Sometimiento de la Diosa ~Apocalipsis en Orario~
Antes de Leer: Este Capítulo fue traducido por Kurozaki Vizzard, si quieren seguir leyendo sus traducciones, por favor vayan a apoyarlo directamente a su blog haciendo click en el botón de abajo...
Mi cabello creció.
Cuando me di cuenta, había superado mis hombros y llegaba hasta mi espalda.
Al intentar tomarlo en mis manos, pude ver que, dentro de las partes teñidas de un verde pálido, aparecían hebras doradas.
Con el fin de ocultar mi verdadera identidad, siempre fue ella quien tiño y también corto mi cabello. Esa amable mirada que se reflejaba en el espejo ahora estaba muy lejos.
La sonrisa que flotaba en sus labios tampoco podía recordarla correctamente. Después de todo, ella, quien cortaba mi cabello ya no existía.
La rechacé y se marchó.
Llegado a este punto, siento que ella misma deseaba eso.
¿En qué pensaba cuando cepillaba mi cabello?
¿Qué sentimientos tenía cuando me alababa por ser hermosa?
¿Todo el tiempo que pasamos juntas, fue mentira?
Junto con la ira y la tristeza, dudas desconocidas flotaban y desaparecían unta y otra vez. Esos ojos grises eran un <Juego de Rol>, fue lo que dijo.
Todo lo que fue la <Señora de la Abundancia> hasta ahora fue un “juego”, claramente lo declaro. Había una montaña de cosas que no entendía.
Las heridas también eran incontables.
¿Debería gritarle que me traiciono?
¿Estaba bien llorar por haber sido engañada?
¿O sería más fácil si la maldijera para que nos regrese nuestra inocencia?
En la habitación subterránea donde fui encerrada, estuve pensando en cosas como esas. Pero—
Repentinamente me di cuenta. Ella no cambio nada.
Por qué, siempre hizo las cosas a su manera.
Mientras decía que nos consideraba algo importante, solo tenía secretos y nunca hablo sobre sí misma. Riendo y bromeando, para luego escabullirse rápidamente de entre tus manos.
Ella era libre como el “viento”. Incluso ahora lo es.
Se limitaba a declarar unilateralmente lo que le convenia y solo intentaba romper cualquier lazo por su cuenta. Yo no sabía nada e incluso no estaba segura en que debía creer.
Así es—
Aún no había hablado con ella hasta estar satisfecha. Siendo así—
Se me debería permitir decirle “no me importa lo que digas” y acercarme a ella.
Sin importar cuanto haya descartado todo hasta ahora como un juego y que se burle diciendo que todo era mentira.
Aún no había podido exponer todo lo que estaba dentro de su pecho después de todo.
Si dices que vas a descartar a la “chica de la ciudad” y vanagloriarte de ser una reina egoísta, entonces has lo que quieras.
Yo también, solo esta vez, me convertiré en una violenta “tormenta”.
× × ×
—… Justo como me dijeron, lo traje. Lo recogí en esa batalla.
Fuera de las murallas de la ciudad, recibí eso de él quien estaba parado delante de mí. Un “pedazo de madera” rota.
Dándole mi agradecimiento al líder que vino desde la “Ciudad” dentro del Calabozo, mire lentamente hacia el cielo.
El límite entre la noche y el alba cuando el sol aun no comenzaba a salir. En el cielo ligeramente brillante las estrellas podían verse brillar.
Ya decidida no desviare mis ojos de las muchas estrellas.
—Hermes-sama, me dijo esto: … “Esa persona” parece estar en Solingen, la ciudad fabricante de espadas, muy al este.
Asentí con agradecimiento a mi amiga quien me informo de las palabras de su Dios.
Tomando prestada su ayuda, mis preparaciones para partir ya estaban terminadas. Después ya solo me queda separarme de esta ciudad por un tiempo.
Mientras miraba la línea del horizonte donde no había ninguna interferencia, le di la espalda a las murallas de la ciudad.
Por el bien del chico de cabello blanco. Por el bien de la chica de cabello gris.
Y, por mí misma quien continúo ocultando su cabello dorado hasta hoy. Iré a terminar mi última “ceremonia de purificación”.
Mientras miraba las estrellas que hoy también brillaban, deje que mi murmullo montara en el viento en dirección a la ciudad a mis espaldas.
—Espérame, Syr. No voy a estar satisfecha hasta que golpee tu mejilla.
× × ×
Un <Juego de Guerra> nunca antes visto había sido decidido— Esa información corrió directamente por todo Orario.
A causa del <Encanto>—la “invasión” a gran escala que la Diosa de la Belleza indujo—los ciudadanos de la Ciudad Laberinto cuyos recuerdos seguían desordenados fueron golpeados aún más por esta información y fueron dominados por el caos sin excepción.
La <Familia Freya> vs una <Alianza de Facciones>.
¿Este modelo fuera de norma del que no se había odio hablar hasta ahora había sido el consenso general de los Dioses a través del Gremio? ¿O fue la propia Freya quien lo propuso? Los ciudadanos que solo eran agitados por las circunstancias no sabían la razón. En lo que no había error, era su presentimiento de que esto se convertiría en el “<Juego de Guerra> más grande” en la historia de Orario. La noticia de la <Gran Guerra de Facciones> atravesó los gigantescos muros de la ciudad impactando incluso al exterior.
Aquellos que no se habían percatado de la situación gritaron al unisonó “¿¡Qué está ocurriendo!?”.
Mientras que aquello cuyos recuerdos habían sido alterados decían “Esa es una solución natural” indignados. También hubo quienes escupieron palabras como, “eso es muy leve”.
Aun así, la mayoría eran personas que no podían ocultar su preocupación sobre lo que ocurriría después de ahora.
También los comerciantes, sabiendo que no era el momento de buscar negocios, temían sobre el “equilibrio” de la ciudad.
Incluso los Dioses no fueron la excepción.
Abandonando su actitud desenfrenado de siempre, continuaban apareciendo quienes pensaban seriamente en su propia manera de actuar. Los Dioses preocupados por detener a sus dependientes de sangre caliente—a los Aventureros que intentaban nominarse a la batalla—no tenían fin.
Después de todo, no todos permitirían cualquier arrebato de la <Familia Freya>. Aunque el hecho de que la manera de resolverlo fuera un <Juego de Guerra> los tomo por sorpresa, el rencor contra sus numerosos actos tiránicos hasta ahora, incluyendo el cao de la destrucción del Distrito del Placer, termino por explotar.
De esa manera—
En esta situación, Freya estaba sola.
