Capítulo #15 – Los tres generales demonio [El Ángaro]

Una luz muy potente me cegó por un momento, y cuando pude volver a abrir los ojos, todo a mí alrededor era diferente.

La habitación ahora era pequeña y no tenía nada en ella… Y Vincent? No lo veía por ninguna parte…

[Te teletransportaron, Kinami… eres tonta de los modos más extraños.]

Ah. Entonces Vincent sigue allá.

[Él también estaba en el pentagrama, no? Entonces debe estar en otro lugar también…]

Pentagrama…? No lo noté.

[Como el que está debajo de tus pies…]

Miré hacia el suelo y tal como lo había dicho Violeta, había un pentagrama debajo de nuestros pies… Nosotros? Ah, Bow también está aquí.

Ella estaba en el piso, sentada como si sus piernas hubieran cedido mientras miraba al suelo.

Eh… Está bien?

[Tú crees que está bien?]

— Bow… Estás bien?— Le pregunté.

Ella no respondió nada, ni siquiera me miró.

— Es porque tu padre te rechazó?—

Sus hombros temblaron un momento y ella se giró de repente hacia mí completamente enojada.

— TÚ QUE CREES!?— Gritó ella.

—……Lo siento —

Ella volvió a bajar la mirada, ahora estaba llorando directamente.

[Bien hecho, Kinami~]

Cállate…

[Lo siento, lo siento… Intenta animarla, así no pueden seguir.]

Sí… haré lo que pueda.

— Bow… tienes que seguir adelante, ese no es el verdadero Caith, recuerdas?—

Esperé un par de segundos, y poco a poco, ella me volvió a mirar.

—……Lo sé, no puede ser él —

— Entonces-…—

— Pero cómo crees que me siento sabiendo que voy a tener que matar a mi padre…?—

— Ehh… Pero Krim es el que va a-…—

— No lo entiendes verdad!?— Su expresión volvió a retorcerse, esta vez con mucho más dolor — No lo podrías entender…—

[Kinami, déjalo en eso. Dijiste algo que no debías, no es buena idea seguir.]

Pero no puedo dejarla así.

— Aun así tienes que seguir…—

Me cuesta pensar en qué más decir… Si fuera Vincent…

— V-Vincent seguiría adelante!—

Por un momento, su rostro se congeló como en sorpresa, pensé que quizás había logrado que se calmara pero…

[Ahora es en serio, lo arruinaste.]

Ella se levantó de golpe, toda su cara se puso roja y el ruido al apretar sus dientes era incluso audible, me miraba como si fuera algo que debiera morir y sus manos temblaban por la fuerza con la que apretaba sus puños.

— ESE IMBÉCIL HA ESTADO TRATÁNDOME MAL DESDE EL INICIO Y ESPERAS QUE MOSTRAR TU DEVOCIÓN ASQUEROSA HACIA ÉL ME HAGA SENTIR MEJOR!?—

— Y-yo…—

— CÁLLATE! CÁLLATE CÁLLATE CÁLLATE CÁLLATE!! DEJA DE ESCUPIR ESTUPIDECES AUNQUE SEA UN MINUTO!!—

Entonces levantó uno de sus brazos y me golpeó de lleno en la cara. No pude evitarlo, no porque fuera rápido, solo no podía llevarme a hacerlo.

El golpe no me dolió mucho en realidad, pero de algún modo se sentía peor que una golpiza…

Llevé una mano a mi mejilla involuntariamente por la sensación asquerosa que sentía.

Bow, con la respiración pesada, tomó su mano enrojecida por el golpe y volvió a bajar la mirada.

— Solo… solo sigamos…—

— P-pero los demás…—

— Sé dónde estamos… o dónde podemos estar, vamos —

Sin decir nada más, ella salió de la habitación por un pasillo a un lado de la habitación.

[Bien hecho Kinami, realmente perfecto.]

— Y qué debería haber hecho…? No sé nada de ella…— Dije en voz baja.

