Capítulo #8 – Separación [Lado de Ikaros]

Cuando lo noté, estaba acostada en el suelo. Miré a mi alrededor y lo único que pude ver era arena, estaba en un desierto… o una playa exageradamente grande. No había vegetación, simplemente un mar de arena interminable.

Y Vincent? Me levanté y miré una vez más a mi alrededor buscándolo… debía encontrarlo. De cualquier forma, tal como había visto antes, seguía siendo solamente arena.

Cómo se supone que llegué aquí? Si no me equivoco perdimos contra Caith Sith, pero no me siento muy herida. Puedo moverme normalmente, aunque estoy cansada.

En este lugar había un calor horrendo, más que en cualquier otro lugar en el que haya estado, pero no me afectaba en lo absoluto.

Vincent no se ha dado cuenta, pero yo en realidad… creo que no soy un ser vivo.

Hace cerca de tres años, unos meses antes de encontrarme con Vincent, desperté en el interior de un barco volador. No recuerdo nada antes de eso.

Quién soy. Qué soy. Por qué estoy aquí.

No podía responder a ninguna de esas preguntas.

En ese barco encontré algo escrito en un muro: Ikaros. Desde entonces, ese ha sido mi nombre. Aprendí a usar la nave y comencé a viajar por el mundo usando una espada que encontré allí como mi arma.

En cuanto a por qué pienso que no soy un ser vivo… Bueno, para empezar no necesito comer. No me hago daño ni caigo inconsciente fácilmente y en los tres años que he estado con Vincent mi apariencia, incluyendo mi pelo, no ha cambiado en nada.

Recuerdo cuando Vincent llegó a mi nave, antes de que pudiera decirle que no necesito comer, él ya había preparado algo y no pude rechazarlo… de cualquier forma él me hubiera obligado a comer de un modo u otro así que no lo dije luego de eso.

Comencé a caminar en una dirección aleatoria mientras gritaba el nombre de Vincent con la esperanza de que estuviera cerca.

Espero… espero que haya sobrevivido… No, conociéndolo, no vale la pena preocuparse, él no moriría por algo así, él es fuerte… o eso espero.

Seguí caminando por el desierto que se sentía infinito, el calor no hacía más que aumentar y me sentía agotada… Necesito un poco de agua…

El tiempo corre y no encuentro nada. Por lo menos eso significa que tampoco hay criaturas dañinas que me ataquen, supongo que es normal con este calor infernal… Quizás debería alegrarme por eso, después de todo, no tengo nada con lo que defenderme si me atacan. Un momento… y mi espada?

Una hora pasó mientras seguía caminando por el desierto, las sensaciones de sed y soledad no hacían más que crecer y el cansancio me estaba pasando cuenta… Si solamente pudiera volar, estas alas son frustantes…

La arena hacía que mis pasos fueran más difíciles de dar de lo normal y el cansancio se acumula con facilidad, es preocupante. A pesar de no tener mucho daño de la pelea con Phrodiyia, estoy agotada.

Entonces di un mal paso y caí al piso de rodillas.

— Ah… ya no puedo más…—

Ya no… No, tengo que hacerlo. Vincent me está esperando, soy la única que él tiene. Le juré que estaría a su lado… No me puedo rendir!

Me levanté y nuevamente seguí caminando en la misma dirección que antes, pero no tenía fuerzas… solamente avanzaba.

Sentía como si el tiempo cada vez avanzara más rápido, pero no había nada.

— Tengo que…— Mi voz con suerte salía de mi garganta, aún si el calor no me molestaba de por sí, todo este tiempo expuesta a esta temperatura comenzaba a afectarme. Pero sin importarme nada de eso, seguí caminando.

Luego de cuatro o cinco horas de caminar sin descanso, sentí mi límite… ya no podía más. Mi fuerza de voluntad para alcanzar a Vincent ya no bastaba… Entonces, sin darme cuenta, cerré mis ojos.

Cuando los volví a abrir, estaba en el suelo otra vez.

— Qué me…?—

Intenté pararme, sin resultados… Luego de mucho esfuerzo, pude sentarme.

— Me desmayé…—

Pero, cuando miré a mí alrededor pude ver una gran roca. Antes de caer no había nada aquí.

— Me… me moví sin darme cuenta…?—

No lo creo. Sin embargo, no puedo evitar pensar que este es otro lugar.

