<<40>> — Ira merecida*
(*Según el traductor al inglés: “la versión original japonesa usa el término 逆鱗 (gekirin), que literalmente significa “escama inversa”. Se dice que los dragones tienen una sola escama creciendo al revés bajo su barbilla/cuello, y tocarla los enfurece, así que es usado figurativamente como algo que no debería ser tocado.”)
Los gerentes de aventureros sabían que al pelear contra un grupo organizado de monstruos era mejor comenzar derrotando a su líder.
En la montaña, un poco alejado del campo de batalla.
En el cuartel general del ejército de Maltgartz, los exterminadores y cazadores de dragones contratados que sobrevivieron la incursión estaban reunidos junto con los caballeros y soldados que protegían al general.
Los soldados preparaban los objetos mágicos defensivos y cambiaban su formación para poder retroceder mientras rechazaban los ataques.
“Todos guarden silencio! Prepárense para evacuar. Mientras mantengan la calma, escapar de un dragón no es nada! Los que entren en pánico serán los primeros en morir!!”
El general con un mostacho espiral y una armadura lujosa comandaba a los agitados subordinados.
Si algunas personas comenzaban a escapar sin dirección, no serían capaces de evacuar correctamente, y aquellos que escaparan dejándolos atrás también morirían en su intento fallido.
En ese sentido, lo que decía el general era correcto, y juzgando por su forma resonante de hablar, también tenía una capacidad de mando decente.
“Error. Tú serás el primero en morir.”
Lucella audazmente se abrió camino a través de los soldados que se estaban preparando para escapar y se detuvo frente al general.
“Qué dijiste, niñita? Quién……”
Al momento en que sus ojos se encontraron, los ojos del general se abrieron de par en par y se encogió del miedo.
“E-E-A-Aeeeek…!”
“Oh, así que puedes notar la diferencia en fuerza.”
“A-Ayu… Ayu… da…”
“También lo puedo notar… que tú… eres solo basura, débil y diminuto comparado a mí!!”
Lucella saltó hacia el general, que rogaba por su vida mientras temblaba. Le dio una bofetada ignorando su casco y lo derribó, aplastando su pecho acorazado con la planta de su pie usando toda su fuerza.
“Gphaa!”
Su llamativa armadura se sentía pesada y gruesa.
Como un general la estaba usando, debe haber sido un objeto mágico bastante valioso, así que debería haber sido suficientemente fuerte como para bloquear por lo menos la carga de un elefante.
Pero la armadura se agrietó y rompió con solo una patada de Lucella, e incluso lo que estaba adentro quedó hecho un desastre. La sangre brotó del general y nunca más se movió.
“Quién sigue?”
Lucella ya había perdido su interés en el general y fulminaba con la mirada a las personas estupefactas alrededor.
Se sentía como si su respiración estuviera acompañada de fuego.
“Q-Qu-… M-Muereeeee!!”
Los que se movieron primero no fueron los superhumanos que estaban acostumbrados a lidiar con monstruos, sino que los caballeros que eran especialistas anti-humanos.
Era una situación incomprensible, pero desenfundaron sus espadas en desesperación, reaccionando al asesinato de su general. No se descuidarían o serían piadosos, incluso si su oponente se veía como una niña pequeña. Incluso si estaban confundidos, sus acciones fueron aquellas de guerreros experimentados en matar humanos.
Sin embargo… a casi el mismo tiempo…
Hubo un fuerte sonido de alas batiendo.
““GRROOOOOOAAAARRRR!!””
Kafal en los cielos y Lucella en la tierra. Sus rugidos superpuestos partieron los cielos y sacudieron la tierra. Las nubes fueron trituradas y desaparecieron, y los árboles crujieron mientras sus hojas y ramas fueron lanzadas por los aires.
El suelo se agrietó alrededor de Lucella, con fisuras apareciendo tal que una telaraña.
Todos a quienes les faltaba valor fueron robados de sus consciencias de una sola vez, mientras que aquellos que lo tenían colapsaron con sus oídos chorreando sangre.
Kafal bajó su altitud mientras los vientos rugían.
Luego, inhaló por los huecos entre sus colmillos, hinchando su barriga.
“GRAAAAAAHHHH!!”
Y entonces, escupió su aliento de fuego hacia los caballeros.
No era una mera bola de fuego. Cayó con tanta presión que se convirtió en un desastre en llamas que aplastaba a todo hasta la muerte.
Varios caballeros acorazados fueron lanzados lejos mientras ardían.
Lucella inmediatamente buscó señales de vida.
Aquellos que ya estaban muertos. Aquellos que tomaban su último respiro. Y allí estaba— alguien que seguía vivo!
Sin retrasarse un momento, Lucella tomó una lanza corta que estaba apoyada en un muro dentro del campamento.
“Yaaaahh!”
La lanza voló con tanta fuerza que quemó la atmósfera, y ensartó a un caballero en el aire junto con su armadura antes de que pudiera golpear el suelo.
