<<12>> — Oh lluvia de otoño

La lluvia visitaba con frecuencia el monte Kuguse.

«Está lloviendo a cántaros…»

El fuerte sonido de las gotas cayendo llenaba el ambiente. Los árboles cuyas hojas estaban al borde de caer probablemente fueron finiquitados por esta lluvia.

El nido de Kafal tenía buen drenaje y no había acantilados cercanos que pudieran derrumbarse. Implícitamente mostraba su precaución como alguien que había perdido su huevo antes en una lluvia desastrosa. Ella estaba de pie con sus alas extendidas. Estaba usando sus alas como un techo.

Parecía que a Kafal no le afectaba en lo absoluto la lluvia o el viento, pero probablemente sabía que un niño perdiendo calor sería peligroso. Por eso, se mantuvo firme protegiendo a Lucella. Ella siempre actuaba así cuando llovía.

“No te cansas estando así? A un humano le resultaría extremadamente difícil permanecer quieto de esa forma bajo la lluvia.”

Ruh?

«Aunque no necesitarías hacer eso si tuviéramos un techo.»

Lucella miró a Kafal después de confirmar el estado de los frutos secos que estaban entre las pieles. Conservar los alimentos de forma higiénica en este nido azotado por el viento era difícil como tal. Si además de eso se mojaran con la lluvia, todo se arruinaría.

Después de todo, perdió su huevo en un deslizamiento de tierra causado por una fuerte lluvia. Dudo que Kafal esté dispuesta a seguir viviendo en una cueva o algo del estilo. Entonces, supongo que no hay otra forma más que construir una cabaña aquí, eh?

Lucella realmente sentía la necesidad de un lugar habitable ahora que comenzó a trabajar en la conservación de alimentos.

Dicho esto, no tenía conocimientos de construcción, y solo podía consultarle a Kafal, con quien apenas podía comunicarse… Así que tenía que empezar por pensar en cómo transmitir sus intenciones.

Lucella empezó a idear un plan.

Arrancó una rama del montón de follaje que formaba el nido y empezó a dibujar con ella en el suelo húmedo.

“Mira, alguna vez has visto algo como esto? Los humanos llaman a estas casas. Construyen estas casas y viven en ellas. Puedes soportar la lluvia si tienes una casa y también puedes defenderte del frío del invierno…”

No era particularmente bueno, pero Lucella dibujó lluvia y una casa en el suelo.

Kafal observó el dibujo con las alas aún extendidas a modo de techo.

Me pregunto si se entenderá… Creo que al menos se da cuenta de que estoy tratando de decirle algo…

Lucella señaló la imagen y le hizo gestos. Kafal ladeó la cabeza por un momento. Y después de eso, ella rugió.

«…Grrrrrrr… rooar!!«

De repente, el suelo se partió.

El follaje reunido para el nido se agrietó y partió, y una gran roca se levantó debajo de él.

Lucella recordó haber visto la ilustración en algún libro en el pasado, aparentemente, en regiones desérticas había casas hechas con arcilla endurecida. Esta se parecía a una de esas, pero no estaba hecha de arcilla, sino que era una casa de roca sólida que había sido alisada y ahuecada.

Tenía una sola habitación, con una entrada sin puerta y agujeros simples que servían como ventanas.

«S-s-s… Si podías hacer algo como eso, deberías habérmelo dicho antes!!»

Ruh?

La casa de piedra de repente creció dentro del nido. Lo más probable es que haya usado magia elemental de tierra para alterar el terreno.

Espera, podría ser que la razón de la elevación anormal de este nido también sea por la magia de Kafal?

Acababa de notarlo, pero el nido estaba en un lugar bien elevado en un área plana de la montaña, lo que se alineaba antinaturalmente con los deseos de Kafal. Probablemente simplemente hizo un terreno conveniente para el nido con magia.

Lucella se apresuró a entrar. Era solo una habitación con ventanas y una entrada, sin muebles ni chimenea, pero aún así era suficiente para protegerse del viento y la lluvia.

