Capítulo #14 – Los tres generales demonio [La doppelganger]

Un destello me cegó por un momento, y antes de poder hacer cualquier cosa, una gran cantidad de energía mágica me envolvió.

 Al abrir mis ojos, la habitación en la que estábamos cambió por completo. A diferencia de esa sala del trono sobre decorada, esta era una habitación sin una sola decoración, muros grises y un suelo del mismo color. La habitación solo tenía una salida, un pasillo oscuro que seguía hacia la distancia. Lo único que resaltaba sobre el gris continuo era un pentagrama debajo de mis pies.

— Estás bien, Tsu?— Dijo una voz a mi lado.

Me di la vuelta y ahí, en vez de ver a todos los demás, solo pude encontrar a Kurai.

— Sí, no creo estar herida… Dónde estamos?— Le dije en respuesta.

— Yo también estoy bien, gracias — Replicó ella.

—…Lo siento —

Kurai se rio un poco y volvió a hablar.

— Solo estaba bromeando, relájate un poco — Ella miró a su alrededor — Nos separamos otra vez…—

Decidí hacer lo mismo.

Mirando mejor la habitación, había un pedestal con un espacio para poner algo circular… Kurai parecía estar viendo lo mismo.

— Sabes para qué sirve esto?— Le pregunté.

— No… aunque quizás podamos volver con esto —

— Por qué nos dejarían volver de una trampa…?—

—…Solo era una idea — Luego de eso, ella comenzó a caminar hacia la única salida de la habitación — Avancemos, no vamos a lograr nada quedándonos aquí —

La seguí por el pasillo oscuro, no habrán pasado siquiera dos minutos cuando el camino dio un giro brusco a la derecha, desde ahí pudimos ver luz y una nueva habitación…

Avanzamos un poco más y entramos a la sala que iluminaba el final del pasaje. Era mucho más grande que la sala del trono y tenía estanterías con libros por todas partes. Era una biblioteca… no, quizás sería irrespetuoso llamarla simplemente una biblioteca. Este lugar merecía el título de ‘Gran Biblioteca’.

Entramos a la habitación con cuidado de no caer en otra trampa y comenzamos a dar un par de vueltas por la habitación.

— Realmente son muchos libros…— Dijo Kurai.

— Supongo… Pero no hay nada más que eso —

Dimos una vuelta en una de las estanterías, y detrás de la esquina…

—…!—

Encontramos a alguien.

Estaba segura de que era un demonio, pero a la vez no podía entender qué era lo que estaba viendo. No era gigante ni tenía extremidades extra. No era monstruoso ni bello. No era hombre ni mujer. Era… qué era?

Se sentía como si viera a través de una cortina de humo que impedía que reconociera lo que veía, solo puedo sacar en claro sus ojos de irises amarillas y el cuerno que extendía hacia arriba desde un costado de su cabeza.

En cuanto nos vio soltó el libro en sus manos y comenzó a correr entre las estanterías llenas de libros.

— No podemos dejar que escape!— Dije yo antes de correr detrás del demonio.

Pero lo perdimos poco después a lo largo de las muchas esquinas de las estanterías.

Seguimos buscando unos minutos, pero no lo encontrábamos por ninguna parte…

— Probablemente sería más fácil si buscáramos por separado…— Dije en voz baja dejando salir sin darme cuenta lo que estaba pensando.

— Puede ser peligroso, pero quizás sea lo mejor — Respondió Kurai.

Después de un poco de deliberación, decidimos buscar por separado.

Las dos fuimos por lados opuestos de la sala y seguimos buscando.

Di vueltas por la habitación sin resultados por unos minutos, todo el tiempo intentando que mi curiosidad no me sacara de lo que estaba haciendo. Con tantos libros en este lugar… realmente era una tarea complicada.

A cada momento en que me distraía un poco me encontraba mirando de reojo los libros del lugar, todas las veces pude seguir adelante sin detenerme, pero al final, un libro se llevó mi atención por completo.

Recordé lo que pasó durante las presentaciones que Kurai nos obligó a hacer.

“— Supongo que deben haber estado esperando mi nombre, verdad?— Dijo ella con el pecho en alto.