Se podrían decir que en la Superficie no existían personas que se declararan sus aliadas.
Más allá de eso—definitivamente no eran muchos los temerarios que intentaron luchar contra el “ejército de la Diosa de la Belleza”.
× × ×
—¿¡QUE QUIERES DECIIIIIIIIIIR!?
El grito de Hestia resonó.
Estaban un gran salón con un alto techo apoyado por pilares.
En el 13° piso de Babel que se erigía en el centro de la ciudad, se estaba realizando el <Denatus>.
—¿¡POR QUÉ NO PARTICIPARAS EN EL <JUEGO DE GUERRA>, LOKI!?
*¡Pan!*
Las manos de Hestia golpearon la mesa redonda con fuerza.
Loki quien estaba sentada en diagonal a ella, torció su boca en forma de “へ”.
—… No se puede hacer nada. Las cosas son así.
—¿¡Que significa eso!?
Mientras que Hestia gritaba unilateralmente, el salón estaba en alboroto.
El objetivo de este <Denatus> era discutir las reglas y el método de enfrentamiento del <Juego de Guerra>. En adición, teniendo a la <Familia Hestia> como punta de lanza, estaban determinado la lista de quienes se unirán a la <Alianza de Facciones>.
No era necesario decir que la <Familia Loki> era el candidato más fuerte que podía enfrentarse a la <Familia Freya>. Sin embargo, esta “no participaría”.
La asamblea se sacudió enormemente.
Las ondas se propagaron por el <Denatus> donde participaron una gran cantidad de Dioses como nunca antes.
—¡Ustedes eran nuestra principal fuerza de combate para destrozar a Freya! Y en este momento dices que “no participaras”, ¿¡No te da vergüenza!?
—Fuiste tú quien acepto el <Juego de Guerra> y le arrojo palabras mordaces…
—¡Porque pensé que participarías! ¡Mejor dicho, estaba lista para confiar en Wallen-lo-que-sea-kun y los demás! ¡¡Si no fuera así, nunca pelearía contra esa aterradora Freya—!!
—Confiando en el poder de quien aborreces normalmente, ¿No te da vergüenza…?
Frente a la Diosa loli quien deseaba confiar en otros para ganar ridículamente, Loki mostro una expresión de sorpresa.
Sin embargo, Hestia siendo quien era no se rindió.
Inclinándose hacia adelante, continúo gritándole en una postura en que podría escupirle en la cara a Loki.
—¡Mira a tu alrededor! ¡Ya que dijiste que no participaras, los que pensaban unirse están perdiendo la confianza!
Ahora los Dioses que estaban atentos a los movimientos de los otros Dioses se estaban distanciando de Hestia, tanto física como emocionalmente. Específicamente, retiraron de la mesa redonda sus sillas unos 5 pasos, y mostraban sonrisas vacías con “Hahaha” y “Hohoho”.
“Si la <Familia Loki> no participa, ¿Entonces quien controlara al grupo de monstruos (Ottar y los demás)?”
Las voces del corazón de los Dioses estaban unidas en una sola frase. Loki quien miraba los alrededores, abrió la boca de mala gana.
—Entonces déjame decirte algo… si participamos, esto se convertirá en una “batalla entre Loki y Freya”, hablando honestamente.
—¿¡Ugh…!?
—Más allá del nombre, hasta el final esta es una “batalla entre Hestia y Freya”. Si participamos, al final ustedes se convertirían en un extra, ¿No es así? … No es una guerra en representación de su propio Diosa, sino que es una guerra en tu nombre.
No la <Familia Freya> vs la <Familia Hestia> y sus aliados.
Podría llegar a ser la <Familia Freya> vs la <Familia Loki> + muchos otros. Loki dijo eso indirectamente.
Honestamente Hestia también pensaba que sería justo así. A causa de eso, no podía decir nada.
Contra Freya quien se enfrentará a esta batalla apostando su riqueza, honor e incluso su orgullo, sería algo con demasiada poca clase y deshonesto.
Sin embargo, ya que el enemigo era demasiado poderoso, Hestia estaba en un estado mental en el que no le preocupaban las apariencias.
—¡P-Pero, al menos podrías dejar participar a algunos de tus niños…!
—Eso también fue prohibido por adelantado… por el Gremio.
Incluso si era un <Juego de Guerra> que fue propuesto por la propia Freya, hasta ahora era simplemente una ejecución pública.
Ya que daría una mala imagen hacia los países del exterior, si se nombraba <Juego de Guerra> al menos mantendría un mínimo de imparcialidad—al parecer esas fueron las “palabras” del Gremio.
—¡En la ocasión con Apolo no fueron tan irrazonables! Objetó Hestia.
—Eso fue tu propio error por haber estado retrasando el reclutamiento. Loki le lanzo ese justo argumento.
Como resultado, Hestia termino gruñendo, “Gununu”
Y más que nada, esta era una <Gran Guerra de Facciones> de uno contra muchos, la cual estaba fuera de toda norma.
Ya que las reglas no estaban establecidas, estaba dentro de lo razonable, pero—
—……
Hestia miro hacia un lado de la mesa redonda.
Justo frente a su mirada había un asiento vacío. El asiento de la reina que debería estar enfrentándose a Hestia. Freya no estaba en este <Denatus>.
El tipo de enfrentamiento, los detalles de las reglas, incluso si había cualquier tipo de condición desventajosa “los aceptare todos”, es lo que ella había proclamado.
La Diosa de la Belleza quien también había dejado de vivir en el piso más alto de Babel, ahora se mantenía en silencio en el trono de su mansión y esperando la decisión de la ciudad. Freya, quien había demandado el comienzo de una guerra poniendo en juego todo lo que había construido, aún seguía siendo una reina.
—Orario no desea una guerra y el Gremio no lo permitirá. Sus órdenes son un dolor en el trasero, pero no podemos hacer nada así que nuestra participación—
—… Eso es lo que dices, pero, no es porque Freya tiene una debilidad tuya, ¿Verdad?
— —¡Ugh!
Ante las palabras murmuradas de Hestia, Loki entro en pánico de una manera fácil de entender. Al instante Hestia levantó sus cejas.
—¡Lo sabía! ¡Pensé que era extraño que una amante de las peleas como tu escuchara mansamente lo que el Gremio decía!
—¿¡Q-Que estás diciendo!? ¡No estoy particularmente siendo extorsionada por las deudas de mi tiempo en el Cielo o por lo del <Manto de Plumas de Águila>1 que tome prestado, nada de eso!
—¡Estas dejando salir todas tus fechorías, maldita Diosa Malvada!
