recurso principal de los Marianne era la fe, que incrementaba con el número de ciudadanos que tuviera y permitía que la facción aumentara el límite sobre el número de tropas. Los Greogria minaban oro, la comida favorita de sus dragones, para movilizar sus fuerzas. Los Flame, otra facción malvada, incrementaba su número de unidades acorde a cuántos sacrificios haya hecho. Aunque había un truco donde los Flame sacrificaban a sus unidades trabajadoras— que no subsistían de carne — para incrementar la suma de sus sacrificios.

Usualmente era difícil aumentar una buena cantidad el número de unidades en el juego temprano, pero los Flame podían hacerlo con relativa facilidad. Sus trabajadores subsistían en las más básicas de las comidas— frutas y cultivos — y podían ser sacrificados para desbloquear unidades de nivel alto, como los atacantes que eran el equivalente Flame de los Enjambres Destripadores. Ahora bien, para lo fácil que era para esta facción producir unidades, las unidades mismas eran como era de esperar, algo débiles.

La Arachnea, por otro lado, subsistía de carne. Típicamente se recolectaba carne de los campos de caza, que se generaban como parte del mapa, para incrementar su producción de unidades. Solo los Enjambres Trabajadores podían ser producidos con plantas recolectables, mientras que todas las demás unidades requerían carne para ser producidas.

La generación de mapa del juego tomaba eso en cuenta, por supuesto, y distribuía campos de caza acorde a esto. Ahí, los Enjambres Trabajadores cazaban ciervos y conejos, llevaban el botín de vuelta a la base y producían aún más Enjambres. Mientras supieras cómo hacerlo, era perfectamente posible reunir tus unidades atacantes iniciales— en este caso los Enjambres Destripadores — y arrasar las posiciones de tus enemigos antes de que pudieran establecer fortificaciones.

Lo he hecho varias veces yo misma, destruyendo varias facciones desde el inicio. Para que este método funcione, necesitar capturar rápidamente cada recurso de carne posible en el juego temprano y dedicarlo todo a producir Enjambres Destripadores tan rápido como sea posible, para luego arrasar una base enemiga. Si el ataque fue exitoso, los Enjambres habrán obtenido tanta carne como unidades hayan matado, haciendo posible producir aún más Enjambres como resultado.

Masacrar, devorar y propagarse— en cuanto este ciclo comienza, la partida está más que ganada.

Mientras no era imposible, era ciertamente una estrategia difícil de hacer funcionar. Aun así, ya tenía cientos de Trabajadores y Destripadores bajo mi comando y un buen número de instalaciones variadas desde el inicio. Cualquier dificultad que me haya dado esta configuración inicial es una bastante inusual.

Si mirara la situación como si fuera el juego, se sentía como si hubiera tomado la partida de otro jugador luego de que se fuera. Había otro jugador al mando antes de que yo llegara? Si es así, qué le pasó? Dónde estará ahora? Y si la Arachnea existían antes de que yo llegara, eso significa que hay otras facciones también? Mientras no podía evitar preguntármelo, algunas de estas preguntas no eran nada de lo que tuviera que preocuparme. Fuera que hubiera otro jugador antes o no, el Enjambre me había mostrado su lealtad a mí. Si existió un jugador antes, de seguro ya no está en este mundo.

El Enjambre solo acepta una reina. En otras palabras, no había otro jugador usando a la Arachnea más que yo ahora mismo— a menos que, por supuesto, hubiera otro jugador usando la misma facción. Y si hubiera alguien así, bien podrían tener alguna clase de pista sobre cómo puedo volver a casa.

Adicionalmente, tengo que ser cuidadosa en lo que respecta a interactuar con otras facciones. Puedo hablar con otros humanos, lo que significa que había una posibilidad de establecer paz con ellos, pero serían cuidadosos conmigo porque uso a la Arachnea. La Arachnea fundamentalmente no utiliza diplomacia, favoreciendo las declaraciones de guerra, así que sospecharían de mí desde el inicio. Podría verme siendo rápidamente odiada por los demás.

Si esto fuera una broma elaborada podría haber comenzado a reírme en voz alta, pero la consciencia colectiva del Enjambre en mi mente era demasiado real. Podía sentirlos, experimentar sus sentidos y entender sus deseos.

En otras palabras, victoria.

El Enjambre no sabía lo que significaba victoria, y por lo tanto yo tampoco podía entenderlo. Pero aun así la deseaban. Victoria. Una victoria a la que yo los llevaría. Una victoria de la que pudieran enorgullecerse. Victoria y nada más.