[Aún si hubieras sabido de ella, no pienso que lo hubieras hecho mejor. Para empezar, deja de sacar a Vincent en todo.]

— Siempre he podido…!—

[Calmar a Vincent? Detente.
No te estoy diciendo que lo hagas de un día para otro, pero lo que acaba de pasar se habría evitado en gran medida si supieras dejar de hablar de ese intento de héroe.]

En vez de seguir discutiendo con alguien que no sabe de quién habla, comencé a seguir a Bow por el pasillo.

La voz de Violeta siguió molestándome por un rato, pero finalmente se rindió.

Era un pasillo largo, y como seguía el paso lento y deprimido de Bow, pasamos un par de minutos en silencio avanzando poco a poco.

Eventualmente, Bow rompió el silencio.

— Lo siento por golpearte antes…—

— Ehh… ok —

[Ok? Ok!? Ahí es donde deberías disculparte!]

— Oh, ehh… yo también, lo siento —

— Da igual…—

Nos quedamos en silencio otra vez.

— En serio, lo siento…— Volví a hablar — No soy muy buena hablando con… personas que no conozco mucho —

Quiero que entienda que de verdad lo siento.

— Ya dije que da igual!— Gritó ella mientras se detenía — Ah… lo siento —

— No… estoy molestando…—

— No lo estás… Cambiemos el tema, bien? Creo que sé dónde podemos estar —

[Dónde podemos estar? Ese es un modo extraño de decirlo… Pregúntale Kinami.]

Pero deja de molestarme.

[Vale, vale~]

— A qué te refieres con eso?— Le pregunté a Bow.

Ella volvió a mirar hacia adelante y siguió caminando.

— Este lugar se parece a las habitaciones personales de los generales… aunque no sé por qué nos llevaría aquí esa trampa en la sala del trono…—

— Quizás Caith Sith quería que los generales nos mataran por separado?—

—……Sí, quizás quería matarnos —

Ah, ahora camina más lento.

[Rápido, di algo más! Lo que sea!]

— E-ehh… Cómo podemos volver con los demás?—

—…Debería haber una insignia que active el pedestal de la habitación de antes —

Había un pedestal ahí…?

— Y dónde está esa insignia?—

— El general que esté aquí debería tener una…—

— Oh…—

Un general solo nosotras dos…? Imposible, quizás Vincent podr-… No puedo pensar todo el tiempo en qué haría él. Tengo que poder hacerlo yo misma.

— Ah, pero, con algo de suerte… quizás podamos salir de aquí sin tener que pelear —

— Cómo?—

— Bueno… está este demonio… y… Ah —

Bow se detuvo y miró hacia el frente.

Seguí su mirada hacia adelante y pude ver el final del túnel, la diferencia de luz lo hacía un poco molesto al inicio, pero cuando me acostumbré pude ver la sala a la que llegamos.

Para explicarlo claramente… era un gimnasio. Había distintas herramientas para ejercitarse por todo el lugar, e incluso una pequeña pista con obstáculos para correr. Al fondo de la habitación, alguien estaba acostado levantando una pesa que parecía de más de una tonelada a la vista.

En cuanto lo vi me detuve, él era un enemigo… no?

Comencé a levantar mi espada, pero Bow me detuvo poniendo una mano sobre la mía.

— Tuvimos suerte — Dijo ella.

— Hm?— El demonio se detuvo con la pesa a medio levantar y miró en nuestra dirección.

Primero me vio a mí, parecía listo para pelear al instante, pero luego… luego vio a Bow y su rostro se iluminó de golpe. Dejó caer la pesa a un lado y se levantó de un salto.

[Ese es un general demonio…? Es demasiado joven…]

Violeta tenía razón, esperaba que los generales demonio fueran alguna clase de seres inhumanos y aterradores como la bestia con la que nos atacó Caith en el mar, pero en cambio me encontré con él.

