Capítulo EX #2 – Una trampa acorazada
El teletransportador se activó y, tal como antes, luego de un momento estaba en otro lugar. Todo iba bien hasta ahí, pero…
— No de nuevo…— Pensé en voz alta mientras notaba el problema.
…Tsu no estaba en ninguna parte.
Supongo que debe estar en otro lugar y ya, nos reuniremos en la sala del trono. No necesito preocuparme de alguien como ella.
Pero los demás… quizás también se enfrentaron a un general o algo similar, eso podría ser muy malo.
A mi alrededor había una habitación cualquiera, una cama normal con un escritorio a un lado y un libro encima. En uno de los muros había una pizarra de corcho con muchas notas unidas con cinta roja y dos imágenes en una esquina.
Las notas decían cosas extrañas como “Aquí se enfrenta al dragón” y “Recuerda decirles que pueden ir de a dos”, todo sin suficiente información para entender lo que quería decir.
Mientras revisaba la pizarra pude ver mejor las dos imágenes, ambas eran interesantes a su propia forma.
La primera era una imagen de seis personas con sonrisas en sus rostros, la familia de Caith Sith.
Parecía ser de hace algunos años, aparecían en ella Bow, Daemon, Caith y dos mujeres que no reconozco. La primera era una niña de pelo plateado y la otra una mujer de cabello anaranjado con unas orejas de gato saliendo de su cabeza. Por su edad, quizás era la madre de Bow.
…Dónde estará ella con todo lo que está pasando?
La otra imagen era un mapa del castillo, incluso había una “X” marcada en él con un mensaje de “Estás aquí”.
Era un poco demasiado conveniente… pero esta habitación solo podía ser de uno de los hijos de Caith Sith, y pensando en ese sujeto con su inquietante sonrisa imperecedera, consideré la posibilidad de que fuera real.
Intenté quitar la imagen de la pizarra, pero justo debajo había otra nota que decía: “Sabía que harías eso”. Un segundo después, la imagen del mapa se quemó por completo.
…Un poco paranoico, no?
Ehh… más menos recuerdo hacia donde era, eso tendrá que bastar.
Salí de la habitación y caminé rápido a través de los pasillos en dirección a dónde probablemente estaba la sala del trono.
— Tsu! Vincent! Krim!— Gritaba cada tanto.
Con algo de suerte me escucharía alguno y podría reunirme con los demás. Si las cosas van mal, algo poderoso escuchará y me reuniré con los demás del otro lado.
Los ruidos de combate a la distancia seguían resonando, pero estaban demasiado lejos para ser los demás. Atsuya y Ayuko siguen en los suyo supongo… esto hubiera sido un desastre sin ellos. No, supongo que no lo hubiéramos podido hacer para empezar.
Ah, dónde estoy?
Miré a mi alrededor, pero no estaba segura de dónde había venido ni hacia dónde estaba yendo.
Seguí dando vueltas por un par de minutos doblando en las esquinas siguiendo únicamente mi instinto, realmente ayudaría toparme con alguno de los demás ahora…
Y entonces, justamente cuando pensaba en eso pude ver de reojo a alguien entrando a una habitación un poco alejada de mí. Quizás era uno de ellos, y si era así, esta era mi oportunidad.
Corrí detrás de la figura misteriosa sin pensarlo dos veces y entré a la habitación de una vez. Cuando lo hice, me arrepentí inmediatamente.
No había una trampa en el interior, tampoco me esperaba una emboscada ni un villano con un monólogo claramente preparado de antemano. No, solo era una cocina.
Qué tan mala puede ser una cocina? Pues nada en particular, pero en definitiva no había una persona aquí.
Me di la vuelta para salir de la habitación, pero… bueno, esa es la parte que me hace arrepentirme. Choqué de frente con una armadura más grande que yo misma, no, con alguien con una armadura gigante.
Retrocedí un poco por la sorpresa, pero volví a chocar con alguien. Hace un momento no había nadie en la habitación, estoy segura.
Salté a un lado para no tener a nadie detrás y vi a la persona que había aparecido detrás de mí.
— Hola, Kurai — Dijo él con una gran sonrisa en su rostro — Qué pasa? Sorprendida de verme?—
Por supuesto, era Daemon. Esa sonrisa que podría incomodar a cualquiera con solo verla era algo irreplicable.
Al otro lado, cerrando el paso a la puerta, estaba el sujeto con la armadura. Mediría cerca de dos metros de alto? Su cuerpo estaba cubierto con una armadura monstruosa con solo su cabeza mostrándose. Su edad… era imposible de evaluar. Te estarás preguntando por qué, eso es simple Él era un perro.
No es una broma ni una forma de hablar. Su cabeza era la de un perro de pelaje amarillo.
…No es momento de pensar en eso, Daemon es el importante aquí.
Qué estaba haciendo aquí? De dónde salió? Por qué me cerraron la salida? Nos traicionó…?
— No soy tu enemigo si eso es lo que te estás preguntando — Dijo Daemon.
— Entonces… realmente eres un aliado?— Pregunté con cautela.
— Ya lo había dicho antes, yo soy un guía —
…Entonces no es nuestro aliado, eso es lo que está diciendo? Probablemente no serviría de nada seguir preguntando. Si no es un enemigo, por ahora debería estar bien.
— Y quién es él?— Pregunté apuntando al perr-… sujeto en la puerta.
Él perro con la armadura miró a Daemon, él lo miró de vuelta. Luego de unos momentos, Daemon volvió a mirarme y luego respondió.