“Su Majestad, su ropa está lista.”

Además del estado del mundo y el terreno cercano, necesito conocer mi propia situación. Teniendo dieciocho años, era considerada una adulta bajo los estándares legales de Japón. Por lo menos así debería haber sido, pero mi cuerpo se veía algo más joven ahora, quizás de catorce o algo similar. La chaqueta con capucha que llevaba como algo cómodo en casa me quedaba algo suelta y tendía a caerse un poco.

No tenía idea de por qué me había vuelto más joven o cómo había llegado aquí para empezar, pero hice lo mejor que pude para reunir mis pensamientos. Qué estaba haciendo antes de encontrarme aquí? No lo sé. Lo último que recuerdo es encender mi PC. Mi querido computador por poco era capaz de correr el juego con los requisitos mínimos, pero ahí estaba, esperando poder jugar una ronda o do— y entonces esto pasa?

No lo entiendo. Las discrepancias en mi memoria también eran preocupantes. Por alguna razón olvidé todo sobre los Enjambre, qué estaba haciendo antes de venir aquí e incluso el título del juego. Tengo alguna clase de enfermedad menta, o será la influencia de este nuevo mundo? Si es la primera, todo lo que he estado experimentando hasta ahora debe ser una alucinación. Pero si eso fuera verdad, no habría recibido alguna clase de tratamiento médico?

Puedo vivir sola, pero sigo yendo a la universidad y siempre llamo a mis padres en los fines de semana para dejarles saber que estoy bien. En serio no entiendo nada de esto, pero tengo que seguir rebuscando. Si puedo descubrir cómo llegué aquí, quizás eso sea la clave para volver a casa.

No tengo intenciones de quedarme en este mundo incomprensible para siempre. Una vez lidere a la Arachnea como su reina, volveré. Podría haber pasado gran parte de mi tiempo encerrada, pero aún siento que allí es donde pertenezco. No tengo lugar en este reino perturbado donde los Enjambres Arachnea realmente existen.

“Su Majestad?”
“Sí, lo siento. La usaré en un momento, ponlas por ahí mientras.”

El Enjambre Trabajador que me había traído algo de ropa bajo mis ordenes ladeó su cabeza mientras apuntaba a mi cama. Lo llamé cama, pero era solo una superficie de piedra con algo de paja encima. Podrías decir que he estado viviendo con bastante modestia. Hice una nota mental de elevar los estándares de vida aquí eventualmente.

“Veamos la ropa que hicieron para mí…”

Extiendo la ropa que los Enjambres Trabajadores habían hecho para mí, asegurándome de mantener mis expectativas apropiadamente bajas.

“…No puedo usar esto.”

Sin embargo, lo que vi fue un vestido absolutamente espléndido. Estaba hecho de un material similar a la seda y era lo extravagante al punto que no se hubiera visto fuera de lugar en la era Victoriana. No había costuras visibles, como si la seda hubiera sido hecha en la forma del vestido para empezar. Dejando a un lado algunas elecciones cuestionables, como el escote expuesto y la espalda abierta, era básicamente perfecto.

“Supongo que, en términos de necesidades diarias, tenemos la necesidad de ropa cubierta,” murmuré a mí misma mientras me ponía el vestido. “Y tengo alojamientos, incluso si necesitan algunas renovaciones. Ahora tengo que preocuparme por la comida.”

La comida era crucial. Siendo humana, necesito comer para sobrevivir, y los Enjambres necesitaban comida como recurso para producir más unidades. Acorde al escenario del juego, la comida es un recurso necesario para producir todo tipo de unidades, a menos que fueran inorgánicas o dracónicas, y como ya he mencionado, los Enjambres requieren carne. Carne animal funciona sin problemas, mientras haya un suministro constante. Yo puedo conformarme con los restos.

“Su Majestad.”

Una voz hizo eco en mis oídos de repente.

“Sí?”
“Una aldea ha sido detectada. Está poblada. Cuáles son sus ordenes?”

El reporte vino de uno de los Enjambres que envié a explorar; fue transmitido mediante la consciencia colectiva. Me concentré en la consciencia de ese Enjambre individual, lo que era suficientemente simple. Había un mapa en mente, el mismo que en el juego. Me enfoqué en ese Enjambre en particular y proyecté mi energía en él, lo que vino con la misma sensación que seleccionar una unidad en el juego.