Parecía tener alrededor de la misma edad que Krim, pero a la vez tenía un aire más joven a su alrededor. Llevaba puestos solo unos pantalones cortos que terminaban poco antes de llegar a sus rodillas, el resto de su cuerpo estaba completamente en exhibición. Su piel estaba bronceada y resaltaba bastante sus músculos, no muy grandes pero de todas formas tonificados. Su cabello y ojos eran de color negro, aunque estos últimos tenían un brillo rojizo en ellos.

[Aunque tiene un buen cuerpo, eso también es cierto.]

Él miraba en dirección de Bow con los ojos muy abiertos y una sonrisa inocente de oreja a oreja.

Con solo eso podrías pensar que era un humano, pero en sus hombros sobresalían dos cuernos puntiagudos.

— Bow!—Gritó el demonio mientras extendía sus brazos a los lados y avanzaba hacia ella.

Pero la mitad demonio retrocedió un paso, evitando que la abrazara y le respondió.

— Eh… no —

Por un momento él se congeló en el lugar con los brazos extendidos y todo, pero Bow volvió a hablar rápidamente.

— Ifrit, estás sudado —

— Oh… lo siento…— El demonio bajó los brazos y tosió, como para recuperar un poco la compostura — Es bueno ver que estás bien —

— Ah, sí… a mí también Ifrit…— Ella se veía un poco incomoda — Ahora estoy un poco apurada, me darías tu insignia un poco?—

— La insignia? No deberías tener una si viniste de visita…?— El demonio, Ifrit, parecía confundido por algo.

No podía evitar apretar la empuñadura de mi espada con un poco más de fuerza mientras él me daba una pequeña mirada de reojo.

— Ehm… Esta vez es un poco especial…— Dijo Bow — Mi… mi padre me pidió la insignia por un momento!—

—…Y qué tal si no me encontrabas aquí?— Preguntó Ifrit antes de darme otra mirada.

— Eso… no… ehh…—

[Niña, prepara tu espada.]

— Por qué estás aquí, Bow? Dónde estuviste los últimos días?— Las puntas de su pelo se encendieron como si se quemaran — Dime… quién es ella?—

Esta vez me miró directamente.

No quedaba nada de la inocencia que tenía antes en sus ojos, ahora solo era la mirada de un soldado.

— I-Ifrit! No necesitas seguir con esto, mi padre… mi padre ya no es él mismo!— Siguió Bow, ya desesperada.

— Él… el rey ha actuado un poco fuera de lo normal los últimos años, sí… Pero todo es culpa de los humanos! Ellos asesinaron a la reina… Ellos asesinaron a tu madre Bow!!—

— Quién lo haya hecho merece la muerte!—

— Entonces…!—

— Pero no puedes simplemente culpar a todos los humanos… Conocí a un-… unos humanos que son verdaderos héroes! La guerra no es lo que alguien bueno haría! Mi padre no lo haría…—

— Bow. Ven aquí… o tendré que traerte por la fuerza —

— Despierta de una vez! Ese ya no es mi padre!— Su voz ya era como la de antes cuando discutimos. Incluso yo sabía que ya no existía una vuelta atrás.

— Las órdenes del Rey son absolutas — Dijo Ifrit.

[Eso es todo, estás lista Kinami?]

Levanté mi espada con ambas manos y me lancé hacia adelante.

En el segundo que me tomó llegar a él y sacudir mi espada desde un lado, la apariencia del demonio cambió. Él se movió instantáneamente para dar un golpe con su mano derecha, no a mí, sino que a mi espada. Un momento antes del impacto, una armadura se envolvió a través de su cuerpo como si tuviera vida propia.

La fuerza del impacto empujó mi espada hacia atrás junto con todo mi cuerpo. Antes de poder hacer algo al respecto, mis pies habían dejado el suelo.

Sus puños, piernas y torso estaban cubiertos por esa armadura que había salido de la nada, estaba hecha de un material extraño que parecía tanto sólido como líquido y brillaba como hierro al rojo vivo.

Extendí mis alas para detenerme, pero otro puño llego justo después directo a mi cara. De un momento a otro estaba viendo en otra dirección y me estrellé contra el techo.

[———nami! Kinami!]