“…Las armas de verdad son bastante resistentes, huh? Las lanzas que hice atando colmillos de bestias mágicas a un palo eran afiladas, pero se rompían de inmediato.”
La que arrojó era una lanza de mitrilo relativamente común, pero con la fuerza de Lucella, era un arma letal.
Y al parecer, las tecnologías humanas no carecían de valor cuando se trataba de producir en masa cosas resistentes.
Mientras Lucella pensaba esas cosas.
“Dispareeeen!”
“Ah-?!”
Los exterminadores soltaron la cuerda de sus arcos.
Los aventureros que entraban a tierras inexploradas no podían aumentar su equipaje sin pensarlo, así que solían concentrarse en dominar solo el arma con la que eran mejores, pero los exterminadores de Maltgartz usaban varias armas para lidiar con diferentes situaciones.
Los arcos eran armas efectivas para derribar… o al menos herir a un enemigo al que no deberían acercarse.
Estirados por su fuerza superhumana, los arcos se volvían armas temibles que podían incluso atravesar las gruesas pieles de las bestias mágicas.
No solo los arcos, incluso sus flechas estaban hechas especialmente. Las flechas que tenían no solo las puntas, sino que incluso el eje hecho de adamantita eran bastante pesadas y caras, pero eran poderosas! Y varias de esas flechas estaban volando con agudeza hacia Lucella ahora!
Pronto, chocaron con el cuerpo de Lucella… y cayeron sin más al suelo.
“….Mierda… Pensé que romperían mi ropa nueva!”
“Huuh…?!”
“En realidad, eso dolió un poco. Para qué fue eso, bastardos!”
Las ropas defensivas hechas de piel de Variante tenían un aterrador poder defensivo.
Su poder fue sacado a relucir por un procesamiento elaborado, así que eran incluso más fuertes comparado a cuando el dueño de la piel estaba vivo.
Incluso si la armadura desviaba las flechas, con tantos ataques agudos golpeando, el impacto transmitido a la carne bajo ella normalmente causaría un daño significativo, pero Lucella no era de ningún modo normal.
Él inmediatamente se movió para retribuir el ataque.
“Ardan!”
Era una sensación falsamente similar a usar magia. Controlaba el poder dando vueltas dentro de su cuerpo y lo conectaba a este mundo. Fluía calor hacia la tierra, extendiendo grietas por ella.
“Gyaaaaaa!”
La superficie escupió las llamas. Brotaban mientras seguían formándose grietas.
Esas llamas saliendo de las fisuras parecidas a una tela de araña alrededor de Lucella seguían convirtiendo los alrededores en un horno del infierno.
“Qué es esa magia?!”
“No es magia. Aunque acabo de darme cuenta de que puedo hacer cosas como esta.”
El ataque de Lucella parecía como algo relacionado a la magia a primera vista.
Pero los exterminadores parecían haber notado que era algo diferente.
En el caso de la magia, era posible leer el flujo del poder mágico y reaccionar a ello por lo menos al mismo tiempo en que era activado, incluso si era un hechizo instantáneo con el encantamiento omitido. Pero Lucella había creado llamas tan naturalmente como parpadear, así que no lograron reaccionar a tiempo y tomaron el golpe.
“Es un aliento de fuego.”
“Qué?”
“No tengo la garganta de un dragón, así que lo siento por la improvisación!”
De repente, Lucella sacudió su brazo.
Al momento siguiente, las llamas surgiendo del suelo se movieron como si fueran conscientes, atacando a los exterminadores que lograron evitar un golpe directo antes por suerte.
El Monte Kuguse era una montaña que dormía con las llamas que traía. Los factores de fuego contenidos en él eran densos y despertaban usando el rugido de un dragón como catalizador.
Lo que causó Lucella no estaba del todo al nivel de una erupción volcánica, pero los torrentes de rojo que se esparcían mientras se retorcían eran tal como una inundación repentina de fuego.
“Aaaaagghhhh….!”
Fueron aplastados.
Las llamas de Lucella quemaron incluso los cuerpos superhumanos de los exterminadores.
“GROOOAARR!!”
Un aliento genuino vino desde arriba al mismo tiempo, separando y abrasando hasta la muerte a los soldados que escapaban.
Ya no había ni una sola persona que se levantara a enfrentarlos. Todos estaban apostando por su pequeña posibilidad de supervivencia escapando.
Pero esa no era una razón para que los furiosos dragones dejaran de pelear.
“Hmm?”
Lucella vio a alguien entre los hombres que escapaban.
“Gemel.”
“Eeek!”
Era un hombre que recordaba.
“Ya te diste cuenta de quién soy, verdad? Yo también recordé… todo lo que había olvidado.”
El hombre gigante vestido con una armadura de aventurero se congeló en su lugar, como si sus pies estuvieran cosidos al suelo y tímidamente se dio la vuelta.
Saben quién más tiene la garganta de un dragón? Respira manualmente.
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