Entonces, una escena apareció en mi mente. Podía ver una aldea, y dentro de ella alrededor de treinta personas corrían como si estuvieran en pánico. Pero algo más de ellos llamó mi atención.

“Ellos son… elfos?”

Las orejas de los aldeanos eran puntiagudas y largas, haciéndolos ver sorprendentemente como elfos.

Los elfos eran una raza de alineamiento positivo y su facción era llamada “Fly Greene.” Ellos eran maestros de los ataques sorpresa que amaban la naturaleza y por lo tanto usaban unidades que venían del bosque, como dríadas, para sus tácticas. También existía una facción de elfos oscuros, que tenían alineamiento malvado, pero estos elfos tenían la piel de color azul. Los elfos en esta aldea en cambio eran solo elfos normales.

Los Fly Greene aparecían y desaparecían en los territorios boscosos, lanzando ataques sorpresa que eran exasperantes de tratar, pero con estos números era perfectamente posible aplastarlos. Sería capaz de hacer eso ahora?

Podría… y sin ninguna dificultad. Había jurado guiar al Enjambre a la victoria después de todo. Podía usar la carne de cualquier elfo que se alejara demasiado de la aldea para aumentar mis fuerzas y aplastar al enemigo con números abrumadores.

Eso era asumiendo que esa fuerza fuera necesario, claro. La situación ahora mismo era algo diferente de lo que había imaginado. En otras palabras, había contradicciones con lo que sabía del juego.

“Su Majestad, denos la orden de atacar. Con nuestros números podemos fácilmente matar y devorarlos.”
“Espera. Hay algo que quiero intentar.”

Hay varias cosas que debía averiguar. Para empezar, era este realmente el mismo mundo que el del juego? Después de todo, si tuviera mal la premisa principal, de seguro cometería errores en mi juicio.

Segundo, uno usualmente no construiría una aldea sin asegurarse de poner defensas; si otros jugadores fueran a notarlo, los atacarían directamente, poniéndole un rápido fin a ello. Pero aun siendo una aldea relativamente grande, no tenía fortificaciones de ningún tipo. No había soldados, ni estructuras defensivas, ni muros. Era completamente vulnerable, como si la ubicación se hubiera mantenido igual desde su estado original al inicio del juego sin desarrollarlo de ningún modo.

Era como si estuvieran rogando que fuéramos y arrancáramos sus pequeñas cabezas.

Oh, rayos. Estaba empezando a sonar como el Enjambre ahí.

De cualquier forma, ningún jugador normal, ni siquiera la IA construiría una aldea sin defensas. Tomando en cuenta eso y el mapa desconocido, era muy posible que quizás, por difícil que fuera de creer, esto realmente no fuera parte de un mundo de videojuego encarnizado. Parecía que esto en serio era alguna otra clase de mundo y la Arachnea era una presencia extranjera que llegó de algún modo aquí.

Sí, tal como yo.

Por lo tanto, tenía que confirmar si eso era verdad entes de planear mi siguiente movimiento. Tomando la falda de mi largo vestido, llamé a un Enjambre Destripador y salté a su espalda. Entonces convoqué un par más y partí a la aldea de los elfos.

Si esto no fuera el mundo del juego, mis planes futuros estarían en peligro.


“Haa… Haa…”

Respiraciones cansadas hacían eco por el bosque, seguidas de gritos salvajes— las voces de forajidos. Dos pares de pasos ligeros, casi inaudibles, eran perseguidos por las fuertes pisadas de cinco o seis hombres.

“Lysa, rápido! Rápido! Ya vienen!” gritó un chico elfo. Tendría quizás dieciséis años y tenía un arco corto en sus manos, apuntó con este detrás de él mientras gritaba.
“Solo déjame atrás, Linnet…” dijo la chica elfa, que parecía tener alrededor de catorce años.
“Sabes que no puedo hacer eso! Vamos a volver juntos!”

Linnet corrió hacia Lysa, que se estaba quedando atrás, y la tiró de la mano mientras comenzaba a correr de nuevo. Pero un brazo simplemente no era suficiente.

“Ahí están! Encontré a los elfos!” tronó una voz ronca desde atrás de ellos.

Un grupo de hombres humanos cubiertos con cota de malla barata apuntaron en la dirección de los elfos. Con pasos pesado, los hombres se acercaron, algunos con flechas en sus arcos y otros sosteniendo dagas o hachas. Uno podía ver de una mirada que eran una banda de forajidos. Esos hombres eran cazadores furtivos, pero no del tipo que iba en busca de presas a cuatro patas— eran esclavistas.

