Capítulo #3 – Una reunión inusual

Cambiamos el curso de la nave para seguir al objeto volador no identificado, iba a una velocidad increíble al punto que por poco podíamos seguirlo con el barco.

— No puedes ir más rápido?— Le pregunté a Ikaros.

— No, con suerte podemos seguirlo. No creo que podamos interceptarlo hasta que se detenga — Respondió ella.

— Supongo que habrá que hacer eso…—

Me resigné a seguirlo, pero por lo menos debería ganar algún tipo de ventaja por si termina en un combate. Primero, necesito identificarlo.

Fui a la parte exterior de la nave, llevando conmigo unos binoculares. Entonces, me acerqué lo más que pude a la proa del barco e intenté ver a lo que sea que fuera lo que volaba frente a la nave.

Con ligera dificultad pude distinguir la figura de la criatura misteriosa, era un ángel como Ikaros… bueno, no como Ikaros, este tenía orejas y cola plateadas al igual que sus alas. Ah, y volaba. Si tuviera que relacionarlo con algún animal, supongo que sería un gato o alguna otra bestia con ese tipo de orejas.

De todos modos, lo que realmente llamaba la atención era lo que llevaba en su mano, por la distancia y el movimiento no podía discernir del todo como era, pero estaba claro que era un humano colgando de cabeza, solo afirmado por su pierna que el ángel tomaba despreocupadamente. Lo más curioso es que la persona que iba colgando parecía tranquila, como si simplemente esperara a que se detuviera.

Al cabo de un rato, en el punto en el que estábamos comenzando a aburrirnos de jugar a las cartas mientras perseguíamos al ángel, él comenzó a bajar la velocidad.

— Oh, se está deteniendo!— Dije mientras tiraba mis cartas lejos.

— Tiene qué hacerlo cuando te voy a ganar…?— Ikaros parece algo decepcionada. Gracias ángel.

Corrí nuevamente a la proa del barco, Ikaros puede detener la nave por sí sola y necesitaba estar ahí para interceptar al ángel.

Miré a mi alrededor, si tuviera que mencionar un punto de interés en las cercanías, ese tendría que ser la gran montaña frente a nosotros. Supongo que va en esa dirección.

Desde ese punto no se demoró mucho en detenerse, como esperaba, en la cima de la montaña, donde había una explanada demasiado perfecta para haber sido creada naturalmente. Ahí habían otras dos personas que parecían tan confundidas como yo por el ángel y su… pasajero? No, quizás aún más confundidas. Bajé del barco rápidamente y apunté mi Rydel hacia el ángel.

Él se detuvo en medio de la explanada, dejó caer al sujeto que llevaba consigo al borde de la montaña y descendió hasta flotar ligeramente sobre el suelo. El tipo que venía con el ángel detuvo su caída con una mano y se impulsó, quedando de pie en un movimiento. Las otras dos personas se prepararon, como pensando que esto terminaría en una pelea, pero yo ya no estaba tan seguro de eso, las intenciones del ángel se sentían como algo diferente.

Ikaros no tardó mucho en salir del barco y descender a la montaña, en ese momento, el ángel comenzó a hablar.

— Oh, héroes legendarios! El destino los ha traído aquí…— Comenzó el ángel.

— Literalmente me arrastraste — Dijo su pasajero interrumpiéndolo sin ninguna consideración.

— Agradecería que no me interrumpieran mientras hablo — Parecía algo molesto, impaciente tal vez.

— Agradecería que no me llevarán colgando de la pierna por horas de vuelo…—

— No debe ser cómodo, pero por qué no lo escuchamos mientras? Debe tener una razón — Le dije yo.

— Es bueno que haya alguien razonable, tengo algo importante que decirles a ustedes cinco —

Entonces el sujeto enojado no es el único, Ikaros, yo y también las otras dos personas también son importantes para algo. Habrán venido aquí sabiendo lo que pasaría?

— T-tengo que volver a mi casa ahora… Así que…— Dijo una de ellas mientras comenzaba a voltearse. Era una chica de unos 15 a 17 años a lo mucho, tenía pelo negro atado en una trenza y usaba lentes con marcos oscuros. Llevaba ropa escolar y un bolso colgado al hombro, casi como si viniera directamente de la escuela…

— Qué hace aquí una escolar para empezar?— El sujeto enojado volvió a molestar a alguien.

Él no se veía menor de 20 años, su expresión seguía siendo una de enojo pero parecía que empezaba a relajarse. Su pelo era de color castaño sin ningún arreglo en particular, si tuviera que decir algo supongo que era un poco largo. Llevaba una chaqueta oscura que se veía cómoda y en su cintura tenía una espada y una funda de pistola.

— Solo caminaba un poco…— Respondió ella.

— A la cima de una montaña?— Esta vez no fue el tipo enojado, sino que la otra persona que estaba en la montaña desde el inicio.