Hestia y Loki saltaron de sus sillas y se pusieron de pie armando un alboroto, Takemikazuchi, Hefesto y Miach quienes vigilaban ese desarrollo dejaron escapar un pesado suspiro.
Después de un rato—
Loki quien había estado gritando, se volvió a sentar soltando un largo suspiro.
—… En mi caso, si pudiera luchar lo haría. Esa ero-idiota se sobrepasó esta vez. No creo que pueda dejarla salirse con la suya.
—¡Entonces…!
—Pero, hay una razón que no puedo dejar pasar. Afirmó rotundamente.
Loki misma parecía renuente, mientras mostraba una mueca.
Su Voluntad Divina era firme. No, existía una “razón” que podía torcer su Voluntad Divina de hacer pagar a Freya. Y Loki no tenía intención de decirlo.
Hestia no tuvo más remedio que resignarse.
Como una Diosa, también comprendía que una Voluntad Divina así no sería sacudida.
—… Entiendo. Ya no diré que participes. Pero al menos, ¿Podrías prestarme a Aizu Wallen-lo-que-sea-kun? Hestia, quien se había quedado en silencio, finalmente propuso un intercambio.
Incluso si no podrían luchar juntas, intento sacarle al menos esa concesión.
—Bell-kun y Wallen-lo-que-sea-kun, este… como lo digo, en su manera de luchar, tienen buena compatibilidad. Así que, hasta que comience el <Juego de Guerra>, quisiera la cooperación de esa chica.
Para no revelar la verdadera naturaleza de la “Rara Habilidad” delante de los Dioses allí reunidos, Hestia hizo esa petición mientras hablaba de manera ambigua.
Conociendo el origen de <Deseo Inquebrantable>, le dolía pensar en cuanto podría impulsar a Bell el entrenamiento con Aizu. Antes del <Juego de Guerra> con Apolo, su entrenamiento especial con ella lo había hecho crecer rápidamente permitiéndole lograr un resultado completamente inesperado.
Loki miro fijamente a Hestia quien le suplicaba… y sacudió la cabeza de un lado a otro débilmente.
—Imposible.
—¿¡Que…!? ¿¡P-Por qué!?
—Aizu-tan, ya no se puede mover.
Hestia quedo desconcertada ante su manera indirecta de decirlo. Loki se inclinó hacia atrás y miro hacia arriba.
—Esa chica es quien está más atada por un “contrato”
× × ×
El amplio “campo” envuelto por la bruma de la mañana.
En esta fría mañana de otoño que casi parecía invierno, no había rayos del sol. Aizu estaba sola frente a frene con un Boarman.
—Te transmitiré las palabras de la Diosa.
—……
—<Regrésame el favor>.
—……
—La compensación que tienes que pagar, es el silencio.
—……
Los labios hasta ahora cerrados de Aizu temblaron.
—No te inmiscuyas en absoluto en los asuntos relacionados a Bell Cranel.
—¡…!
—El límite de tiempo es hasta que el <Juego de Guerra> termine. Si tomamos en cuenta lo que paso aquí, debería ser una compensación adecuada.
—Eso, es…
—¿Dices que no lo aceptaras?
—……
—Después de todo, es un contrato verbal. Si dices que ignoraras ese “pacto”, puedes hacer lo que quieras
—…… ¿Eso está bien?
—Solo que, en ese momento, tu espada se pudrirá.
—¡¡…!!
—Una espada que no protege una promesa, ¿Como podría no desafilarse? Dentro del mar verde donde solo estaban ellos dos, Ottar no hablo más.
El guerrero Boarman le dio la espalda a Aizu y desapareció en lo profundo de la niebla. Ahora sola en ese “campo de batalla”, Aizu apretó sus labios y miro hacia el cielo.
—…… Bell.
Lo siento.
Esa simple oración fue todo lo que Aizu pudo exprimir.
× × ×
—¿Qué estas tratando de decir, Roiman?
Se podía sentir una clara critica en la voz del Hobbit.
Ante los ojos de Finn Deimne quien lo criticaba, el líder del Gremio Roiman Maldir, le regreso la mirada firmemente incluso mientras sudaba.
—Es justo como te lo notifique. Como el Gremio, no podemos permitir que ustedes, la <Familia Loki>, se unan al <Juego de Guerra>.
El Hobbit y el Elfo se miraron fijamente a través de la mesa ente ambos.
El lugar era una pequeña tienda de té construida en un callejón separado de la Calle Principal. Finn y Roiman tenían una reunión secreta los dos solos.
—¿Podrías darme una razón que podamos comprender?
—No es necesario que lo explique ni tampoco hacerte entender. La <Familia Loki> y la <Familia Freya> son dos grandes fuerzas que podríamos llamar las <Cabezas Gemelas de la Ciudad>. ¡Al igual que lo fueron Zeus y Hera, tienen que continuar reinando en Orario sobre ese delicado balance!
Las verdaderas intenciones de Roiman eran claras.
“No puedo permitir que Loki y Freya se enfrenten y se aplasten mutuamente en este <Juego de Guerra>.”
Impulsado por esa única idea, intentaba verter agua sobre la “Gran Guerra” actual.
Y entonces, con la resolución de causar desaprobación—probablemente en una forma casi dogmática—intentaba forzarlo a suceder.
Como evidencia, Roiman presionaba su abultado estomago con una mano y lo frotaba frecuentemente. Su rostro también se veía mal. Seguramente las personas que se oponían a esa decisión suya no eran pocas incluso dentro del propio Gremio. Incluso ahora los gemidos de su dolor de estómago eran casi audibles.
En primer lugar, el que eligieran como lugar de reunión secreto este tipo de tienda en un callejón era porque (Roiman) temían a las miradas de los alrededores. Si por casualidad se filtrara el rumor de que el <Valiente> fue a reclamarle directamente al “líder del Gremio”, su dignidad caería al suelo y seguramente estimularía la insatisfacción de los Aventureros y los empleados del Gremio. Seguramente la opinión publica también se intensificaría. Ya que sería una pérdida de tiempo si terminaba colapsando por el estrés, Finn eligió como lugar de reunión esta tienda que le fue enseñada por un Elfo de su propia facción.
Para Roiman, la propuesta actual era un plan desesperado, no era difícil imaginarlo. Pero, desde el punto de vista de Finn, no era algo que le interesara.
Esa aguda y peligrosa mirada no era algo propio de su gentil carácter. Hasta ese punto era el descontento de Finn con esa decisión.