“Solo ve! Corre, Linnet! No deberías tener que ser un esclavo también!” le rogó Lysa.
“Como si fuera a hacer eso! No voy a dejar que nos conviertan en esclavos!” Linnet disparó una flecha hacia los hombres.

“Whoa, cuidado.” Un hombre que parecía ser el líder de los esclavistas retrocedió de un salto. “Este tiene garras. Muy bien, muchachos. Maten al elfo con arco y capturen a la mujer.”
“Entendido, Jefe.”

Los esclavistas se acercaron con escudos de madera, yendo hacia Linnet con sonrisas burlonas en sus rostros mientras él disparaba desesperadamente flechas hacia ellos. Sus flechas solo golpearon los escudos, quedando enganchadas en ellos o solo rebotando sin efecto.

“Linnet, por favor vete!”
“Maldición! Si solo fuera más fuerte… aunque sea solo un poco!” Desesperación aparecía rápidamente en los gritos frustrados de Linnet.

Lysa comenzó a llorar. Los esclavistas ya casi alcanzaban a Linnet, listos para tomarlo y aplastar su cabeza con un hacha. El rostro de Linnet se veía decidido.
Pero en ese momento…

“Aaaarghhh!”

De repente, el torso del esclavista que estaba a punto de saltar sobre Linnet desapareció. O mejor dicho, fue arrancado… por las mandíbulas de un insecto gigante. Los colmillos de la criatura y las extremidades como guadañas goteaban sangre fresca y sus vacíos ojos compuestos mirabas a los esclavistas a su alrededor. Era más grande que los esclavistas mismos y masticaba el torso arrancado del que había matado.

“Qué de… Qué demonios es eso?!” La aparición repentina del insecto los dejó en pánico.

Pero el caos solo estaba comenzando.

Otros seis insectos salieron de los arbustos y comenzaron a despedazar a los esclavistas. Los hombres ni siquiera tenían la oportunidad de gritar. Sus gargantas fueron cortadas en segundos, y mientras espuma y sangre burbujeaban desde sus bocas, los insectos continuaban devastando sus cuerpos. En el caos, un par de gotas de sangre salpicaron al rostro de Linnet.

“Ayuda…” Uno de ellos logró levantar su voz antes de que su cabeza fuera partida en dos por una guadaña insectil, dejándolo solo capaz de convulsionar.

“Esto no puede ser real! Jamás he escuchado de monstruos como estos!” gritó el líder de los esclavistas. “Es imposible! Qué son estas cosas?!”

Se dio la vuelta para correr, pero otro insecto se puso en su camino. El monstruo chasqueaba sus colmillos rítmicamente, como contemplando si despedazar al hombre o comerlo vivo. No había una pizca de emoción en su multitud de ojos vacíos.

“Eek! Dios, ayúdame!” gritó el hombre, cayendo a sus rodillas.

En respuesta, el insecto frente a él levantó una guadaña ensangrentada. En el momento en que descienda, el líder de los esclavistas sería recibido por la muerte. Él se encogió de miedo en el piso como un condenado a muerte esperando su ejecución, y en ese momento, el insecto frente a él daba la impresión de ser la muerte misma.

Entonces, en un golpe rápido, fue dejado inconsciente.

“Suficiente.” La voz sonora de una chica llenó el aire.
“Está segura, Su Majestad?”
“Sí. Lo necesitaré luego para un pequeño experimento.”

Con eso, la chica salió caminando de los arbustos y se reveló a si misma.

“Es tan linda…”

La chica era hermosa y llevaba un vestido digno de la realeza. Se veía majestuosa sin importar el espectáculo sanguinolento frente a ella, por teñido que estuviera de la sangre y viseras de los esclavistas. Encantada, Lysa olvidó todo sobre su miedo y observó a la recién llegada con admiración.

“Tengo algo que preguntarles,” dijo la chica. “Ustedes son de la aldea cercana?”
“Sabes sobre la… Quién eres tú?!”

Linnet rápidamente colocó una flecha en su arco y los insectos se prepararon para atacar. Con sus guadañas listas, rechinaban sus colmillos mientras sus aguijones, goteando veneno letal, vibraban expectantes. Si Linnet fuera a hacer un mal movimiento, se uniría a los cadáveres de los esclavistas.

“No necesitas ser tan precavido. Acabo de salvar sus vidas.”
“Esos son…?”
“Sí, son mis sirvientes.”