Ella también era joven, 19 años como máximo. Usaba un vestido de una pieza que le llegaba a las rodillas, era de color blanco y parecía como si hubiera tenido adornos en algunas partes, digo que parecía como si hubiera sido así porque el vestido estaba muy desgastado, como si fuera realmente antiguo. Por último, su pelo destaca mucho, podrías pasar por alto todo el resto solo por su pelo. En sus raíces era anaranjado, un anaranjado potente, pero mientras se iba extendiendo perdía el color, hasta llegar a ser gris como la ceniza.

—…Y tú? Qué pasa con esa ropa?— Responde a la defensiva la primera chica.

Ella se quedó callada, supongo que al menos no se armará una pelea.

— Ikaros, tú qué piensas de esto?— Dije mientras me volteaba… Pero no hubo respuesta, ella simplemente veía atentamente al ángel. Bueno, es la primera vez que nos encontramos con un ángel o algo parecido, es normal que esté así con todo eso de querer saber sobre sí misma.

— Cállense de una vez!— El grito del ángel resonó en el lugar.

Llevé una mano a la empuñadura de mi Rydel, pero no pude sacarla, el aura intimidante que provenía del ángel hizo que me congelara en mi lugar, al igual que a todos los demás que estábamos ahí. Era una sensación que te hacía pensar que si dieras un solo paso morirías.

— No tengo mucho tiempo así que iré directo al punto. Ustedes son los cinco héroes de la leyenda y el mundo los necesita para derrotar al Rey Demonio renacido — Dijo él.

— Y te esperas que te creamos sin más explicaciones? Ni siquiera sabemos quién o qué eres —Lo recriminó el sujeto que vino con el ángel. No entiendo cómo puede oponerse a él luego de esa muestra de poder… Un héroe debería poder hacerlo también, no?

—…Supongo que al menos debería decirles mi nombre. Yo soy Caith Aquelus Sith — Sorprendentemente, el ángel lo dejó pasar.

— Tu nombre no me dice nada —

— Y tampoco debería… Volviendo al tema. Para derrotar al Rey Demonio necesitarán un arma especial, así que deben ir al Mar de los Vivientes Muertos para recuperarla, allí volveré a encontrarme con ustedes —

Si quiero ser un héroe, supongo que debo al menos poder hablar frente a alguien con un aura así.

— P-por qué deberíamos hacer lo que dices?— Fue lo que dije luego de reunir todo mi valor.

— Porque de otro modo, su mundo será destruido —

Dicho eso, el ángel se dio la vuelta para irse… Cuando Ikaros se adelantó y dijo:

— Tú… eres cómo yo?—

—…No — Fue lo único que dijo. Entonces, se fue volando.

Luego de que se fuera, el silencio tomó por completo la cima de esa montaña. Todos simplemente mirábamos el lugar donde antes estaba el ángel Caith.

Hasta que él rompió el silencio.

— Entonces, qué les parece ir a ver?— Era el sujeto enojado, aunque ya parecía haberse calmado por completo. Él propuso algo así como si no tuviera una preocupación en el mundo.

— Y si está mintiendo?— Preguntó la chica del pelo anaranjado.

— Da igual, suena divertido — Respondió él.

En ese punto tuve que intervenir.

— Suena a una aventura, no?— Fue lo que dije — Al menos yo, quiero ir. Qué opinas Ikaros?—

— Quiero volver a hablar con él…— Respondió ella.

— Puedo asumir que iremos en su barco entonces?— Pregunto el sujeto calmado.

— No tengo problemas con eso — Respondí.

— Fácilmente puede ser un engaño de algún tipo, no es buena idea simplemente ir adonde nos dicen — Esta vez intervino la chica con la trenza.

—Los demonios se han movido mucho últimamente, así que, aún si es un engaño, definitivamente tiene algo que ver con eso, por lo que no es mala idea ir a ver qué pasa — Nuevamente, el otro tipo tenía una respuesta.

— Ugh… Supongo — Parece que se rindió.

— No estoy de acuerdo realmente, pero supongo que los acompañaré — La de pelo anaranjado también se rindió.

 — Por ahora, qué tal si nos presentamos?— Dijo el tipo que seguía manejando la conversación — Comenzaré yo. Mi nombre es Krim —

— Me llamo Vincent — Seguí yo.

— Soy Ikaros…—

— Me llaman Kurai — Dijo la chica pelirroja.

— Mikazuki Tsu. Tsu es el nombre — Terminó la escolar.

— Oriental?— Preguntó Krim.

— No realmente, quizás algún antepasado —

— Hm —

— Por ahora subamos al barco — Le sugerí al grupo.

Sin mucho más que hacer, subimos a la nave para dirigirnos al Mar de los Vivientes Muertos.

Con eso, los cinco héroes legendarios se habían reunido, aunque ninguno de ellos pensaba que lo eran.



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Categorías: Héroes penosos