Después de un tiempo logré levantarme nuevamente y seguí caminando.
En cierto punto subí una colina de arena, y en cuanto llegué a la cima, pude ver por fin algo diferente. En medio del desierto había una gran fisura que parecía cortar el enorme desierto en dos.

Comenzaba a atardecer y el calor era cada vez menos, así que podía moverme más cómodamente. Decidí ir a ver la gran abertura del desierto para inspeccionarla. Quizás era el hábitat de algún depredador, por lo que fui con cuidado, si me encontrara con alguna criatura fuerte…

— Simplemente moriría sin mi espada…—

Después de unos quince minutos logré llegar a la fisura, no podía ver el fondo.

Seguí caminando por la orilla, pensando que quizás encontraría algo en esa dirección, cuando encontré una gran roca de forma extraña. No solo era realmente grande, sino que tenía una forma extraña, como un montón de rocas apiladas, casi parecía un monstruo de roca.

— Cómo se formaría algo así?—

A orillas de la gran fisura había varias rocas, pero esta era diferente de las demás… ahora que lo pienso…

Entonces abrió un ojo. Era un ojo de color café intenso y me miraba fijamente siguiendo mis movimientos… esto era totalmente peligroso.

Comencé a correr con todas mis fuerzas alejándome de la fisura. Espero que no me esté persiguiendo… Los dragones son territoriales, no? Si no me quedo en su zona debería estar bien, cierto?

Después de haberme alejado lo suficiente del lugar, me dejé caer a mis rodillas por el cansancio. Por lo menos el calor ya no era muy intenso… Miré hacia atrás y por suerte no había nada.

— Me salvé…—

Hace tiempo que no temía por mi vida, pero ahora mismo estoy prácticamente indefensa, estando tan cansada y sin mi espada. No es un buen momento para meterme en una pelea.

Qué haría Vincent en un momento así…? Qué estoy diciendo… solo puedo seguir caminando…

Entonces, la arena comenzó a moverse ligeramente… Un temblor?

— Esto puede ser un problema…—

Me levanté y seguí corriendo, el sismo cada vez se hacía más intenso… No, se acercaba.

Era otra criatura? No importa. La presión de tener algo persiguiéndome me estaba matando, pero no podía hacer nada más que correr. En mi condición actual, no tengo más opciones.

Siempre que nos metíamos en problemas, Vincent y yo lo solucionábamos juntos… Cada vez que estábamos en peligro mortal nos zafábamos de alguna manera. Pero ahora siento la muerte detrás de mí sin posibilidad de hacer nada… No quiero morir sin haberme despedido de Vincent…

—…Qué estoy pensando?—

Me detuve de golpe y me di la vuelta, no hay escapatoria. Los temblores aumentaron su intensidad hasta detenerse frente a mí. Desde la arena comenzó a surgir una cabeza gigante, luego las alas, y finalmente el resto del cuerpo salió por completo.

Era el mismo dragón de antes.

No hay forma de escapar… Solo puedo enfrentarlo, aunque no sé si puedo ganar.

Me miraba fijamente desde cerca, era horrendo y mucho más grande que Phrodiyia. La presencia que imponía era increíble.

— Qué puedo hacer…?—

La desesperación comenzó a inundarme, así que simplemente me abalancé contra él aunque fuera solo para demostrar mi determinación.

— Rhaaaaaaaaaaa!!— Rugió el dragón con ira en su voz.

Entonces dio una vuelta rápida y me lanzó por los aires con un golpe de su cola.

— Agh!—

No pude evitar dejar salir un grito por el impacto. Caí bastante lejos por la fuerza del golpe, duele… No me puedo mover… Esto es todo? Perdí con solo eso!?

Los pasos del dragón se escuchaban al moverse sobre la arena… El cielo estaba anaranjado… era lindo. Este… este es el fin…?

— No te rindas Ikaros! Pase lo que pase tienes que ganar!!—

— Vin… cent…?                —

Si él realmente está aquí… No, no puede estar acá, pero él confía en mí, no lo puedo defraudar. Él estaría muy triste si su única compañera desapareciera de un momento a otro, verdad?

Vamos, párate!

Finalmente logré ponerme de pie, pero no podía mover mi brazo derecho, que fue con el que recibí el golpe del dragón directamente.