Ah.

Volví en mí.

Eso fue fuerte, realmente me dolió. En serio dolió, pero por alguna razón… no fue nada comparado a Inhurdar, eso dolió mil veces más. Ni siquiera había soltado mi espada.

En el piso, Ifrit caminaba hacia Bow mientras ella retrocedía con una expresión nerviosa.

[Vamos! No puedo morir aquí así que tienes que ganar!]

Con fuerza salí del agujero en el techo donde había quedado enterrada y me lancé hacia abajo a toda velocidad con una sacudida de mis alas, Ifrit se giró hacia mi dirección pero ya era muy tarde. Agité mi espada y golpee con toda la fuerza de mi embestida al cuello del demonio.

Hace un momento ese lugar no estaba acorazado, pero en el instante en que mi espada impactó, la armadura que lo rodeaba se reunió en ese lugar y evitó que lo cortara. El impacto por si solo creó fracturas en el piso, pero la mirada de Ifrit no se fue de mi rostro.

Volví a sacudir mis alas para alejarme, pero fui muy lenta. Otro puño acorazado voló hacia mí.

El golpe volvió a lanzarme, pero esta vez pude mantenerme despierta y detuve el impulso antes de chocar contra el muro. En mi pecho, una marca roja había quedado donde recibí el golpe. Era una quemadura.

— Tan resistente como el Rey dijo que serías, Kinami la “Pesadilla alada” — Dijo él — Aunque no tienes ni la mitad de fuerza que esperaba —

[Piensa bien lo que vas a hacer, si te duermes de nuevo no esperes que te deje tranquila como la última vez.]

Lo sé. Pero no sé cómo podría ganar esto…

Bajé al piso y preparé mi espada otra vez.

Ifrit se abalanzó hacia adelante para atacar. Como antes, llegó casi de inmediato frente a mí y lanzó un gancho con su brazo derecho. Era demasiado rápido, no podía evitarlo!

— Qué!?—

Pero antes de que impactara, una barrera semi-transparente apareció frente a su puño. No lo detuvo, pero lo ralentizó lo suficiente para evitar el golpe.

— Ahora Ikaros!— Gritó Bow desde lejos con las manos extendidas frente a ella.

No sé lo que hizo, pero no puedo dejarlo pasar!

Sin desaprovechar la oportunidad, ataqué por un lado al demonio apuntando a su cuello una vez más.

— No te metas Bow!!— Gritó el con ira en su voz mientras atrapaba mi espada con su mano izquierda.

Algo de sangre salió de su palma, pero eso no lo detuvo de levantarme por completo usando mi espada y lanzarme hacia arriba.

De inmediato saltó hacia mí, pero en medio del espacio entre el techo y el suelo, una barrera volvió a detenerlo en sus casillas apareciendo justo frente a su cara.

— HAY que detener a mi padre Ifrit! Deja de hacer como si no lo vieras!!— Bow volvió a gritar.

Recuperé el control de mi cuerpo en medio del aire y usé el techo para impulsarme hacia el indefenso demonio. Agité mi espada directamente hacia abajo para atravesarlo.

— Eres tú la que está siendo ciega!— Ifrit no se rendía.

Aún en el aire, dio una patada hacia arriba directo a mi espada, su armadura se redujo un poco con el golpe, pero fue suficiente para llevarlo de una vez al suelo y poder responder a mi espada con sus puños.

Volví a retroceder con mis alas y aterricé en el piso. Mis brazos aún retumbaban por el poder de sus golpeas al chocar contra esa armadura móvil suya.

— Crees que va a ayudar en algo que sigas las ordenes de esa persona?— Preguntó Bow.

— Esa persona, es tu padre. Y el REY de los demonios — Respondió Ifrit girando su cabeza para mirarla.

— Ese no es él, es algo más!—

— Cállate! Si sigues hablando voy a… Voy a…!—

— Vas a qué? Los dos sabemos MUY bien por qué te uniste al ejército, no fue por lealtad ni por mi padre… Entonces, por qué vas tan lejos…!?—

[Está distraído, dale en la cara!]

