Capítulo 11:El hombre misterioso que se escabulle detrás
«……»
Alguien me seguía mientras me apresuraba por el camino hacia la posada. No sabía quién era, ni qué queria, pero quien estaba detrás de mí no era muy bueno ocultándose. Probablemente no era un bandido o un ladrón.
Pero eso no me hace sentir mejor. Puede que estén planeando atacarme cuando las calles estén menos concurridas, lo cual me parecía realmente espeluznante.
Aún tenía pendientes algunos de los preparativos para la petición y no sabía bien qué hacer en ella.
Sin muchas opciones decidí…… correr.
Activé <Fortalecimiento físico> que sube la agilidad y empecé a correr, tengo la ventaja pues me se el camino de la calle Este de memoria, incluidas todas las calles y callejones.
Por lo que después de correr un rato perdí la presencia que sentía detrás de mí.
(¿Se ha rendido?) Pensé equivocadamente.
La persona que momentos antes había estado detrás de mí había dejado de seguirme y decidido tenderme una emboscada frente a la posada.
«Eres Yuki, ¿verdad?»
«¿No?»
«¡No me mientas!”
No pensé poder engañarlo, pero nada perdía por intentarlo.
«Llevas rato siguiéndome y ya sabes quién soy, ¿Para que te molestaste en preguntar?”
Pregunte después de suspirar exageradamente a lo que la figura me miró con desprecio.
El hombre frente a mí era mayor que yo con un cuerpo ligeramente redondo iba vestido con ropas finas lo cual me hiso suponer que era algún tipo de comerciante bien acomodado.
«¿Y bien? ¿Qué quieres de mí?”
«Sal de la party.”
(¿Qué?) Pensé con la cabeza llena de preguntas.
Sólo llevaba tres días en la party y de la nada alguien se me acerca intentando que me vaya, además por si fuera poco era un completo desconocido.
«Es una propuesta bastante estúpida de tu parte después de todo yo soy el líder del Clover.”
«¿Qué? ¿Eres el líder? … ¿tú? ¿Eres el líder?”
Pregunto incrédulo.
«Sí.”
«…… ¡Tienes que estar bromeando!”
Dijo el hombre antes de sacar enfurecido la espada de su cintura.
Me dejo sin saber que pensar al respecto ya que aun cuando en la ciudad aventurera de Finis hay mucha gente que lleva armas, debido a las leyes de la localidad es ilegal sacarlas en la ciudad.
«Les pedí una y otra vez que me dejaran unir a su party ya que no era segura, ¡una party de únicamente mujeres! ¿verdad? …solo quería protegerlas…solo trataba de ser amable….»
«No intentes presionarme con tu “amabilidad”»
Que disparates esta diciendo, ¿Qué clase de razonamiento era ese?
Estoy de acuerdo en que las chicas estaban un poco locas y podrían dar lugar a rumores a mi alrededor, pero no creo que lo diga por la bondad de su corazón.
Mi suposición era que sólo estaba tratando de cumplir su sueño travieso donde estaba rodeado de novatas ingenuas.
Hmmm.
Iba a cuestionar al trio acerca de este tipo más tarde. …… Pero por ahora, iba a dejar a esta platica hasta aquí, de momento.
Supongo que debería apresurarme y reunirme con ellas ahora.
«Me mantendré en la party por el momento, así que no debería de preocuparte que sean solo mujeres. supongo que con esto hemos terminado, ¿No?»
«¡De ninguna manera! Te he dicho que abandones la party.»
«Te he dicho que no puedo hacer eso.»
No me escucha.
«¡Yo llegue primero! ¡que te salgas, joder!»
«No es «Yo llegué primero» o «llego después». El que yo salga de la party no significa que tú vayas a entrar.»
«¡Cállate! ¡Si no quieres que te haga daño, sólo di que saldrás de la party! Mientras te arrodillas para disculparte.»
Gruño el hombre excitado mientras intentaba clavarme su espada probablemente estando borracho o drogado con magia ilegal y aunque no lo aparentaba no era mala idea llevarlo a la iglesia para ser tratado pues actuaba como loco quizás su espíritu estaba contaminado con algo malo.
«Entiendo su punto de vista. Pero la respuesta sigue siendo no.»
«¡Tú empezaste esto! Voy a mostrarte tu lugar… ¡……!»
Al momento de dar un paso al frente, el hombre resbaló y cayó sobre los adoquines.
Puesto que al momento en que sacó la espada utilicé < caer > siendo la elección correcta.
Agité ligeramente el dedo hacia el hombre que gemía y dejé volar el hechizo Niebla de Sueño. En un área muy pequeña para que los curiosos no pudieran verlo.
«Qué borracho más molesto».
Murmuré para mí mismo, evitando que los demás pudieran oírlo. Luego de dejar al borracho me dirigí a la posada pensando que, para los espectadores, debía parecer un borracho que se había caído y quedado dormido.
Al llegar a mi habitación me puse mi equipo de aventurero antes de salir por la puerta trasera.
Ya que, si salía estúpidamente por la puerta principal, me arriesgaría a volver a enredarme con ese tipo, y si me tomaba mi tiempo al prepararme podría no llegar a tiempo a la reunión.
Me aplique un encantamiento físico para fortalecer mi cuerpo antes de correr por la ciudad para llegar a tiempo.
Después de correr un rato llegue al Gremio de Aventureros donde a mi party caminando hacia él gremio también.
«Hey, lo lograste.»
«Llegaste justo a tiempo, Yuki.»
Dijo Marina sonriendo alegremente mientras me daba un pulgar hacia arriba en señal de aprobación.
«Muy bien, vamos directamente a la parada del carruaje.»
«…… Yuki, ¿qué sucede?»
Pregunto Rain mientras se quedaba helada y encogida.
No estoy segura de por qué Rain es tan perspicaz a veces cuando normalmente parece ser tan despistada.
«Estoy seguro de que lo entenderás.»
«No estoy segura de lo que ha pasado, pero vayamos rápido.»
Dijo Silk mientras aceleraba su paso.
Era una virtud suya el poder juzgar rápidamente situaciones como éstas. Lo cual me hizo pensar que está mucho más capacitada que yo para ser una líder.
En lugar de entrar en el gremio de aventureros, pasamos de largo y nos dirigimos a la parada del carruaje después de todo el hombre parecía ser vengativo, …… y no creía que se rindiera tan fácil después de esto.
Sacar un arma en la ciudad… aun en casos de emergencia como autodefensa, puede ocasionar fuertes medidas legales.
Llegado el momento supongo que me tocaba tragar mucha mierda por las chicas.
Es lo que como líder y apoyo debía aguantar.
¿»Yuki»? Tu cara da miedo. Cálmate, los cuatro juntos podemos resolverlo. Somos una party después de todo, ¿verdad? … sonríe».
«Oh, claro. Cuento contigo.»
Le devolví la sonrisa a Rain, que sonrió y me pellizcó la mejilla, y nos apresuramos hacia la parada del carruaje.
Gracias a ellas, conseguimos colarnos en el carruaje antes del mediodía.
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