Él se estaba acercando lentamente a mí, levantarme fue lo más que pude hacer. Intentaba seguir moviéndome, pero simplemente no podía. Seguí de pie, inmóvil mientras veía la muerte venir hacia mí.

—…Qué hago?— Unas pocas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos — Aléjate de mí!!—

Sentía mi pulso acelerándose y mi respiración perdiendo su ritmo, tenía miedo de morir.

— Alguien… Alguien ayúdeme!!— Gritaba desesperadamente, ya sin saber qué hacer. Todo el valor que había reunido antes se estaba yendo… O quizás seguía siendo lo mismo, no quería morir.

El dragón volvió a mirarme fijamente desde cerca con sus dos enormes ojos café.

— Hueles a…— Dijo él.

Puede hablar!?

— N-no me comas… por favor… t-tengo amigos que me esperan… No puedo dejarlos!—

— Malditas chatarras!!— Gritó el dragón.

Por instinto extendí mis alas mientras el dragón se acercaba con sus fauces abiertas y listas para devorarme. Cerré los ojos y sentí como tomó una de mis alas con sus dientes.

— Ah!—

Cuando volví a abrir los ojos, estaba elevándome hacia el cielo.

— Déjame vivir!! Te lo suplico!!—

Cada vez me llevaba más arriba, tan alto como podía llevarme.

— Ustedes no merecen existir…—

Entonces me lanzó directamente hacia el suelo, en un instante había terminado mi caída y sentí el impacto más fuerte que haya sentido en mi vida. Era mi fin. Nunca he caído inconsciente durante una pelea sin importar que tanto daño reciba, pero en cuanto cerré mis ojos por el ataque de esta bestia, ya había sido derrotada. Solo podía ver hacia arriba con mi visión dañada por el golpe.

El dragón voló en mi dirección con las fauces abiertas, desde su interior, una luz rojiza comenzó a brillar.

Lo siento Vincent… Este es el adiós… por lo menos pasamos buenos momentos. Desde que te conocí supe que eras una persona genial… Valiente, imparable. Espero que eso siga así, no soportaría verte morir… Al menos no tendré que vivir eso… si es que se puede decir que estoy viva. Después de todo, no soy un ser vivo… No?

La criatura gigante disparó un rayo rojo como el fuego hacia mí, el comienzo de su aliento era mi fin.

Mi historia termina ahora… estoy feliz de haberte conocido.

Todo se oscureció.

Toda vida llega a su fin sin importar si es natural o artificial. Todos tienen eso en común, pueden morir. Siempre fui más resistente que el resto, no recibía el daño que los demás sí, pero eso nunca me hizo inmortal. Diría que fue una vida injusta, pero Vincent hizo que valiera la pena…

Entonces desperté. Me encontraba en una habitación, pero no podía moverme. No me quedaba energía para hacer nada, solo podía ver.

— Esto es el otro mundo? Argh…—

Seguí observando el entorno. Todo lo que podía ver de mi cuerpo estaba vendado, la habitación era bastante espaciosa pero parecía normal dentro de todo… Espera un momento… no morí? Realmente no morí!?

Trate de moverme o decir algo, pero simplemente no podía, ni siquiera podía sentir mi cuerpo.

Estaba realmente cansada, y mientras intentaba moverme, cerré mis ojos de nuevo.

Cuando volví a despertar la habitación estaba igual, con la excepción de un sujeto de pelo plateado sentado a mi costado. Él llevaba una camisa a cuadros y una capa negra, además de unos pantalones de un azul bastante oscuro. SI tuviera que nombrar algo que resaltara de su rostro, sería su sonrisa, tenía algo. No sabría decir qué era, pero había algo.

— Quién-…?— Intenté hablar.

Por lo menos ahora podía usar mi voz, aunque seguía débil. El cansancio volvió a invadirme, pero no podía permitirme el quedarme dormida, necesito saber qué pasó.

— Hasta que al fin despertaste, Kinami —

—…Kinami?—

— Oh, casi lo olvido. Bebe esto — Me acercó un frasco que tenía un líquido de color azul fluorescente dentro y directamente lo vertió en mi boca, simplemente tragué. No tengo muchas opciones de todas formas.

Mis ojos se abrieron por completo, me senté rápidamente y comencé a toser.