Sí!

Corrí hacia él, nuevamente intentando cortarlo desde un lado.

— Ya estoy cansado de ti!— Gritó él a la vez que bloqueaba mi espada con un brazo y golpeaba mis manos con el otro.

Perdí el agarre, y antes de poder hacer algo, una patada me alejó de mi arma.

Con otra marca roja en mi cuerpo, ahora en mi estómago, había quedado en una peor posición que antes.

— Huh? No puedo levantar esta cosa… Un objeto mágico entonces —

Dejó mi espada allí y caminó con calma hacia mí.

— Qué vas a hacer ahora sin tu arma, eh?—

— Me estás subestimando…— Le dije.

Corrí hacia él y di un golpe hacia su rostro.

Él lo evitó con un mínimo movimiento de su cabeza y a la vez regresó con otro gancho a mi cara.

— No es subestimarte si no eres la gran cosa —

[Definitivamente no eres buena para esto…]

Intento concentrarme!

[Claro, claro…]

Me recuperé lo más rápido que pude y lancé otro golpe, pero lo volvió a esquivar y darme en la cara.

Lo hice otra vez, era lo único que podía hacer.

Un golpe me dio en la cara y otro lo siguió a mis costillas.

Mientras me tambaleaba lancé un puño hacia él, no se molestó en hacer mucho, lo evitó como si nada y levantó mi rostro con un golpe a la barbilla.

Intenté tomarlo del cuello pero se movió a un lado y golpeó de nuevo.

No estoy llegando a nada.

Retrocedí un par de pasos y recuperé el aliento.

Él se lanzó hacia adelante y me dio un golpe directo al rostro, perfecto.

Antes de que pudiera recuperar su brazo, lo tomé con mis dos manos y me lancé hacia él con mi cabeza por delante. Siento un golpe seco y un pequeño quejido.

Finalmente me empuja lejos y puedo ver como tapaba con una mano su nariz sangrante.

— No puedes… Haa… hacer algo… Bow…?— Le pregunto mientras intento regular mi respiración.

— No… lo siento, pelean demasiado cerca…—

— Deja de hablar Bow!!— Gritó Ifrit enfurecido.

— Te da miedo dudar?—

— No tengo NADA de lo que dudar —

— Es curioso… yo pensaba lo mismo de mí — Dijo ella.

Él retiró su mano y pude ver como temblaban sus dientes… tiene miedo. No de mí, pero tiene miedo de algo.

— No entiendes! No lo entiendes!!— Gritó el demonio.

[Kinami, solo necesitas aguantar. La otra niña puede terminar con esto, solo resiste.]

Lo… voy a intentar…

El demonio se abalanzó contra mí, con algo de suerte, una última vez.

Cada golpe era devastador. Ya no intentaba esquivar o contraatacar, solo protegía mi cabeza como podía mientras con cada uno de sus movimientos retrocedía más y más.

Finalmente choqué contra el muro detrás de mí y los golpes comenzaron a ser más potentes aún.

 — Ifrit! Qué bien le traerá a mi padre seguir en ese estado!?— Seguía hablando Bow.

— Es mejor que estar muerto!!—

Los golpes no cesaban y mi visión se iba a negro a ratos.

— Ifrit… No… No quiero verte perder a más de tu familia…—

— Por eso! Por eso no lo dejaré morir!!—

Sus puños tenían más poder que antes…

— Mi padre ya está muerto… solo tú eres mi familia ahora —

Los golpes se detuvieron y él se giró para ver a Bow. Era ahora o nunca.

Reuní toda la fuerza que me quedaba y le di un golpe a la cabeza. El impacto lo hizo retroceder un poco y pude dar otro golpe que lo botó al suelo.

Miré a un lado, allí estaba mi espada.

Sin pensarlo dos veces salté hacia ella y la tomé con ambas manos, él ya se estaba levantando.

Ahora… de qué me sirve tener esto? Incluso antes que estaba en perfectas condiciones no le pude hacer nada… De qué me sirve tener esta espada?