— No realmente…— Murmuró Tsu.

— No…? Oh… Bueno, me llamo Kurai Aruki —“

Ese mismo nombre, Aruki, aparecía en el lomo del libro frente a mí.

[Sobre el Imperio de la Llama Sagrada y la familia Aruki]

Viendo eso, esta vez no pude detenerme.

[Todo el misterio sobre el fin de la última generación de los Aruki, Shiroku y Kurai, suele opacar la gran historia del Imperio de la Llama Sagrada, en mi opinión personal esto es…]

No pude pasar la primera página cuando me detuve en seco.

Qué relación tiene Kurai con…?

De repente, un fuerte ruido sonó detrás de mí. Un poco de ceniza cayó en el libro mientras volteaba lo más rápido que podía. Al otro lado de la habitación, un pilar de fuego ascendió hasta el techo. Solo podía ser Kurai.

Dejé el libro y corrí hacia allá.

No demoré mucho en llegar, y en cuanto me vieron allí, las dos comenzaron a hablar.

— Por fin llegaste Tsu! El demonio había tomado tu forma y ahora está intentando engañarte — Dijo Kurai.

— Bueno… es verdad, pero ese es el demonio!— Respondió… Kurai?

Frente a mí había dos personas iguales intentando convencerme de que eran la verdadera.

— Ehhh… Cuál es mi apellido?— Les pregunté.

— Mikazuki!—

— Mikazuki!—

…Eso no ayuda mucho.

Kurai resiste bien la magia de fuego, no podrá copiar eso, verdad?

Convoqué una llamarada hacia las dos, pero ambas recibieron el ataque con confianza.

Hmm… Qué debería hacer?

Quizás…

— Kurai —

— Qué?—

— Qué?—

— Confías en mí?— Le pregunte a… la verdadera Kurai, sea cual sea.

Las dos asintieron.

— Extiende un brazo hacia adelante —

Las dos levantaron el brazo izquierdo y lo mantuvieron levantado frente a ellas.

Sigo sin poder distinguirlas, pero no hay problema, desde ahora viene lo importante.

Extendí mis manos y conjuré mi siguiente hechizo, dos círculos mágicos aparecieron debajo de sus brazos, esto lo decidirá… espero.

Lentamente, la punta de una púa de hielo comenzó a salir del suelo. Entonces, tembló por un momento, como reuniendo potencia y… se disparó hacia arriba, directamente a sus brazos.

El disparo fue rápido, pero nada que no puedan esquivar. Estaba pensado para que pudieran entender bien lo que iba a pasar antes de que pasara, y por supuesto, las respuestas fueron dos muy distintas.

Una de ellas lo recibió de lleno y su brazo ahora está cubierto de hielo alrededor de la zona donde la púa impactó, por supuesto, el filo de la púa continúa en la parte superior de su brazo. Como si lo hubiera atravesado.

La otra lo evitó limpiamente.

— Ahora Tsu! Está indefensa!— Dijo la Kurai que lo evitó… la Kurai impostora!

— Suficiente de tus juegos!— Me giré para encararla directamente y disparé otra púa de hielo hacia la impostora.

— Tch — Ella lo evitó sin muchos problemas y volvió a alejarse en el mar de libros de la habitación.

Luego de que se alejara, en vez de perseguirla me acerqué a Kurai y le pregunté qué tal estaba.

— Bien, bien…— Parecía como si todo su cuerpo se hubiera relajado de una vez — Por un momento pensé que-…—

— Shh — La detuve.

—…Vale —

Sin decir nada más derretí el hielo preocupándome de que su brazo no fuera visible y luego se lo vendé.

— No perderás el brazo, pero no deberías moverlo mucho — Le dije.

—…Entiendo — Por supuesto, parecía un poco confundida, pero hizo lo que le pedí.

— Separémonos, si nos encontramos, la contraseña será fuego —

— Bien —

Hehe~ Me pregunto si funcionará.

Nos separamos como planee, lo siguiente sería… suerte, supongo.