—¿Cuál es el propósito de un <Juego de Guerra>? ¿Con que fin se establecen las reglas? No es una “Guerra” sino un “duelo”… al darle forma de “prueba”, se detendría el “daño” al que le temes, ¿No es así?
—¿¡De que estás hablando!? ¿¡Acaso crees que podría confiar en la promesa de un Aventurero!? Ante el señalamiento de Finn, Roiman replicó con fuerza.
Solo en ese punto no cedería testarudamente.
—Incluso si creyera tus palabras, ¿Cuántos ejemplos hay donde no hubo sacrificios? ¡Mejor dicho, es raro que NO los haya!
Incluso si se incluyera el “matar” a los dependientes enemigos en las prohibiciones, habría muchos sacrificios. Esa era la opinión del Gremio.
Incluso en las guerras en representación de los Dioses, los que luchaban eran Aventureros de carácter violento. Aún más si el oponente era una facción enemiga, en el calor de la batalla, las “reglas de buena conducta” volarían lejos.
Pero desde el punto de vista de Finn, ahora era lo mismo.
De hecho, el Gremio había desviado la mirada ante los sacrificios de los <Juegos de Guerra>. No, mejor dicho, los <Juegos de Guerra> mismos estaban siendo recomendados.
La razón principal era que eso era mejor a que ocurriera un conflicto dentro de la ciudad, pero al mismo tiempo, estaban resignados a que, si no se establecía un ganador y perdedor usando un juego, los conflictos entre Dioses nunca tendrían fin.
Sin embargo, no había error en que también estaban incluidos cálculos de ganancias como “Promover el
<Aumento de Nivel> de los Aventureros haciendo que luchen contra otras facciones”.
De cierta manera, los <Juegos de Guerra> eran lugares de “entrenamiento” en el que obtendrían un retorno mayor al de los sacrificios.
El <Juego de Guerra> de la <Familia Hestia> y la <Familia Apolo> fue un buen ejemplo.
Traicionando cualquier predicción, la <Familia Hestia>, no dispuesta convertirse en el alimento de la <Familia Apolo>, tomo la victoria y avanzó. Especialmente Bell, en esa batalla obtuvo el título del “Súper Novato” en nombre y realidad, alzándose como un Aventurero prometedor. Hasta el punto en que en las calles se murmuraba que era un “nuevo candidato a Héroe”.
Roiman seguramente declararía firmemente “Orario no es igual a la tierra sagrada de las bárbaras Amazonas que continúan matándose entre sí durante todo el año”, pero siendo llamada “La Ciudad de los Héroes”, el que quienes intentaban llegar a serlo se enfrentaran entre sí era algo necesario e inevitable.
Sin embargo—
—¡Incluso yo lo sé, Finn! ¡Este <Juego de Guerra> se volverá algo demasiado grande! ¡Sera tan extremo que los participantes perderán la compostura ante su violencia y sin duda su auto control se desvanecerá! ¡Los Aventureros de Primera Clase no son la excepción! ¡Eso es lo que es comenzar una guerra contra la <Familia Freya>!
Esta vez el origen del conflicto fue muy malo.
Con sus recuerdos siendo alterados por ese irrazonable <Encanto>, se podría decir que todas las personas de Orario se convirtieron en sus juguetes. Con su honor pisoteado, las personas llenas de rencor eran abrumadoramente muchas.
—¡La Diosa Freya hizo algo imperdonable! ¡Eso también lo acepto! ¡Pero es por eso que muchas personas están furiosas y ya no es una situación que podamos frenar! ¡<Vanargand> es un buen ejemplo!
Justo después de ser liberado de la maldición del <Encanto> por Hestia, el Hombre Lobo Bete intento ir a la
<Familia Freya> para tomar sus cabezas. Incluso después de que se emitiera la orden de cese al fuego del Gremio, si no hubiese sido por Finn y los demás, no habrían podido detenerlo.
—¡Solo esta vez no podemos tener imprevistos! ¡¡Antes de la subyugación del “Dragón Negro”, no podemos perder Aventureros de Primera Clase, no podemos permitirnos perderlos a ustedes la <Familia Loki>, a Ottar y los demás…!!
La última de las 3 Grandes Misiones, la subyugación del “Dragón negro”, era responsabilidad de la Ciudad Laberinto.
Se podría decir que si Fin y los demás, así como Ottar y los otros, terminaran derribándose entre sí, no solo sería más difícil realizar el anhelo del Mundo Inferior, sino que ese deseo en sí mismo seria aplastado.
Roiman temía que eso sucediera más que nadie.
—Si no participamos, la <Familia Hestia> y su alianza perderán definitivamente.
Después de escuchar su discurso, Finn estrecho sus ojos y dijo eso.
—… ¿Y qué hay con eso? El deseo de la Diosa Freya es solo la “transferencia de Bell Cranel”. Solo cambiara la afiliación de un solo Aventurero.
Después de cerrar la boca un momento, Roiman hablo de nuevo como si bramara.
—¡Incluso si la <¡Familia Hestia> pierde, no habrá ningún daño en cuanto a poder de combate de la ciudad! Después de un largo tiempo—
Realmente un largo tiempo, Finn chasqueo la lengua en el fondo de sus labios.
—El “mal hábito” del líder del Gremio, no, de Roiman salió a la luz. Al ver un panorama demasiado amplio se volvía irracional.
Cómo líder del Gremio no era un “cerdo del Gremio” inútil. Sin embargo, priorizaba demasiado los problemas más grandes e ignoraba la moral y los sentimientos humanos.
Y esta vez también era así.
Con el fin de no perder a una de las más poderosas fuerzas de combate de la ciudad como la <Familia Freya>, prohibió la inclusión de la <Familia Loki> e intentaba descartar a la <Familia Hestia>.
Aunque había experimentado la “invasión” hasta ese punto, Roiman se puso del lado de la <Familia Freya>.
Incluso mientras sentía miedo a un futuro <Encanto>, con una lógica de hierro y controlando sus sentimientos, intentaba cumplir la misión de la Ciudad Laberinto de lograr el “anhelo” del mundo.
Como político sin duda eso era lo correcto, entre aquellos que se preocupaban por el Mundo Inferior, probablemente era el juicio de un hombre sabio. Y al mismo tiempo, una gran injusticia que no podría convencer a la opinión publica.
Y por eso, comenzando con Finn y Bete, era algo que la <Familia Loki> no podía aceptar.
—Esto es una farsa, ¿No, Roiman?
—Debemos hacer que sea una farsa, Finn. Las miradas de ambos se cruzaron.
Frente a la mirada de <El Valiente> (Finn) que albergaba emociones cercanas a una intención asesina, el Elfo (Roiman) nunca desvió su mirada.