— Qué me-…!?—

En ese momento me di cuenta de que podía hablar y hasta moverme con normalidad, el cansancio que tenía antes parecía como si no hubiera estado allí para empezar.

— Qué se supone-…—

— Shh. No te doy permiso para hacerme preguntas —

— Quién e-…?—

— Dije que no —

Me quedé mirándolo fijamente, era bastante incómodo.

— Bien, ahora puedes preguntarme lo que quieras, Kinami —

Otra vez ese nombre… Pero hay algo más importante antes de eso.

— Quién eres?—

El sujeto se levantó de la silla en la que estaba sentado.

— Mi nombre es Daemon Sith y soy quien te rescató —

Sith… Sith… Me suena de algo. Si no lo recuerdo supongo que no era importante.

— Dónde estamos?—

— En mi casa. Por si te lo preguntas, seguimos en el desierto —

Aunque no hace calor.

— Qué me pasó? El dragón me golpeó con su aliento de fuego y luego…—

 Muerte. Pero no podía llevarme a decirlo en voz alta.

— Quedaste bien achicharrada, pero esa pócima que te di sanó todas tus heridas —

— Cómo es eso posible?—

— Solo recompone tu energía, eres una robot después de todo —

Él lo sabe.

—……—

—……—

— Cómo…?—

— Te conozco desde antes, Kinami. Por eso sé cosas que ni siquiera tu sabes, partidaria de los cinco héroes —

También sabe eso…

— Ya veo… Pero no comprendo, ese dragón me debió haber destruido por completo, sin importar si soy una robot o no, tenía el poder para hacerlo —

— Eso es por el material del que estás hecha, es un metal muy especial llamado iluminium —

— Iluminium? Kinami? Robot? Cómo es que me conoces? Nunca te había visto antes —

— Tranquila, un paso a la vez — El sujeto sonriente… Daemon, volvió a sentarse en la silla — Tu nombre es Kinami, y eres la última ángel —

— No era un robot?—

— Un ángel robot, aunque tienes emociones gracias a tu alma —

— Alma?—

— El alma es la esencia de todos los seres vivos, aunque también la tienen algunos que no están vivos, tú eres el ejemplo perfecto —

— Espera… Vincent! Tengo que llegar donde está él!!—

— Morirás si vas a buscarlo ahora —

—…Lo conoces?—

— No en persona, pero sí lo conozco. Ha estado viajando junto a ti, no es así?—}

— Quién eres…?—

— Ya lo dije. Mi nombre es Daemon Sith, soy el hijo de Caith Sith —

— El hijo de… Aléjate de mí! Seguro que me quieres matar!!—

— Por qué querría matarte? Es estúpido pensar eso, si quisiera matarte te hubiera dejado allí afuera —

—…Supongo. Pero, cómo es que me conoces?—

— Eso es porque yo te cuidé antes de que te encendieras. Tu nombre es Kinami, viene de ‘Ángel Robótico Generación K Número uno Prototipo M1 Modelo Ikaros’, el ‘na’ de tu nombre lo agregué yo —

No sabía qué responderle. No podía asociar ese nombre conmigo, supongo que era normal ya que estaba acostumbrada a ser llamada ‘Ikaros’, aunque ese nombre solo lo utilicé porque estaba escrito en una pared del barco…

— Sé que dudas de mí, es normal al encontrarse con alguien que sabe más de ti que tú misma, más aún cuando nunca me habías visto —

Decidí quedarme en silencio, no tenía una razón en particular para hacerlo, solo lo hice.

—Cambiando de tema. El dragón de afuera expulsa a cualquiera que intente acercarse porque le dije que lo hiciera, pero a ti te intentó asesinar solamente porque tienes un olor en especial —

— Olor a ángel robot?—

— Exactamente, los dragones tienen un olfato que no olvida y el pasado de Inhurdar está manchado por ángeles robot —

— Inhurdar?—

— Es el nombre de ese dragón —

—……—

Intenté levantarme de la cama, pero me fui directo al suelo. Antes de caer del todo, Daemon detuvo me afirmó.

—…Gracias —

Supongo que algunos efectos del cansancio siguen ahí.