— Digamos… que es un amigo — Fue lo único que dijo.
—…Bien — Dejando a un lado quién sea, hay algo más importante que tengo que preguntarle — Y… por qué estás aquí?—
Ya terminó todo afuera?
— Ah, tenía hambre — Respondió él.
Luego de decir eso, abrió la puerta de un mueble que exudaba una ligera fuerza mágica, probablemente un congelador, y sacó un pastel de color dorado de su interior. Lo dejó sobre una mesa y se frotó las manos, como si estuviera ansioso por empezar a comer.
…
Decidí dejarlo tranquilo y seguir buscando a los demás.
Dejé de mirar a Daemon y moví mi línea de visión al pasillo por el que entré. Allí, el… me rindo. El perro con armadura seguía tapando el camino con su masivo cuerpo. Ya que está con Daemon supongo que no habrá problemas, pero no puedo evitar sentir que algo está mal.
Sin despegar la mirada del perro, me moví frente a él.
Primero esperé un momento a que se moviera, nada. Fruncí el ceño, claramente me veía, pero evitaba hacer contacto visual.
— Hey!— Le dije.
Sus ojos temblaron un momento.
— Hey! Vas a moverte?—
Sus ojos bajaron un momento, pero justo después volvió a evitar mirarme. En lugar de prestarme atención, siguió viendo algo a mis espaldas.
Hay algo detrás de mí?
Me di la vuelta, allí Daemon estaba haciendo alguna clase de gestos en nuestra dirección, pero al instante se detuvo y comenzó a silbar como si nada hubiera pasado.
…En serio?
— Dile que se mueva — Le dije a Daemon.
— No sé de qué estás hablando~ — Respondió él.
Realmente no tengo tiempo para esto.
Creé una pequeña bola de fuego sobre mi mano, no tenía mucho poder detrás.
— Dile que se mueva, o esto va para él —
— Lo intentaría pero no hablamos el mismo idioma — Dijo él mientras se encogía de hombros.
No quería herir a alguien innecesariamente, pero con solo esto debería estar bien… probablemente.
Volví a voltearme lancé la bola de fuego hacia el perro, pero al impactar contra él, se dispersó como si no hubiera estado allí para empezar.
El perro me miró por un momento y luego volvió a mirar fijamente a Daemon.
Supongo que es bueno que no le haya hecho daño pero esto… maldición! TIENE que moverse de ahí.
— Dile a tu perro que se mueva de ahí!— Le grité a Daemon.
— Oh no, si fuera tú me disculparía por lo que le acabas de decir. Se pone muy violento cuando se enoja —
Miré al perro a la cara.
Pude ver como sus ojos se movían rápido entre Daemon y yo, no parecía que fuera a hacerme nada, pero si esto sigue así él va a ser el que va a salir herido.
No, cálmate. No quiero descontrolarme de nuevo.
Respira. Uno, dos, tres…
Pero entonces, el castillo tembló con un fuerte ruido. Una gran cantidad de maná fue liberado de repente en algún lugar cercano, era tanta que la podía sentir incluso desde aquí.
Estaba claro lo que era, la pelea había comenzado.
A la mierda el no hacerle daño!
— Ultima advertencia, muévete — Esta vez no se lo dije a Daemon, sino que al perro en la armadura.
No esperé siquiera un segundo, sabía que no se iba a mover.
Retrocedí un paso y lancé de golpe una llamarada hacia él con toda mi fuerza… Pero no recibió ni un rasguño.
Los ruidos de la batalla seguían sonando, no estaban cerca pero tampoco muy lejos. Tengo que pasar sea como sea.
Lance una bola de fuego, y otra, y otra más. Hice llover una ráfaga de fuego sobre él… pero nada le hacía daño, y mucho menos lograba obligarlo a moverse.
— QUITATE DE AHÍ ANIMAL DESCEREBRADO — Grité sin pensarlo.
Necesitas calmarte, ahora.
Necesito calmarme, ahora…?
Puedes hacer esto si lo haces como antes.
Puedo hacer esto… si lo hago como antes…
Contén tus llamas y aumenta el calor.
Contuve mis llamas y aumenté el calor. Una luz azulada comenzó a rodearme.
Concéntralas y utiliza todo su poder.
Concentré el fuego en mi cuerpo, ni un poco debe salir.
Muev-
Sé que hacer.
Levanté un puño y di un paso hacia adelante mientras daba un puñetazo, el mundo se volvió borroso a mí alrededor y el retroceso de un impacto sacudió mi brazo.
Caí de espaldas y pude escuchar un fuerte sonido como el de una explosión frente a mí.
El brazo me dolía, pero de todas formas me levanté lo más rápido que pude. El perro ya no estaba tapando el camino, sino que intentaba levantarse mientras sostenía su costado con una mano.
No tengo tiempo para preocuparme por esto.
Sin pensarlo dos veces, comencé a correr siguiendo el sonido de la pelea. Detrás de mí pude escuchar una pequeña risa.
A cada paso el ruido era más fuerte, pero de algún modo sentía como si mi carrera desesperada no fuera a acabar nunca.
En poco tiempo el entorno en el castillo se había convertido en uno que reconocía, estaba cerca.
Pero… el ruido se detuvo.
Finalmente logré llegar a la sala del trono, varios muros del lugar se habían derrumbado y las grandes puertas de la habitación solo servían para detenerme por más tiempo.
Las quité a un lado como pude, y entonces, vi el resultado de la batalla.
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