En su actitud su determinación aparecía y desaparecía.
—… Las reglas y el tipo de <Juego de Guerra> se decidirán en su conjunto en el <Denatus>. Será imparcial para que ambas partes tenga posibilidades de ganar. Tampoco es que quiera que la <Familia Hestia> pierda.
—Si comparas tus palabras y tus actos, ¿Cuántas personas crees que lo aceptaran? Al menos los miembros de mi
<Familia> no lo harán. Y tampoco pienso hacerlo.
Ante sus palabras en las que se esforzaba por continuar con calma, Finn replico con intenciones de venganza. Roiman se puso rojo de ira.
Después de sonrojarse… dejo escapar un gran suspiro.
Con un rostro similar al de un anciano cansado, saco algo de su bolsillo.
—Finn… mira esto.
—¿…?
Lo que dejo sobre la mesa, era un “trozo de hielo”. Era más pequeño que una Daga.
Mirándolo bien, no era un trozo de hielo, sino una Espada Corta congelada a la que le faltaba la hoja.
—¿Esto es…?
Mirando a Finn quien tenía una mirada de sospecha, Roiman declaró.
—Es algo que trajeron del <Jardín de Hielo de Taria>.
—¡…!
Al instante, los ojos de Fin se agrandaron.
Moviendo su mirada entre el rostro de Roiman y el objeto congelado sobre la mesa, sus ojos iban y venían entre ambos.
—… ¿Hubo resultados fuera de ella?
—Nada más que reliquias insignificantes.
—… ¿El lugar?
—El “espacio” entre los Pisos 60° y 61°. Solo puedo decirte eso por ahora. Finn había bajado el sonido de su voz sin darse cuenta.
Y entonces, luego de unos segundos de vacilación, preguntó.
—……… ¿Y la “llave”?
—No la encontraron. Al menos, Zeus y Hera no la encontraron. Una tranquilidad temporal llenó la tienda.
Se palpaba una ilusión como si el mundo se hubiese detenido.
Sin embargo, Roiman entro al tema principal sin esperar un instante.
—Si prometes no participar en el <Juego de Guerra>, te revelare la información sobre el <Jardín de Hielo> que el Gremio posee.
—¡¡…!!
—Desde la ruta detallada, hasta la ubicación del área, todo. También será posible atacarla. Finn fue sorprendido por segunda vez.
Ignorando al Hobbit que había dejado de moverse completamente, Roiman continuó mientras saboreaba una fuerte amargura.
—Incluso Zeus y Hera solo trajeron algo de este tamaño. Pero… si son ustedes, la <Familia Loki>, que tienen a esa “marimacho”, posiblemente puedan encontrar la “llave”.
Las palabras de Roiman pasaron a través de sus pensamientos que daban vueltas en círculo.
Sacudiéndose el impulso de decir no puede ser mientras reunía información desesperadamente… pregunto antes de buscar las verdaderas intenciones de Roiman.
—¿Por qué, me revelas esta información ahora?
— —¡No me dejaron otra opción, malditos testarudos! Roiman nuevamente levantó sus cejas al otro lado de la mesa.
—¡¡Originalmente no planeaba revelarles esta información a ustedes y a la <Familia Freya> hasta que se unieran como Zeus y Hera!! ¡Después de todo, si es justo como dicen los informes, el área donde está el <Jardín de Hielo> es demasiado peligrosa! ¡Sin embargo, ustedes solo pelean y no intentan unir fuerzas! ¡Por el contrario, ahora están intentando cruzar armas!
*¡Don!*
Con un fuerte estruendo, Roiman golpeo la mesa.
Levanto su cuerpo, y hablo sin parar escupiendo sus palabras.
—¡¡Es mejor exponer información secreta, en lugar de que se aplasten entre ustedes…!!
Mientras respiraba agitadamente, Roiman se sentó duramente en la silla terminando de esa manera. Ese era el trato que puso sobre la balanza, una negociación desconsoladora.
Le permitiría a la <Familia Loki> asaltar una zona peligrosa que había intentado que no desafiaran si las dos facciones no cooperaban.
A cambio, tenían que retirarse del <Juego de Guerra>. Eso es lo que estaba diciendo Roiman.
—……
Frente a ese punto de compromiso del líder del Gremio, Finn por primera vez se quedó en silencio. Y al mismo tiempo, para Roiman fue una recompensa dada de parte de Finn.
Llegados a este punto, Finn y los demás ya no podrían ignorar la información que colgaba delante de sus ojos. Al menos, Riveria no guardaría silencio.
Si se le exponía este asunto, definitivamente evitaría que participaran en el <Juego de Guerra> incluso si tenía que pelearse con Bete y los demás.
—Finn… ustedes sin falta tienen que derrotar al “Dragón Negro”.
—……
—No hay nada después de ustedes. Ya no aparecerán más <Recipientes de Héroes> como ustedes.
—……
—Completar las Tres Grandes Misiones, es así de severo y pesado.
El Elfo que superaba los 150 años dijo eso como si mordiera cada una de sus frases.
—Cuando llegue el momento de la subyugación del “Dragón Negro” sin duda te volverás el comandante. … No puedes jactarte de ser solo un Aventurero por siempre.
En ese tono de amonestación, también se incluía una súplica. Un largo silencio fluyo entre ambos.
—… ¡Ya dije lo que tenía que decir! ¡No participes en el <Juego de Guerra>, Finn! ¿¡Entendido!? Finalmente, Roiman retomo su tono de siempre, y se levantó de su asiento.
Después de darle un recordatorio tras otro, se marchó de la tienda agitadamente.
× × ×
—……… Haaa…
Finn dejó escapar el suspiro que estaba conteniendo.
Extendiendo su mano hacia el trozo de hielo que quedaba sobre la mesa, lo levantó hacia el cielo y lo miró fijamente.
Y entonces, se reclino en la silla, y tras inclinar su cabeza hacia atrás, hablo.
—¿Esto también estaba dentro de los cálculos de la Diosa Freya, Hedin?
—No llames mi nombre tan casualmente, Hobbit. Una voz fría le respondió desde atrás.
En un rincón de la tienda, aún más al fondo de donde estaba Finn.
Quien estaba sentado en un asiento separado por una pantalla de tela, era un hermoso Elfo diferente a Roiman.
Con su largo cabello dorado que fluía hasta su espalda, el nombre del Elfo quien leía un libro en una de sus manos, era Hedin Selland.
Un ejecutivo de la <Familia Freya>, y un Aventurero Lv. 6.
—No sabía que también fueras habitual en esta tienda.