Linnet miró a la chica con una mirada incrédula. “Eres una bruja?”
“No. Yo soy…” La chica sacudió su cabello hacia atrás antes de continuar, flanqueada por su ejército de insectos ensangrentados.
“La Reina de la Arachnea.” Ella sonrió como si hubiera contado un chiste que solo ella entendía. “Ahora, es la primera vez en bastante que hablo con otras personas… Bueno, erm, alguien que sea como otro ser humano. Preguntaré de nuevo: ustedes son de la aldea cercana? O no tienen nada que ver con ella?”
“Así es. Somos de Baumfetter,” dijo Lysa.
“Lysa!”
“Linnet, acaba de salvarnos. Deberíamos invitarla a la aldea para agradecerle.”
Ignorando la expresión conmocionada de Linnet, Lysa continuó, “Te mostraremos el camino a la aldea. Tus… amigos insectos tienen que venir también?”
“Los pobres se preocuparían si me alejara mucho, así que tendré que llevar al menos a uno conmigo,” respondió la reina.
“Entonces venga conmigo, Su Majestad. Es por aquí.”
“Gracias.”

Lysa entonces comenzó a escoltar a la reina a su aldea, con Linnet siguiéndolas justo después. Pero ninguno de los elfos notó a los otros insectos arrastrando el cuerpo del esclavista inconsciente hacia los árboles… o la misteriosa sonrisa en el rostro de la reina Arachnea.


“Linnet! Lysa!”
“Dónde estaban? Estábamos preocupados por ustedes dos!”

Miré mientras Linnet y Lysa entraban a la aldea que el Enjambre Destripador había encontrado— la Aldea Baumfetter — y fuimos rápidamente rodeados por aldeanos.

“Fuimos a la montaña a recoger hierbas. El resfriado de Oksana estaba empeorando, verdad?”
“Los niños no deberían preocuparse por ese tipo de cosas! Aunque aprecio el gesto.”

Linnet y Lysa habían ido a recoger hierbas medicinales que ayudarían a un aldeano enfermo. Fueron encontrados por esclavistas, que estaban esperando por presas, y fueron perseguidos por el bosque. Los aldeanos habían notado que se estaban demorando en volver a casa y entraron pánico al notar que estaban desaparecidos. Parecía que justo estaban discutiendo si deberían organizar un grupo de búsqueda para encontrarlos.

“Les paso algo mientras estaban fuera?”
“Bueno, nos encontramos con unos traficantes de esclavos…”
“Traficantes de esclavos?!” Los ojos de los aldeanos se abrieron de par en par. “Y qué pasó?! Escaparon?!”
“Sí, alguien nos salvó. Así que, erm, nos gustaría presentarla.” Linnet y Lysa intercambiaron miradas,
“Sí. Nos salvó. Ella dice que es la Reina de la Arachnea.”

Tomando eso como una señal, salí de las sombras.

“Qué… Qué es ese monstruo?!”
“Un monstruo?!”

Las miradas de los aldeanos no estaban fijas en mí, sino que en el Enjambre Destripador detrás de mí. Estaba ahí en silencio, pero su grotesca apariencia probablemente era un poco demasiado… estimulante para aquellos que no estaban acostumbrados a ello.

“No se preocupen, no va a atacar,” dije, intentando tranquilizar a los aldeanos. “Él es mi fiel sirviente.”
“Puedes controlar a este… este monstruo?” Un elfo anciano dio un paso adelante de la multitud de aldeanos. “Eres alguna clase de bruja?”
“No soy una bruja, sino que la reina Arachnea. Han escuchado de la Arachnea?”
“Arachnea? Es ese el nombre de un reino? Dónde está? He vivido un largo tiempo, pero temo que nunca he escuchado de ese lugar.”

Tal como pensé. Los aldeanos no saben sobre la Arachnea. Si esto fuera el mundo del juego no habría forma de no hubieran escuchado de la infame y mortal Arachnea. Sin importar que tan remoto el lugar en qui vivieras o a qué facción pertenecieras, ni siquiera si eras humano o no. Todos conocen el nombre de la marea de insectos que arrasa con ciudades y naciones por igual.

No sabían que la Arachnea significaban muerte en el mundo del juego. Eso significaba que este mundo no era igual al del juego.

Ahora estoy segura de ello.

“Bien entonces, reina Arachnea, le agradecemos por salvar a nuestros niños.”
“No se preocupen. Solo hice lo que quería.”