— Ten más cuidado, tu peor enemigo es el desgaste en batalla —

Mientras me recomponía noté algo. Su sonrisa. Él ha estado sonriendo todo el tiempo, no se ha detenido en ningún momento. Es agradable pero extraño a la vez…

— Que un dragón te obedezca dice mucho de tu poder…—

— No es eso, simplemente somos amigos. Era un pequeño favor, lo que uno hace por otros siempre es recompensado —

— Eres amigo de un dragón?—

— Soy amigo de dragones, demonios, dioses, bestias legendarias y por supuesto, una ángel tonta —

…Lo dejaré pasar por ahora.

— Qué te parece si te doy un recorrido por la casa?—

— Uhmm… Está bien. Pero, te puedo pedir un favor?—

Si él sabe tanto como ha demostrado…

— Qué es?—

— Me ayudarías a encontrar a Vincent?—

— Por supuesto! Ahora, vamos?—

Si alguien al que un dragón le debe un favor me ayuda, de seguro podré volver a verlo.

Me seguía sintiendo un poco débil al caminar, pero con ayuda de Daemon podía seguir moviéndome con tranquilidad.

— Entonces… Tú me creaste o algo así?—

— No, fue un amigo mío… Pero el pasado hay que dejarlo atrás, solo queda el futuro y el presente, las cosas hechas ya no se pueden arreglar. No necesitas preocuparte por eso —

—…Estás implicando que en el pasado fui malvada?—

— No lo sé, solo tú puedes llegar a recordarlo —

—……—

— Entonces, nos movemos?—

—…Claro —

— Cómo debes haberte dado cuenta, esta es mi habitación y esa mi cama —

— No tenías una habitación para invitados…?—

— Sí la tengo —

— Entonces…—

— Cuál es el problema, K?—

— No… ninguno —

En cuanto salimos de su habitación descubrí que estábamos en un segundo piso. En este piso, además de su propia habitación tenía una para invitado, un baño y una sala donde escribía varias cosas. En el primer piso tenía muchas estanterías con grandes cantidades de libros, una cocina, y un comedor, que fue donde hizo que me sentara en una de las sillas que correspondían a la mesa.

— Te apetece comer algo?—

— Soy un robot, no? No necesito comer, de cualquier forma nunca he sentido hambre realmente…—

— Pero cuál es el problema?—

—…Está bien —

— Perfecto —

Daemon fue a la cocina y yo me dediqué a observar las decoraciones de la casa, había muchas cosas, entre ellas cuadros con personas que no conocía, a excepción de una… Allí aparecía yo durmiendo en el barco volador, Daemon y una niña. Quizás es verdad que soy una robot, no es tan difícil de creer de todas formas…

— Sabes, lo que importa realmente es quién eres. No por ser una robot vas a ser menos importante que un humano — Dijo Daemon desde la cocina.

Me sorprendió bastante que hablara coincidentemente de lo que estaba pensando. Estaba leyendo mis pensamientos? N-no, es imposible hacer eso… verdad?

— Quién es la niña en la foto junto a mí?— Le pregunté.

— Oh, es mi hermana. Katherine Sith —

— Entonces Bow…?—

— Ella es la hermana menor de Katherine, yo no estoy ligado por sangre a ellas, solo adopté su apellido… O mejor dicho, él me adoptó cuando era un niño —

— Ya veo… Dónde se encuentra ella actualmente?—

— Fue a vivir sus aventuras, a buscar su destino —

— Sobre Bow… Caith la abandonó y luego intentó matarla. Por qué hizo eso? No tiene sentido para mí, supuestamente es su hija… no?—

— Actualmente su cuerpo se encuentra corrupto. Él lucha para volver a ser quien era, pero no puede. Bow no se dio cuenta de eso y siguió al lado de Caith pensando que seguía siendo su padre…—

— Sabes… Hablas como si ya lo supieras todo —

— Je…—

La conversación se congeló hasta que Daemon volvió con dos pedazos de pie de limón y dejó uno en frente a mí, él se sentó al otro lado de la mesa con su propio trozo de pie.

— Y bien, por qué no le das un bocado?—

Tomé el pedazo de pie de limón con mis manos y le di un mordisco, era lo más delicioso que he probado en toda mi vida. Sin darme cuenta, me lo había acabado en un parpadeo.

