<<41>> — Fin del camino

“…Aguanté. Pensé… que era todo lo que podía hacer, así que incluso si me llamabas un maldito parásito, manitas o lo que sea… seguí intentando con todas mis fuerzas para que pensaras que valía la pena contratarme…”

La cabeza de Lucella estaba llena de memorias de Gemel, de las que un 90% eran desagradables y un 10% neutrales en el mejor de los casos. En su momento, trabajó duro bajo Gemel. Tenía que trabajar por el bien de Giselle.

Dada su rara ocupación como gerente de aventureros, no tenía ningún otro lugar donde encontrar empleo, así que estaba agradecido con él hasta cierto punto.

Todos en el Séptimo Dado, incluyendo a Gemel, eran del tipo de aventureros que realmente necesitaban un gerente, y el apoyo de ■■■■■ de hecho los ayudó a alcanzar la fama como un meteoro. Era difícil decir que sus esfuerzos se veían reflejados en su paga, pero aun así sentía que valía la pena.

No sabía si ellos realmente estaban agradecidos por ello. Pero al menos sabía que era necesitado.

“Pero me mataste. Y qué logró? Ya no eras capaz de hacer nada, y finalmente te convertiste en un subordinado de los agresores. Cómo pudiste caer tan bajo… Gemel!”

El grupo Séptimo Dado estaba en una situación terrible. Ellos eran cuatro. El oponente era uno. Un solo dragón enojado.

“Entonces asumo que pagar lo que debes también es parte de la conclusión que deseabas.”

“Cómo?!”

Gritó Gemel, como si no pudiera seguir conteniendo sus emociones.

“C-cómo te c-convertiste en eso y v-volviste?!”

Ciertamente fue un desarrollo increíblemente afortunado (o desafortunado, para Gemel) si lo pensabas racionalmente. Lucella, que había estado prácticamente muerto, fue salvado. Mientras que Gemel, que logró un crimen perfecto, vio como todos sus planes terminaban en caos.

Aunque este predicamento fue algo que él mismo sembró, seguía siendo entendible que lamentara sobre esta clase de desenlace.

“Yo mismo estoy perplejo, pero aparentemente, esto es lo que llaman destino.”

“Una apertura!”

De repente, alguien atacó de repente a Lucella desde el lado. Parecía como si creyeran que Lucella estaba demasiado ocupado conversando con Gemel. El luchador Antony, un miembro del Séptimo Dado, golpeó a Lucella con un guantelete.

A pesar de sus imperfecciones, era un aventurero que estaba cerca de ser clasificado como de primera clase. Su puño era suficientemente fuerte para dejar inconscientes incluso a bestias mágicas que pesaban mucho más que él.

Sin embargo, solo hizo que Lucella retrocediera un poco.

“Aaaagh?! Ouuuuch! Muy duro…”

A pesar de usar guanteletes, Antony fue el que terminó sosteniendo su mano de dolor y retrocediendo un paso, como si hubiera golpeado algo increíblemente duro. Lucella lo miró fijamente.

“ Ya veo. Déjame hacerte más daño.”

“Gkh?!”

Lucella atrapó la entrenada mano de Antony, que era mucho más grande en comparación, y simplemente la apretó. Antony podía sentir sus huesos romperse y los músculos siendo triturados.

“Aagyaaaaaaa! Dueleeeeee!”

Colapsó con ese chillido.

“≪Javalina de Trueno≫!”

“Hmm?”

Un rayo golpeó la parte de atrás de la cabeza de Lucella, pero fue desviado, creando una nueva fuente de luz distinta a la del sol y proyectando una sombra.

No logró quemar siquiera una sola hebra del cabello rojo de Lucella.

Dando la vuelta, Lucella vio otro miembro del Séptimo Dado, el mago Gregor, de pie y preparado con un bastón. Él podía usar algunos hechizos de recuperación, pero se especializaba en magia de viento que controlaba rayos. Su magia de ataque había derribado a muchos enemigos hasta ahora. Pero el rayo liberado de su bastón no podía ni siquiera rozar a Lucella.

Entonces, Lucella dio un paso hacia él.

“Eek… C- ≪Chispa≫!”