El elfo anciano bajó su cabeza en agradecimiento y los otros aldeanos siguieron su ejemplo, pero le quité importancia. Salvé a esos elfos intencionalmente para ganarme el favor de los aldeanos después de todo, así que su apreciación me hizo sentir un poco culpable. Me metí en su pelea con intenciones completamente egoístas, no había salvado a esos niños por la bondad de mi corazón.

Sabía completamente bien lo vil que realmente era.

“En realidad, quería hacer un trato con su aldea,” les dije, cambiando al tema principal. “Podrían escucharme?”
“No me digas que eres otra esclavista?”
“No, no lo soy. No necesito esclavos. Pero lo que sí necesito es comida.”

Y justo cuando lo dije, mi estómago se quejó con su gruñona voz.

“Erm, apreciaría si pudieran darme algo de comida por ahora,” les dije, con algo de rubor apareciendo en mis mejillas.


“Gracias, eso fue delicioso.”

Dejé mi cuchara en la mesa, concluyendo mi comida. La cocina de Baumfetter consistía mayormente de hongos, vegetales y frijoles. El sabor de los vegetales se había mezclado en la sopa, resultando en una comida bastante sabrosa. Aunque, que yo tuviera hambre podría haber añadido un poco a ello.

Sin embargo, esto presentaba un problema real.

“No comen carne?”

Ninguna de las comidas que me sirvieron tenía carne en ellas. Todas eran comidas vegetarianas, con frijoles de soya como fuente de proteína. No sé nada de nutrición élfica, pero pueden los frijoles de soya realmente tomar el lugar de la carne como fuente de proteína? No, la nutrición de los elfos no es importante ahora. El problema va un poco más profundo que eso.

“No podemos cazar durante esta temporada,” dijo el elfo anciano excusándose. “Tenemos algo de carne seca, pero…”

Nada de carne, entonces.

Podía producir Enjambres Trabajadores usando hongos y vegetales, pero voy a necesitar carne para cualquier otro tipo de Enjambre. Tendré que obtener carne si quiero incrementar mis fuerzas. Sin importar contra quién vaya a la guerra, voy a necesitar aumentar nuestros números para entregarle al Enjambre lo que desean.

La consciencia colectiva me informó que el Enjambre buscaba la victoria, incluso si las condiciones para conseguir esa victoria eran completa y totalmente desconocidas para mí.

“Ya veo. Será el Plan B entonces.”

Pensaba que este podría ser el caso cuando descubrí que esta era una aldea de elfos, así que tenía un plan de respaldo en mente.

“Estos esclavistas siempre se quedan por este lugar?”
“Sí, son un serio problema para nosotros,” dijo el elfo anciano. “También trabajan como cazadores furtivos y constantemente perturban la tierra alrededor de aquí.”
“Entiendo. Entonces está bien si los mato, cierto?”

Mi pregunta era una casual, para no alarmar al elfo anciano.

“Matarlos?” Su expresión era una de sorpresa.
“Sí. Están causando problemas para su aldea, verdad?” Le dije. “Estaría más que feliz de eliminarlos para ustedes.”
“Ya veo… Así que ese es el trato que quieres hacer con nosotros.”
“Correcto. me alegro de que lo entiendas rápido.”

Esencialmente, quiero hacer un trato con ellos donde nos paguen por asegurar el área. Si el área no fuera segura, eso sería conveniente para nosotros. Les hice una oferta que no podían rechazar. Era mejor para ellos quedar bajo nuestra protección en vez de vivir asustados de que sus hijos sean secuestrados por esclavistas… eso es, mientras puedan aceptar las apariencias grotescas de los Enjambres.

“Y qué pedirías a cambio?”
“Tantos ingredientes como puedan escatimar. Por supuesto, hasta un punto en que no ponga una carga para la aldea.”

Usaría esos ingredientes para alimentarme y producir Enjambres Trabajadores. Tener que obtener comida para mí como si fuera una de las unidades del juego era un aspecto problemático que el juego mismo nunca tuvo.

“Bueno, no nos molesta, pero eso es todo lo que necesita?” preguntó el anciano.
“Supongo que hay otra condición. No intenten ver lo que ocurre con los cadáveres de los cazadores y esclavistas,” respondí con una sonrisa ligera.
“Sus… cadáveres?”
“Sí. Sus cadáveres.”

Y eso era el plan B: usar los cuerpos de los forajidos como fuente de comida. Podía matar a esas personas sin que nadie reclamara y usarlos como ingredientes.