“Kinami, recuerda que la Karesmundier no es solo una espada.”

Una voz… un recuerdo resonó en mi cabeza.

Pude escuchar como unos pasos venían hacia mí a toda velocidad, me giré rápidamente y gritando en mi mente “No puede acercarse!”, extendí el objeto en mis manos.

Ante mis ojos no había una espada, sino que un arma de fuego pesada, una escopeta blanca y dorada.

Con Ifrit frente a mí, apreté el gatillo sin pensarlo dos veces y un rugido estruendoso resonó en el lugar.

La armadura de metal hirviente bloqueó los pequeños haces de luz que disparó la escopeta, pero no todo el daño fue evitado. Pequeños rasguños aparecieron en todo su cuerpo y el mismo golpe del disparo lo hizo retroceder.

Me puse de pie como pude y volví a disparar. No hacía mucho daño, pero definitivamente lo podía anular con esto.

— Esto no es bueno para nadie Ifrit!—

— Cállate!!—

No dejé de disparar aún mientras hablaban, si dejaba de hacerlo, sentía que ese sería el final.

— Dejar que siga haciendo lo que quiera con el cuerpo de mi padre no le hará ninguna honra a su nombre —

— No! No!!—

— No me hará feliz a mí…—

— No…!—

Sus dientes temblaban mientras la sangre comenzaba a correr en mayor medida por todas las pequeñas heridas en su cuerpo.

— Y mucho menos a ti —

— No… Bow… Solo quiero…—

Di un último disparo y mis brazos cedieron. El arma cayó al piso y volvió a ser una espada.

— Sé lo que quieres Ifrit, por eso, ríndete… Quizás no seré yo, pero vamos a acabar con esto, con esa cosa que nos robó nuestras vidas —

Había una nueva luz en los ojos de Bow, mientras que en el rostro de Ifrit solo quedaba arrepentimiento.

— Entonces por qué… por qué estoy peleando contra ti…?— Su voz ya no tenía energías.

Pero aun así, caminé lentamente, tanto como me permitía mi cuerpo, hacia él.

— Porque no quieres perder lo que tienes…— Bow dejó salir una sonrisa triste — Pero, eso ya lo perdimos… Ahora solo podemos evitar quedarnos verdaderamente sin nada…—

Llegué frente a él y levanté mi mano.

— Ya… ya veo…—

Armé un puño y golpeé su rostro.

Él ni siquiera se inmutó, solo me miró con unos ojos vacíos.

Sin decir nada más, caminó hacia uno de los muros y se sentó allí con la mirada en el suelo.

— Buena pelea…— Dijo una voz cansada… No, yo lo dije?

Ifrit levantó la mirada un momento y solo dijo:

—…Sí, supongo que fue una buena pelea —

Luego, volvió a bajar la mirada, aunque con una pequeña, casi imperceptible, sonrisa en su rostro.

Por qué dije eso…?

— Bow, toma la insignia… está en mi habitación atrás —

— Bien, Ikaros… o debería llamarte Kinami? Solo espera aquí un poco, no te preocupes por él — Respondió ella.

Ahora tenía una energía renovada, completamente diferente de cuando llegamos aquí.

Me senté en el piso pensando en lo que había hecho.

Aun si el final fue un poco extraño… gané una pelea, no?

Vincent estaría contento? No, estoy yo contenta…?

[Bien hecho niña, no solo la pelea, es bueno que pienses más en ti misma.]

…Sí. Tal vez es algo bueno.

En poco rato volvió Bow con una insignia circular y decidimos volver a la sala inicial para regresar a la zona general del castillo, al menos según ella.

Ifrit prefirió quedarse aquí y nos recomendó irnos de este lugar.

— Con esa fuerza no pueden contra Caith Sith, incluso si es un impostor — Fue lo que dijo.

De todas formas, seguimos adelante.

No es solo Vincent, está Bow, están mis demás compañeros… Y también estoy yo.



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Categorías: Héroes penosos