—Ya que el nombre de la tienda está conectado a los Elfos seguramente es obvio. Dicho eso, seguramente fue
<Mil Elfos> quien te recomendó esta tienda. El nombre de esta tienda era “Wishe”.
Finn no lo sabía, pero esta fue la tienda donde Hedin acompaño a cierto chico y coincidentemente también era el lugar donde Finn abordo el tema del “compromiso entre Hobbits” con el chico en cuestión.
Roiman no lo notó, pero en el momento en que ambos entraron a la tienda, Hedin ya estaba aquí.
Finn, quien avanzo con la conversación incluso mientras sabía que él estaba allí—también a modo de “restricción”—también lo era, pero el Elfo dueño de la tienda quien incluso ahora disfrutaba de una taza de té en el fondo de la barra sin preocuparse, era un villano excelente.
—Freya-sama más que cualquier cosa, pidió una batalla con la idea de aplastar a todas las fuerzas de Orario. Así que deja de hacer pobres conjeturas que insultan a esa persona.
Hedin hablo francamente de esa verdad sin despegar su mirada de su libro. Finn respondió mientras jugueteaba con el trozo de hielo en su mano derecha.
—¿Dices que acabarías con nosotros también si nos unimos a las fuerzas aliadas de las otras facciones?
—Si ustedes son el oponente, solo prepararía una estrategia acorde a eso. Con el fin de matar bestias feroces.
La <Familia Freya> donde los <Einherjar> luchaban por el bien de su Diosa—era una abrumadora reunión de “individuos” incontrolables.
¿Qué pasaría si comenzaran a cooperar por el bien de su Diosa? Primero, se volverían inmanejables.
Pero hipotéticamente hablando, en el caso de que mostraran un liderazgo mayor al de Finn y los demás, la
<Familia Loki> no podría vencer a la <Familia Freya>.
—Para tratar con los Aventureros de Primera Clase estamos nosotros los ejecutivos, pero en relación a la otra gentuza, Heith y los demás pueden hacerse cargo.
—¿<Andhrímnir>…?
—En primer lugar, me ofende llamarlo aliado, pero… mientras este Ottar, todos los requisitos están cubiertos.
—…… Así es.
Poniendo un ejemplo más extremo, sin importar cuántos fueran sus oponentes, si no pueden derrotar a Ottar
será el fin.
Eso era lo que significa enfrentarse a la <Familia Freya> que tenía al “más fuerte de la ciudad”.
—… Roiman dijo todo eso, pero tomare partido por la <Familia Hestia>.
—¿Y entonces?
—Dejando de lado la intervención directa, no se me prohibió la “cooperación”.
—¿En otras palabras?
—Voy a entregarle conocimiento a una valiente compatriota.
—No me vengas con esos sofismas de mal perdedor, maldito idiota.
Dándose la espalda, y sin intercambiar ni una mirada, solo sus voces iban y venían entre ambos.
—Quede bastante satisfecho viendo cómo te dejabas engañar por ese cerdo del Gremio. Es un pensamiento refrescante.
—Si, fui engañado.
Finn acepto sencillamente el sarcasmo de Hedin quien volteaba las páginas de su libro sin cambiar de expresión.
Roiman quien temía más que nadie la pérdida del poder de combate de la ciudad, había jugado su valiosa carta de triunfo.
Si incluso un solo miembro de la <Familia Loki> participaba en el <Juego de Guerra>, seguramente no les entregaría la información que Finn y los demás querían.
—Con esto, los refuerzos estarán condenados…
Con la interferencia de la <Familia Loki> al final las posibilidades serian de un 50 y 50. Pero ahora, la balanza finalmente se había movido.
A ese nivel estaba la fuerza de la actual <Familia Freya>.
Lo que les esperaba a la <Familia Hestia> era una batalla en la que se comprometieron la crueldad y la desesperanza.
Finn miro por la ventana.
Y mientras recordaba el rostro de cierta chica de su misma raza, estrecho sus ojos azules.
—Me pregunto si estará manteniendo la calma sin llorar.
× × ×
—¡¡Bell-shamaa~~~~~~~~~~!! La respuesta fue un no.
Traicionando el deseo de <El Valiente>, Lili se había convertido en un bebe llorón.
—Lili… Ya estoy bien…
—¡Losientolosientolo sientolosientolosiento! ¡¡Lili, Lili, waaaaaaaaaaaaaaaa~~~~~~~!
<Mansión de la Chimenea>, sede de la <Familia Hestia>. En la sala de estar, Bell estaba parado.
Para ser correctos, solo podía estar parado.
Lili lo abrazaba como si quisiera enterrar su rostro en su estómago, y mirándolo hacia arriba con sus ojos llorosos, repetía sus disculpas como una caja de música rota. Bell no podía hacer ningún movimiento ante su postura en la que había continuado llorando por un rato.
Además, no era solo Lili.
—¡Lo siento, Bell-kun…! ¡Te dije todo eso…! ¡Soy un fracaso como Asesora…!
—Le pague con rencor el favor al Héroe que me salvo… yo… ¿Cómo debería compensarlo…? Eina estaba atrás a su derecha.
Y Haruhime estaba atrás a su izquierda.
Las manos de la Elfa sujetaban firmemente su mano derecha y los dedos de la Renard arrodillada sujetaban con delicadeza su mano izquierda.
Las disculpas de las tres direcciones estaban llenas de la misma tristeza. Era muy pesado.
El sudor que corría desde la parte posterior de la cabeza de Bell era muy pesado.
Mejor dicho, el hecho de ver a Haruhime y también a Eina llorando, Bell recibió un shock.
Una mujer mayor que era un remplazo de hermana mayor, por su bien—mejor dicho, por su culpa—estaba sollozando como un niño, y esa figura fue demasiado impactante para un joven de 14 años. Sin poder sacar palabras, una sensación de culpa comenzaba a hervir en su interior.
—Lo siento mucho, Bell-dono… ¡No solo me olvidé de ti, además te hice a un lado…! ¿¡Qué demonios es una <Familia>, si no puede salvarte de un dilema…!? ¡Ni siquiera postrándome ante ti podría ser perdonada!
—Lo siento, Bell. Yo también… yo…
Más y más.
Rodeando a Bell y las tres chicas estaban Mikoto, Welf y los otros.
Naaza, Daphne, Casandra, Ouka, Chigusa y los otros miembros de la <Familia Takemikazuchi>, Aisha, e incluso Mord. Dejando de lado a los Dioses que se habían dirigido al <Denatus>, todos eran rostros que cayeron en el <Encanto> de Freya y alejaron a Bell.