Pero entonces, la casa de piedra tembló. Kafal había metido el hocico por la entrada.

“…Gruuuu…

“O-oye, por qué te ves tan triste…”

Ella sopló aire por la nariz.

Kafal añoraba a Lucella, que se escondía dentro y trataba de acercarse tanto como fuera físicamente posible.

«Cierto! Uhh, quiero decir… no hay necesidad de obsesionarse con una de tamaño humano… Como, si puedes hacerlo, quizás…”

Lucella evitó la entrada donde tenía atascada la cabeza y saltó por la ventana. Y luego, dibujó una casa gigante en el suelo y dibujó un dragón y un pequeño humano dentro de ella.

«Ruh!«

Esta vez, toda la montaña tembló con fuerza.

La piedra subió desde ambos lados del nido y se conectó sobre la cabeza de Kafal, formando un arco que cubría tres lados del mismo. Si excluimos el hecho de que estaba hecha de roca y era gigantesca, parecía una cabaña de piedra que construyeron unos niños durante la nevada.

Ella no lo creó de la nada, sino que simplemente alteró la forma del terreno. Al terreno circundante se le quitó la misma cantidad de materiales que se gastaron en hacer el techo, y el área alrededor de la cabaña de piedra se convirtió en una zanja gigante similar al foso de un castillo.

«Woow… Genial!»

Lucella solo podía quedarse con la boca abierta mientras contemplaba el techo desorientadoramente alto. Los humanos también utilizaban la magia hasta cierto punto al construir grandes estructuras, pero algo tan tosco y fuerte probablemente era una rareza.

«…Ahora que lo pienso, si ella podía hacer esto pero no lo hizo hasta ahora, significa que realmente no pensó en hacer un techo hasta ahora…»

«Ruh?«

Lucella no pudo evitar mirar a Kafal con exasperación.

Extendió sus alas para proteger a Lucella, pero para una madre dragón… O dicho de otra manera, para el joven dragón que protegía, la lluvia solo llegaba a ese nivel de amenaza. Si vivieran en una cueva, ella no necesitaría extender sus alas, pero eso era todo. Su estándar era fundamentalmente diferente al de los humanos.

Bueno, ella entendió lo que él quería así que todo terminó bien.

Kafal se agachó bajo el techo y Lucella se reclinó sobre su cuello como de costumbre.

«Con tanto espacio, el viento va a entrar sin más… pero bueno.»

El invierno se acercaba. Pero las escamas del dragón eran cálidas.

Supongo que puedo soportar el invierno así…?

Almacenar la comida en conserva ya no debería ser un problema y la nieve tampoco importaría.

Con una cúpula de piedra de ese ancho, podía hacer una hoguera si hacía frío, y tenía toda la leña que quisiera para eso. Habiéndose acostumbrado bastante a la magia de fuego, Lucella se sentía confiado.

Pero mientras se empezaba a sentir aliviado, volvió a pensar en ello.

Espera espera, un momento. Realmente debería ser tan indiferente ante esto? Si tenía una familia o algo así, no estarían esperando a que regrese?

Siempre pensaba en ello, pero lo había empujado a un rincón de su mente. Pasó días preparándose para el invierno y se hizo cargo de los “materiales de enseñanza” (…materiales peligrosos?) que trajo Kafal. Estaba ocupado todos los días.

Fueron días bastante agitados, pero felices al fin y al cabo. Kafal a veces hacía las cosas a la manera del dragón y eso conllevaba cierto riesgo, pero era porque estaba dando todo para criar a Lucella.

Por eso casi lo olvidó. Sobre su época antes de convertirse en hijo de Kafal. Sobre el hecho de que alguien en algún lugar podría estar esperando su regreso.

Siento que tenía que regresar con vida pasara lo que pasara. Quiero al menos confirmar por qué pensé eso. Si mi investigación muestra que en realidad estaba solo, bueno, eso tampoco sería tan malo. En ese momento, simplemente me voy a establecer en esta montaña.

La lluvia torrencial continuó sin cesar.

Entre su sonido bullicioso pero calmante, Lucella cayó dormido.