El ataque de rayo explotó en chispas. Pero Lucella, que estaba al centro de ello, salió sin un rasguño. Y entonces, dio otro paso hacia él.

“L-L-Lla- ≪Llamada al Rayo≫!!”

El cielo destelló y un rayo cayó inmediatamente en Lucella. El destello fue suficientemente fuerte para momentáneamente teñir los alrededores en blanco y negro. Pero, aun así, Lucella salió ileso.

Y finalmente, Lucella había llegado frente a Gregor.

“Gah!”

Lucella le dio una patada brutal. Era una simple patada, sin técnica ni nada. Rompió su bastón, dobló su cuerpo, y lo lanzó volando y rodando.

Ni siquiera confirmó si estaba vivo o muerto. Podía acabar con él luego si seguía respirando.

“E-Esto es imposible!”

“Huh?! Bastardo, no escapes sin m—“

“Gyaa!”

Otro miembro, el explorador Jean, instantáneamente tomó la decisión de escapar una vez vio a los dos ser derribados. Desde el inicio, su función era apoyar en la exploración. Le faltaba algo de poder de combate, y se especializaba en correr.

Al ver a los dos ser derrotados sucesivamente, parecía haber juzgado que correr era la única opción. Esa probablemente era la decisión correcta. Pero inmediatamente, una lanza perforó a través de su espalda mientras escapaba.

Lucella había tomado y arrojado una lanza cercana.

Jean colapsó. Se arrastró un poco y se detuvo. Rojo manchando el suelo bajo él.

“Tú eres el siguiente.”

“Eeek!”

Finalmente solo, Gemel comenzó a temblar en su lugar, incapaz de correr o pelear, como si sus pies estuvieran pegados allí.

“P-P-P-Por favor! E-Es verdad que te maté…! Pero t-también fui yo el que te ayudó, verdad?!”

“Cierra la boca. Tus palabras me dan asco.”

“P-Peleé, mientras tú te encargabas del trabajo de fondo… L-Lo hacíamos bien, verdad? Por qué no volver a hacerlo?!”

“Tú eres el que lo terminó. Qué querrías de un manitas a este punto?”

“Eek… P-Perdóname!”

Lucella rechazó con indiferencia su feo intento de mostrar gratitud.

Sorprendentemente, Gemel se postró con la frente en el piso.

“P-P-Por favor déjame vivir! V-Voy a cambiar y viviré una vida honesta! No haré algo como esto nunca más, y ni siquiera intentaría involucrarme contigo! Así que, p-por favor no me mates!”

“H-Huh?”

Habló rápido con un tono rígido. Gemel abandonó todo y rogó por su vida.

El modo en que enroscó su cuerpo gigante y besó el piso era tan patético que Lucella estaba estupefacto.

Las emociones de Lucella fueron más allá del enojo hasta sentirse desolado.

Pensó que el mundo era demasiado irrazonable, donde alguien tan insignificante como Gemel fue capaz de usarlo, y finalmente, casi matarlo.

Por un momento, todo lo que Lucella sentía era un vacío, haciendo que perdiera incluso su espíritu de lucha.

“…Cierto, solo eres un sinvergüenza de tercera. Te dejaste influenciar por dinero y cometiste un crimen, pero ni siquiera tienes la determinación correcta para ser malvado. Solo eres un canalla con menos valor que basura, uno que solo mancharía mi honor si te matara. Y, si te dejo ir, probablemente vas a vivir en secreto en algún lado y nunca más meterte conmigo.”

“S-Sí, así es, hehe…”

Si vieras caca de perro en el piso frente a ti, querrías tocarla? Si fuera a la entrada de tu casa, probablemente te taparías la nariz y lo limpiarías, pero lo ignorarías si solo estuviera a un lado del camino, sin relación a ti.

Lo que Lucella sentía ahora mismo era similar a eso.

La expresión de Gemel se volvió en una sonrisa servil cuando vio esperanza de ser perdonado.

“Pero lo siento.”

Al siguiente instante, algo gigantesco descendió, haciendo que la montaña temblara.

“Kgh…”

“Tal parece que Kafal no es tan indulgente como yo.”

Kafal miró a Gemel hacia abajo, con ojos ardiendo de ira, e hizo pedazos su cuerpo.



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