—Quiero que me des un puñetazo…
—Eso, solo sería autosatisfacción para disminuir tu propio sentido de culpa…
—¿¡E-Entonces que debería hacer…!?
—…… Seppuku
—¡Detente Ouka, B-Bell-san, yo lo hare después de todo!
—Ustedes están demasiado alterados.
—¡N-No pienso que sea particularmente culpable…! Pero, de alguna manera… e-estaba pensando si acaso estas deprimido……
Etc, etc, etc.
Todos tenían rostros sombríos, y con expresiones que decían que no tenían cara para mirarle, hablaron uno tras otro con una atmosfera como la de un velorio. La sala de estar ya se había convertido en una zona de disculpas densamente poblada.
“Ya basta, esto es ridículo.”
La Hestia que vivía en el fondo de la mente de Bell miro hacia el cielo y comenzó a girar como un molino de viento.
… ¿Que debería hacer?
Bell murmuro en el fondo de su corazón.
Bell no estaba tan arruinado como para sentirse aliviado al hacer disculparse a alguien. Por el contrario, era un humano que se sentía incómodo.
Además, esta vez no tenía nada que criticarle a Lili y los demás. Ellas quienes habían malinterpretado que Bell era un forastero por el <Encanto> también fueron víctimas. Pero, incluso si les decía una y otra vez “Está bien”, “Ustedes no son culpables”, sus rostros se ensombrecían aún más en su lugar.
Por eso, Bell miro hacia el techo, frunció el ceño y cerro sus ojos, sin saber qué hacer.
Cuando estaba pensando en cosas como Si se me lo permite quiero evadir la realidad actual, los fuertes sollozos de Lili se transmitieron desde su estómago.
—¡Lili, Lili, juro no traicionarte Bell-sama, y a pesar de eso…!
La primera vez que se encontraron, Lili se había acercado a Bell con el fin de hacer dinero, con un resentimiento injustificado y egoísta.
Con mentiras y traiciones había herido a Bell, esa verdad seguramente era la razón por la que no podía perdonarse. Hasta el punto de pensar que no podría compensarlo incluso si muriese diez mil veces.
La voz llorosa de la chica estaba llena de un profundo remordimiento, odio a sí misma y arrepentimiento, representando también los sentimientos de todos los presentes.
Bell, quien solo estaba perplejo, al ver las lágrimas que seguían derramando… se decidió.
Colocando ambas manos en los hombros de la chica, se arrodillo en el piso y encontró su mirada con sus ojos que incluso ahora seguían llorando.
—Lili ¿Me escuchas? Yo… err, no puedo darte un castigo, como deseas.
—Uguh, gusu…… ¡No puede ser…!
Lili quien sollozaba convulsivamente, miro de vuelta el rostro de Bell y se llenó de tristeza.
Las lágrimas que no podía detener incluso cuando las limpio muchas veces con sus pequeñas manos seguían desbordándose de sus ojos marrones.
Mientras la miraba, Bell hablo con la intención de hacerse escuchar incluso por Eina y los demás.
—Pero—comparado con un castigo, algo mucho más aterrador está esperando en el futuro. No solo para ti, Lili, incluso para mí.
—¡¡…!!
Los ojos de Lili se abrieron ampliamente.
De Welf y los demás también se escuchó un jadeo de sorpresa. Bell bajó sus cejas y mostro una sonrisa un tanto lamentable.
—Yo solo no podré hacer nada en la siguiente batalla. Por eso, quiero que le presten su fuerza… a este inútil yo.
—Bell-sama…
—Por eso, en lugar de disculparse… quiero que lo enfrentemos juntos.
Te lo ruego, Lili.
Ayúdame.
Frente a los ojos rojo rubí de Bell quien le rogaba sinceramente desde el fondo de su corazón, sus ojos marrones se humedecieron por un significado diferente al de antes.
Limpiándose violentamente las lágrimas que aún se derramaban, y mientras sorbía su nariz ruidosamente, Lili asintió varias veces.
—¡Si…! ¡Lili, te ayudara, Bell-sama! ¡Te apoyare! ¡Por todo el dolor que te he causado—no! ¡¡Más que eso, por siempre desde ahora!!
—… Gracias, Lili.
Bell le sonrió a Lili quien gritó como si estuviera haciendo un juramento.
Viendo esa sonrisa, las lágrimas se desbordaron de sus ojos nuevamente y lo abrazó.
Rodeándola con sus manos mientras palmeaba suavemente la espalda de la chica que enterró su rostro como si se aferrara a su cuello, Bell miro a su alrededor.
—Welf, Mikoto-san y Haruhime-san… Eina-san y los demás también, se los pido. Por favor, ayúdenme. Entonces, mirando a Welf y los demás que abrían ampliamente sus ojos, dijo en broma.
—Les he causado muchos problemas, ¿No? Así que, con esto… digamos que “estamos a mano”.
—Sin embargo, tal vez mi “deuda” sea mayor y no sea suficiente. Bell declaró eso mientras se rascaba la mejilla.
Inmediatamente después, Welf y los demás finalmente recuperaron sus sonrisas.
—… Son las palabras de nuestro líder. Vamos a hacerlo chicos.
—Si… ¡Quienes ayuden a Bell-dono, seremos nosotros mismos!
—¡Yo también, te regresare el favor! ¡Incluso a cambio de este cuerpo!
Welf sonrió como un hermano mayor, Mikoto respondió con seriedad y Haruhime, mientras limpiaba las esquinas de sus ojos con su dedo, hizo su juramento.
Finalmente pudo regresar de ser el “Bell Cranel de la <Familia Freya> a ser el “Bell Cranel de la <Familia Hestia>”.
En ese momento, Bell pensó eso.
—Bell… a partir de ahora voy a hacer Pociones… incluso los Elixires en los que siempre fallo, los enfrentare.
—¡Muchas gracias, Naaza-san!
—¡Yo también, hasta que pueda ver un buen sueño, continuaré durmiendo incluso si es doloroso!
—¡Por favor no hagas nada irrazonable, Casandra-san!
—¡Bell-kun! ¡También te filtrare toda la información que obtenga en el Gremio!
—C-Como era de esperar, eso es un poco……
Naaza y los demás quienes finalmente pudieron liberarse de los zarcillos de la culpa por el llamado de Bell levantaron sus rostros y prometieron su ayuda.
Y entonces, cuando los “yo también y yo también” comenzaban a volverse más acalorados, y una gran gota de sudor comenzaba a acumularse en la frente de Bell—
La puerta de la sala de estar fue abierta con fuerza provocando un fuerte ruido.