— Es delicioso!!—

— Ja! Sabía que te iba a gustar —

— Oye… Si soy un robot, cómo puedo sentir los sabores?—

— Tu modelo fue el último de todos. Eres superior a todos los otros robots que vinieron antes de ti, por eso puedes sentir. Aunque no te afecta realmente —

Ya me sentía bien y podía pararme sola, aún no me había visto a un espejo ni me he quitado las vendas, por lo que no sé cómo me veo. Según Daemon, fui rostizada viva por el dragón, no me gustaría que Vincent no pudiera reconocerme por algo así.

Pero antes, me acerqué a las estanterías con libros del primer piso. Había muchos libros interesantes, pero lo que más llamó mi atención fue una estantería completa llena de libros con relatos de los héroes. No todos hablaban de cinco héroes, algunos mencionaban tres, otros cuatro… era curioso.

— Conozco a los héroes por estos relatos — Daemon se acercó repentinamente.

— Pero eso no explica que sepas dónde se encuentra Vincent ahora, a no ser que me estés engañando…—

— Eres libre de confiar en mí o no, te estaré esperando en mi habitación arriba —

— Claro…—

Entonces, Daemon subió las escaleras.

Me quedé mirando los libros un poco más hasta que uno llamó mi atención. El libro se llamaba “La caída del Rey Demonio”. Estiré mi mano hacia él, pero me detuve. Ya había gastado demasiado tiempo en esto, de todas formas eso solo sería algo del pasado, no hay forma de que pudiera ayudar ahora.

Dejé todo lo que había sacado como estaba originalmente y subí las escaleras.

Primero pensé en ir a la habitación de Daemon para hablar con él y decidir mis próximos pasos, él dijo que me ayudaría a llegar a Vincent después de todo. Pero finalmente decidí entrar al baño de la casa antes, quería mirarme al espejo y saber qué tan dañada había quedado, Daemon pudo haberme tratado un poco, pero no hay forma de que no tenga algo de daño duradero.

Entré al baño y me paré frente al espejo.

Aparte de mi rostro, mis alas eran lo único que no estaba vendado. En cuanto a mi ropa, solo llevaba puesto un short de pijama encima. El color de mi piel estaba de un tono ligeramente azul que me hacía pensar en la pócima que Daemon me hizo tomar, pero aparte de eso no tenía ningún tipo de heridas… Ese líquido azul fue lo que curó mis heridas o ya estaban curadas y eso solo recuperó mi energía? Bueno, no importa de todos modos.

Desenvolví un poco las vendas de mis brazos y al igual que mi rostro, ambos estaban ilesos. Entonces pensé que antes de quitarme más vendas debería conseguir un poco de ropa, la que tenía antes debió haber sido quemada por el fuego del dragón, pero Daemon debería poder darme algo, aunque sea suyo.

Salí del baño con las vendas de mis brazos colgando, toqué la puerta de la habitación de Daemon dos veces y esperé.

— Pasa — Dijo él desde el interior.

Abrí la puerta y entré a la habitación, Daemon estaba revisando entre varios cajones con ropa. Sobre la cama ya habían unos shorts que parecían cómodos, pero de todas formas aptos para salir.

— Necesitabas ropa, no?— Otra vez se sentía como si pudiera leer mi mente.

—…Sí, gracias —

Sacó una camiseta amarilla y me la pasó junto al short de antes. Entonces se volvió a sentar en la cama.

Nos quedamos mirándonos por unos segundos…

— Puedes salir? Me quiero cambiar —

— Claro — Él salió como si todo el tiempo hubiera estado esperando que se lo pidiera…

Me quité todas las vendas y me puse la ropa que Daemon había preparado, el short me quedaba un poco apretado, pero la camiseta estaba bien. Supongo que es normal siendo ropa de él.

— Ya puedes entrar — Dije mientras me sentaba en la cama.

Él volvió a la habitación y se sentó naturalmente frente a mí luego de mover la silla que seguía a un costado de la cama.

— Querías que te ayudara a encontrar a Vincent, verdad?— Dijo él, nuevamente adelantándose a lo que iba a decir.

— Sí, habías dicho que sabes dónde está —

— Sí, pero está bastante lejos. En el continente sur —

— Tan lejos… Cómo se supone que llegue allí?—

No tengo el barco ni ningún otro medio de transporte… Ni siquiera tengo mi espada para defenderme durante el viaje.

