<<4>> — Durmiendo juntos
Fue llevado al nido del dragón, alimentado con carne y para cuando se dio cuenta, había sido convertido en una niña.
No importa cuántas veces volvió a confirmar la situación en su cabeza, aún no sabía qué había sucedido.
Ni siquiera sabía por qué el dragón se llevó a Lucella a su nido.
—Lucella. Lucella…
Se siente raro. Estoy empezando a sentir como si siempre hubiera tenido este nombre…
Por alguna razón, ese nombre se sentía correcto. Era como si su cuerpo fuera alterado a la fuerza para que este nombre encajara perfectamente. Lucella se preguntaba si estar a las puertas de la muerte era la razón de esta confusión.
Pero pronto, un problema más grande se presentó.
“……F-Frío…”
La comida solo logró calentar el cuerpo de Lucella por un momento.
Ahora estaba envuelto en un frío repulsivo.
Sus sentidos habían estado adormecidos hasta hace poco, pero después de ingerir comida y calentar su cuerpo, finalmente reconoció el hecho de que se estaba congelando.
Todavía era una estación cálida.
Las montañas normalmente se enfrían más a medida que subes, pero esta montaña era relativamente pequeña y tenía abundante vegetación, así que esa no debería haber sido la causa.
Y sin embargo, hacía frío. Lucella sintió como si hubiera caído sobre un montón de nieve.
Su cuerpo ardía como si estuviera en llamas. Pero sintió frío en su lugar.
“U-Ugh…”
Lucella acurrucó su cuerpo sobre el lecho de follaje. Quería asegurarse de que escapara la menor cantidad de calor posible. Naturalmente, solo fue tan efectivo como una gota de agua en una piedra caliente.
Sus colmillos no se alineaban y los molares hacían un sonido de traqueteo.
“…Grrrr…”
El dragón acercó su rostro a Lucella y lo observó. Frotó su nariz contra él para obtener una reacción, pero Lucella no tenía el tiempo para mostrar una reacción. Estaba ocupado enroscando su cuerpo para soportar el frío.
No tenía un abrigo o una manta para proteger su cuerpo del frío, por lo que la única forma de resistirlo era acurrucarse.
“Grrr….rrr…”
El dragón parecía haber murmurado algo.
Al momento siguiente, se sintió como si se vertieran llamas en la boca de Lucella. Una cantidad incomprensible de energía estaba siendo derramada en su cuerpo.
—Esto es… magia…?
Lucella recordó haber recibido magia de recuperación varias veces en su vida como humano.
Esto se sentía similar a esa sensación… pero era incomparablemente más poderoso.
Los dragones eran monstruos con inmensos poderes mágicos. Qué pasaría si uno de esos dragones usara su poder para lanzar magia sobre un humano?
La respuesta es que le devolvería la vida a alguien incluso a las puertas de la muerte.
Ahora entiendo, pensó Lucella.
El hecho de que su herida se haya ido, así como el hecho de que estaba vivo, debe haber sido todo gracias a la magia curativa de este dragón.
Pero la magia no era una especie de poder milagroso que pudiera crear algo de la nada.
Más bien, la condición de Lucella era tan mala que estaba al borde de la muerte incluso después de haber recibido esa clase de magia. Realmente estaba en un estado tal que debería estar muerto.
Después de recibir ese hechizo, la respiración de Lucella mejoró un poco. Su cuerpo seguía temblando, pero la sombra de la muerte parecía volverse un poco más distante.
El dragón se tumbó junto a Lucella y torció su largo cuello, acercando el cuerpo de Lucella mientras se acurrucaba.
Su cuello, que estaba cubierto de finas escamas, presionaba suavemente la espalda de Lucella.
«…Tan cálido…»
Mientras se preguntaba qué estaba pasando, la espalda de Lucella comenzó a calentarse como si estuviera expuesta al calor del fuego.
El dragón levantó una voz como un bramido mientras respiraba.
Pequeñas llamas escaparon de su boca adornada con colmillos.
Cuando pensabas en lo que mejor representaba a los dragones, sería el poderoso aliento que podían escupir por la boca. Su aliento de fuego que podía quemar cualquier cosa era temido por todos.
Pero este dragón, en cambio, estaba revolviendo las llamas en su garganta para calentar a Lucella. Aunque el propio Lucella solo se dio cuenta de ese hecho mucho más tarde…
En primer lugar, si un dragón intentara calentar su huevo con su cuerpo gigante, podría acabar aplastándolo, y su grueso caparazón y escamas dificultaban también la transferencia del calor corporal.
Sin embargo, sus gargantas tenían escamas relativamente más delgadas, y también podían calentarlas a voluntad haciendo pasar llamas a través de ella.
Por esa razón, los dragones que podían usar el aliento de llamas a veces usaban sus gargantas para calentar sus huevos o crías.
A medida que la frialdad que atormentaba su cuerpo disminuía, Lucella comenzó a sentir que era molesto incluso pensar.
Y así, se dejó caer al mundo de los sueños como si se hundiera en un pantano.
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