—¡Ah~~~~~~es inútil! ¡¡Como esperaba, no pude persuadir a Loki y los demás!! Dejando escapar una voz de resignación, Hestia entro en la sala de estar.
Después de regresar del <Denatus>, arrojo hacia el cielo los documentos que traía mientras soltaba un “¡Nyoaa!” y se sumergía de cara en el sofá.
—Una prohibición de participación para la <Familia Loki>… entonces, como esperaba…
Recogiendo uno de los pergaminos que habían caído al piso, y mirar lo que tenía escrito, Bell no pudo ocultar su ansiedad.
Sabía que desde que se decidió la celebración de un <Juego de Guerra> Hestia había estado asistiendo al <Denatus> por varios días consecutivos y estaba intentando obtener condiciones favorables para ellos mismos. Y también el hecho de que las cosas gradualmente se habían vuelto sospechosas.
—Freya no participo en el <Denatus>, y estaba tomando una postura de aceptar cualquier regla, pero…
—En primer lugar, la brecha de poder es demasiado grande. Sin la participación de Loki y los demás, al final las otras <Familias> que estaban entusiasmadas también están comenzando a dudar en si participar o no.
Después de Hestia, Miach y Takemikazuchi también aparecieron en la sala de estar. Al final, mientras Hefesto entraba, los rostros de sus dependientes también se tensaron.
—Me pregunto si no podría ser un duelo de quien come más, de preferencia…
—¿Quién diablos aceptaría decidir el duelo con algo así…?
Ante las palabras de Daphne, Ouka sintió un dolor de cabeza ya que sabía que incluso él quería decir lo mismo.
Hasta ese punto era lo fuerte que resonaba el nombre de la <Familia Freya>, el luchar contra ellos significaba desesperación.
—Con respecto a la no participación de la <Familia Loki>, incluso dentro del Gremio se están alzando voces de disconformidad. Pero, los altos mandos parecen estar asustados de que tanto las facciones de Loki-sama y Freya-sama se derriben entre si…
Con las palabras de Eina como final, el silencio cayó en la sala de estar.
¿Por qué aceptaste el <Juego de Guerra>?
No había nadie que recriminara a Bell y Hestia de esa manera.
Después de todo, todos comprendían que, si no superaban esta batalla, su situación con la <Familia Freya> no podría zanjarse y el disturbio no se calmaría.
Separándose de Bell, Lili, quien finalmente había recobrado la calma, mostrando el rostro de estratega miró el rostro de Welf.
—Welf-sama…
—Lo sé… como se lo dije a Bell antes, haré <Espadas Mágicas Crozzo>. Tantas como pueda, limitado a lo que el tiempo permita.
—W-Welf, pero eso…
—Si son “mis <Espadas Mágicas>” dependerán de la habilidad del usuario, en cualquier caso. Incluso si se rompen, para sacar un poder de fuego que derribe a un oponente de una clase superior, solo usare <Espadas Mágicas Crozzo>.
Ante los ojos inquietos de Bell, Welf sacudió su cabeza de un lado a otro.
Con su efecto autodestructivo eliminado, el poder de fuego y efecto la <Espada Mágica Welf’> que forjo en el Calabozo—dejando de lado al propio Welf, su creador—dependía del <Estado> del usuario.
Incluso si Lili, quien actualmente era Lv. 2, la usara, solo podría exhibir un poder equivalente a un Lv. 2.
Si querían un poder de fuego capaz de incinerar al enemigo, las <Espadas Mágicas Crozzo> eran necesarias.
Estaba listo para imitar a su país natal Rakia—a la <Familia Ares> que se enorgulleció de sus “mitos de invencibilidad”.
Welf, quien había estado evitando las <Espadas Mágicas> de su familia, hizo esa resolución.
No era un oponente con el que pudieran luchar si elegían los métodos, incluyéndolo, todos los que estaban en este lugar lo sabían.
—… Creare una estrategia. Explorare todos los métodos disponibles detenida y detalladamente. Si no lo hacemos, no tendremos ninguna posibilidad de ganar.
Justo después de que Lili dijera eso con voz tensa—
Aisha, quien hasta ahora había estado en silencio sin unirse a las disculpas hacia Bell, abrió la boca.
—En lugar de bajar su cabeza hacia Bell Cranel, aplastaría a los subordinados de la Diosa Freya. Siempre he estado pensando en eso. Independiente de que la <Familia Loki> este o no. … ¿No piensan lo mismo?
Ante las palabras provocativas de esa Amazona amante de la batalla—
Esta vez los Aventureros lo aprobaron.
—¡Si, Aisha-sama! ¡También quiero, ma-ma-mandarlos a volar!
—Bell-dono continúo luchando solo. ¡Siendo así, a continuación, es nuestro turno de darlo todo! Haruhime y Mikoto también se unieron.
Ante las voces de sus amigas de la infancia, Ouka y Chigusa respondieron, “¡Ou!”, “¡Sí!”, con una sonrisa.
Con las rudas palabras de Aisha como detonante, la atmosfera oscura fue mandada a volar. Finalmente, con el liderato de Lili, comenzó la charla sobre el <Juego de Guerra>.
—… Que bien.
Mientras miraba a Lili y los demás desbordando voluntad y energía, Bell sonrió.
Era una sonrisa de tranquilidad, feliz porque Lili y los demás se habían deshecho de su sentimiento de culpa. Bell entrecerró los ojos, y luego mostro una expresión seria.
Distanciándose silenciosamente de Lili y los demás, al acercarse al borde de la ventana descubrió que el sol ya había cedido su lugar a la luna.
¿Qué estará haciendo… esa persona ahora?
En su mente flotaron los sucesos ocurridos en el “campo” donde paso su tiempo falso y “ella” quien le mostro muchas expresiones que no había visto antes.
Mientras miraba la luna brillante y efímera, Bell susurro el nombre de una chica con una voz que nadie podía escuchar.
× × ×
La noche azulada se parecía a un oscuro canal.
La superficie del agua donde las resplandecientes estrellas se sacudían. La luna faltante era una única góndola.
Atravesando el espacio entre las pálidas nubes, brillaba efímeramente.
Como si buscara desde arriba del barco a alguien que se alejaba más y más, sin poder encontrar a nadie, la luz de la luna se lamentaba.
¿Y qué es lo que estás buscando?
La Diosa de la belleza dejo de intentar preguntarlo.
Sacándose a sí misma de ese demasiado ridículo mar de sentimentalismo, simplemente, murmuro el nombre de ese chico.
—Bell…
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