— Fácil, volando —

— Eh? Puedes volar?—

—…Tú deberías poder — Él me dio una mirada extrañada, era aún más extraña de lo que debería ya que lo hizo todo mientras sonreía… Como todo el tiempo — No puedes?—

—……No —

— Hm… Entonces yo te enseñaré a volar —

— Cómo me enseñaría a volar alguien que no tiene alas…?—

— Tengo un amigo que es un ángel. Lo he visto volar, así que debería estar bien —

Sonaba dudoso, pero…

—…Puedes hablarme más de ese amigo?—

— Todo a su tiempo. Primero tienes que aprender a volar, pero eso será mañana — Daemon se levantó de la silla — Haz lo que quieras por hoy, duerme en la habitación para invitados —

—…Claro —

Me costaba creer que de repente podría aprender a volar, pero con Daemon, sentía que de algún modo podría hacerlo. Era alguien extraño, pero esa misma rareza era lo que me hacía pensar que sin importar lo que hiciera, no tendría razón para sorprenderme.

El resto del día pasó sin novedades.

Dormí en la habitación para invitados, que al parecer era la antigua habitación de su hermana Katherine. Me costó un poco dormir pensando en cómo debe estar Vincent, pero nuevamente me reconforté al pensar en la clase de persona que era él. Si es él, estará bien.

 A la mañana siguiente desperté descansada, se sentía como si todo lo que pasé en el desierto no hubiera pasado, pero seguía en esta habitación y eso significaba que era hora de aprender a volar… o intentarlo.

Después de ser forzada a comer algo por Daemon — aunque estaba delicioso — me llevó a un lugar cercano a su casa. Allí, en medio del desierto con calor abrumador, había un lago con una isla flotando en el cielo sobre él.

— Bien, en esa isla está tu espada. Vuela y tráela de vuelta — Fue lo que dijo cuando llegamos.

—…No me ibas a enseñar a volar? Para empezar, por qué está ahí mi espada!?—

— Ah, yo la dejé ahí —

— Por qué!? No podrías solo habérmela entregado?—

— Pero entonces cómo aprenderías a volar?—

—……—

Este tipo…

— Bueno, entretente en eso — Entonces, él se dio la vuelta y comenzó a caminar — Si no aprendes a volar, no te llevaré con Vincent. Ah, y recuerda estirar al máximo tus alas —

En poco tiempo él había vuelto a entrar en la casa.

Volví a mirar hacia la isla, así que allá tengo que llegar…

Extendí mis alas y… me congelé.

Ha sido así siempre, al menos desde que puedo recordar. Cuando intento volar no puedo evitar imaginarme cayendo, herida y a punto de morir. Básicamente, tengo miedo.

Qué pasa si no puedo hacerlo? Qué pasa si no logro llegar? Qué pasa si me canso en medio del aire?

Frente a todo eso, me congelo.

…Pero hoy es diferente, Vincent me está esperando.

Extiendo mis alas lo más que puedo tal como me dijo Daemon que hiciera… y comienzo a agitar mis alas. La fuerza producida por el movimiento es mucho mayor de lo que me esperaba, pero aún no es suficiente como para elevar mi cuerpo.

Agito mis alas con más fuerza que antes, si no es suficiente… Aún más!

Comienzo a levantarme un poco del piso, es momento.

Doy un salto mientras agito mis alas con todo lo que tengo y logro elevarme un poco. Solo un poco más……. Pero vuelvo a caer al piso. No era una altura muy alta así que no me hice daño, pero no pude evitar mojarme con el agua del lago. Esto tomará un tiempo…

Quizás falla mi ritmo, o la forma en la que muevo mis alas, la fuerza que pongo en el movimiento, la velocidad con la que las tengo que bajar, la forma en la que las tengo que subir… No lo sé, pero este es el momento para aprender todo eso.

Continué agitando mis alas intentando aprender el modo correcto de hacerlo para lograr volar. Algunas veces me elevaba un poco, otras ni me despegaba del suelo, pero en todas aprendía algo nuevo. Aquello que tuve miedo de hacer por estos tres años, ahora estaba persiguiéndolo con todas mis energías.

El tiempo pasó rápidamente mientras entrenaba, Daemon volvió luego de cierto tiempo con comida y más tarde para decirme que descansara. Un día pasó y no logré mucho más, pero no dejé que me frustrara. Al día siguiente, volví a acostarme sin haber podido aprender a volar. Esto solamente estaba empezando.



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