Esa era la fuerza de la Arachnea después de todo: aplastaba otras facciones, las consumía y se multiplicaba, solo para repetir el mismo ciclo con la siguiente facción. Había otras facciones capaces de devorar a la competencia, pero la Arachnea era la más fuerte entre ellas.

Mientras más enemigos mataba el Enjambre, más crecen sus números, permitiendo una masacre en incluso mayor escala. Forjar esa clase de imperio diabólico era la esencia misma del estilo de juego de la Arachnea.

“Así que, nunca pregunten qué hacemos con sus cuerpos,” demandé. “No tiene nada que ver con ustedes.”
“Entendido. Supongo que eso está bien,” respondió el elfo, asintiendo con cautela.

Este fue un acto de diplomacia que no hubiera funcionado si este fuera un asentamiento humano. Que ellos fueran elfos me permitió lograr este trato.

“Vendremos regularmente a recolectar recursos. Oh, y tengo una pregunta: pueden decirme dónde está la ciudad más cercana? De preferencia una que tenga intercambios y un mercado de carne.”
“La ciudad de Leen al oeste suena como lo que estás buscando. Hay un gran bazar allí, aunque no hacemos mucho uso de él.”

Naturalmente, mi plan no se detenía solo en cazadores y esclavistas.

“Muchas gracias. Bueno, haré que estos pequeños patrullen el área, así que, si detectan algún intruso, solo suenen algún tipo de alarma y ellos se encargarán de ellos de inmediato.”

Esto concluyó mi trabajó aquí por el momento. Todo lo que quedaba era ver si mi próximo experimento tendría frutos.


Hice que llevaran al líder de los traficantes a la base de la Arachnea. Estaba atado y amordazado con los hilos de los Enjambres, incapaz de siquiera gritar mientras era rodeado por docenas de Enjambres. Casi me sentí mal por él, pero sabiendo que intentó secuestrar a niños elfos y convertirlos en esclavos mantenía mi simpatía a raya.

Una persona que orquestó algo tan cruel merecía piedad? No lo creía. miré fríamente a los ojos del hombre que me rogaban por piedad.

“Quiten los hilos de su boca.”
“Como desee, Su Majestad.”

A mi orden, un Enjambre Destripador usó sus guadañas para remover con destreza los hilos que mantenían su boca cerrada. Las cuchillas cortaron ligeramente sus labios, pero considerando lo que este hombre intentó hacerles a esos niños, se lo tenía ganado e incluso más.

“Qu-qué…?! Qué demonios son estas cosas?!” gritó el hombre. “Qué vas a hacer conmigo?!”
“Silencio.” Pisé su cabeza, presionando mi tacón en su sien. “No quiero escuchar una palabra.”

Podía sentir un impulso sádico aparecer dentro de mí.
No. Chica mala. Mala. Nada de dejarse llevar por los pensamientos del Enjambre.

“Dime. Has escuchado de la Arachnea?”
“Erm, no. Primera vez que he escuchado ese nombre. Es alguna clase de organización? Son estas… cosas… parte de ella?”
“Guarda. Silencio.” Patee ligeramente su cabeza para ponerle fin a su balbuceo. “Yo estoy haciendo las preguntas aquí.”

Él no sabía de la Arachnea tampoco, lo que sería imposible en el mundo del juego. Como lo sospechaba. Este realmente no es el mundo del juego.

“Bueno, si no tienes información, supongo que no tengo ningún uso para ti.”
“Espera! No me mates! Haré lo que sea! Te daré esclavos gratis! Tengo un montón de chicos lindos! Ellos definitivamente te dejarían satisfecha! Por favor…!”

Escucharlo rogar por su vida me hacía querer taparme los oídos. El solo hecho de que intentara sobornarme me enfermaba.

“Oh, no voy a matarte. Te daré un buen uso.” Me acerqué a cierto objeto junto a mí.

Era un Horno de Fertilización.

Hice que los Enjambres Trabajadores lo produjeran de antemano. Si tuviera que describir cómo se veían, era como una multitud de úteros humanos extraídos y cosidos a la rápida entre ellos. Ciertamente no era una forma que cualquiera estuviera muy emocionado en imaginar.

Cargué toda la carne seca de conejo y ciervo que había conseguido de la aldea de los elfos al Horno de Fertilización, y entonces hablé al constructo, dando una clara orden:

“Enjambre Parásito.”

El Horno de Fertilización comenzó a retorcerse y palpitar, haciendo ruidos repulsivos y viscosos mientras el útero se hinchaba. Una pequeña garra salió de la carne de manufacturación, y la criatura a la que pertenecía abrió su camino al exterior.

Parecía un pequeño escorpión, o quizás más cercano a la famosamente grotesca araña camello. Este recién nacido horror era un Enjambre Parásito, y pronto jugaría un papel crítico en el éxito del plan B. No tenía capacidades de combate, pero sí tenía una habilidad especial.

“Eres un traficante de esclavos, verdad?” le pregunté, dejando al Enjambre Parásito reptar a mi mano.
“S-sí. Pero no atacaré más a los elfos. Tienes mi palabra.” La voz desesperada del líder esclavista comenzó a quebrarse.

Era una obvia mentira, claro. Si lo dejara irse atacaría a los elfos de nuevo. Pero si lo usara a mi favor, ese sería un problema arrancado de raíz.

“Creo que es momento de que aprendas cómo se siente la esclavitud.” Con eso, metí a la fuerza al Enjambre Parásito a la boca del hombre.

Se esforzó por escupir el desagradable monstruo que se había arrastrado por su lengua, pero el Parásito se enterró más profundo con vigor. Y cuando se había fijado dentro de su garganta extendió pequeños tentáculos a lo largo del cuerpo del hombre, eventualmente llegando a su cerebro.

“Ah, aah, aahhh, aaahhhh…”

El hombre tuvo un par de espasmos, y luego de vomitar una vez se quedó completamente quieto.

“Desaten sus ataduras,” ordené.

Los Enjambres Destripadores cortaron las cuerdas que lo ataban.

“Levántate.”

El esclavista se puso de pie, tal como le ordené.

“Di, ‘Todos alaben a la reina,'” dije.
“Todos alaben a la… reina…” El esclavista obedeció mis ordenes con los ojos vacíos.

Sí, como su nombre implicaba, el Enjambre Parásito se enganchaba a sus víctimas, convirtiéndolos en muñecos que obedecían cualquier orden que su maestro— o maestra, in mi caso — le diera. Si le ordenada que cometiera suicido, este hombre tomaría cualquier medida posible para morir.

Había muchos usos para esta unidad. Te permitía tomar unidades enemigas poderosas o hacer pasar a una unidad como una de una facción enemiga que podrías usar para observar o incluso atacar a los trabajadores del enemigo.

Además de la simple táctica de arrasar con Enjambres Destripadores, la Arachnea también era capaz de estrategias más intrincadas que asaltaban al enemigo cuando menos preparados estaban para ello. Eso es lo que la hacía una facción tan divertida de jugar, y la razón de que estuviera tan apegada a sus unidades, comenzando con los Enjambres Destripadores. Otras facciones también tenían sus lados buenos, claro, pero no podía evitar amar a la Arachnea por sobre las demás.

“Ahí tienes. Ahora sabes lo que se siente ser un esclavo.”

la peor parte era que la consciencia del esclavista seguía ahí. El Parásito en su cuerpo restringía su libertad, pero sus sentidos y consciencia seguía como siempre. Él podía sentir el Parásito enganchado a su garganta y los tentáculos extendiéndose a su cerebro.

Creaba un verdadero infierno viviente.

Sus sentidos estaban completamente intactos, pero todas sus acciones eran dictadas por alguien más. Era una pesadilla. No podía comenzar a imaginar lo que debía sentirse tener a una criatura enganchada en tu garganta y cerebro.

Pero este hombre era un esclavista, así que convertirse en un esclavo era lo que se tenía merecido. Podía decirlo con perfecta honestidad y sin una pisca de duda. Eso es lo que mereces, escoria.

“Tienes un trabajo muy importante por delante. Un trabajo crucial, incluso, así que más te vale hacer lo que debes. No es que tengas el derecho de rechazar de todas formas.”

Y con esas palabras, mi plan B había sido puesto en acción.

El Plan B era obtener carne por medios no agresivos. Ahora mismo no podíamos pelear una guerra, pero necesitábamos prepararnos para una de todas formas. Por esa razón cree este plan.

No sé si funcionará hasta que lo intente. Esto es, después de todo, territorio por completo desconocido para mí, así que no hay forma de saber qué clase de problemas podrían aparecer. Obstáculos impredecibles o la sociedad misma podría ponerse en mi camino para intentar evitar que consiga mis objetivos.
Pero es cierto lo que dicen: no lo sabré hasta que lo intente.



Ugh… eso fue largo…

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