Caminé un poco por la biblioteca, estaba algo confiada de que funcionaría bien así que no estaba apurada esta vez y me tomé el tiempo de leer los títulos de algunos libros. De todas formas, no los tomé, no quiero caer en una trampa de nuevo.

No mucho después, me crucé con Kurai. Tenía el brazo colgando y evita moverlo al caminar.

— Cómo está tu herida?— Le pregunté.

— Está bien… no duele tanto como antes — Dijo ella con una pequeña expresión de dolor.

Entonces, lancé una ola de púas heladas sin ningún aviso.

Con una llamarada derritió las que podrían haberle hecho daño, pero eso no es importante. En un par de segundos Kurai logró llegar hasta acá y cerrarle el paso por el otro lado del pasillo.

—…Cómo?— Preguntó la impostora.

— Heh, Kurai —

Al escucharme, ella se quitó la venda que había puesto en su brazo. Por supuesto, no había ninguna herida debajo.

— El hielo rodeó el brazo, no lo perforó — Le dije con una sonrisa burlona — Es así de simple —

El demonio se quedó quieto, probablemente entendió que ya no tiene nada más que hacer… es lo que me gustaría pensar, pero las cosas no son tan fáciles, verdad?

— Heh… Hehehehe!— El demonio comenzó a aplaudir, y unos momentos después…— Eso no cambia la situación en la que se encuentran —

Agitó una mano en mi dirección y una llamarada fue disparada hacia mí a toda velocidad.

Reaccioné a agacharme de inmediato, y el fuego pasó sobre mí al instante siguiente. Si me hubiera comenzado a mover medio segundo más tarde… no sé si seguiría aquí.

— Ahora lo entiendes?— Dijo el demonio con una sonrisa presumida.

— Lo único que entiendo es que vas a caer aquí — Respondí mientras me ponía de pie.

— Ven e inténtalo entonces, suficiente de jugar al gato y al ratón!—

El demonio juntó sus brazos, como si se abrazara a si mismo, y de un momento para otro, su cuerpo volvió a cambiar. Ahora no era solo una copia de Kurai, era algo más, una mezcla de Kurai y yo… una quimera.

Si puede copiar las habilidades de las dos…

— Kurai…!—                      

Pero antes de que pudiera advertirle de cualquier cosa, el demonio extendió sus brazos en direcciones opuestas, apuntando tanto a Kurai como a mí a la vez.

Intenté saltar hacia un lado, pero un mar de fuego ya iba en mi dirección. No iba a alcanzar a evitarlo moviéndome… pero puedo hacer algo más rápido que moverme.

Conjuré de golpe una capa de agua a mi alrededor, intentando seguir expandiéndola en todo momento, pero sentía como iba volviéndose cada vez más delgada sin importar mis esfuerzos.

Luego de cinco segundos de forcejeo continuo, se detuvo.

Dejé caer la capa de agua que me rodeaba e intenté entender un poco lo que había a mi alrededor.

De lo poco que podía ver a través de la densa capa de vapor, la biblioteca había sido completamente demolida a mí alrededor. De seguro las estanterías más lejanas estarían bien, pero todo lo que estaba cerca de mí no era más que cenizas y restos quemados de cosas indistinguibles entre sí sin importar lo que hubieran sido inicialmente.

— No hay forma de que eso sea suficiente, no?— Escuché decir a una voz inhumana — Dónde estás, pequeña maga?—

Entonces, pude escuchar un chasquido, y desde el mismo lugar del que vino ese sonido, un gran remolino arrasó con el vapor, dejándome ver todo el campo de batalla.

El lado de la habitación en el que me encontraba había sido devastado por el fuego, tal como había visto antes. Pero el otro lado era totalmente lo contrario.

En ese lado, todo había sido congelado parcialmente o atravesado por lanzas de hielo. Solo un lugar era relativamente diferente.

En ese lugar, como si un cañón hubiera sido disparado, Kurai estaba de pie con los brazos cruzados. Pequeños fragmentos de hielo estaban enterrados en distintos lugares de su cuerpo, pero si fue atacada con esas monstruosas lanzas de hielo… de seguro, ya había logrado mucho.

Si podía hacer algo como esto, no tenía el espacio para pelear como lo hago usualmente.

…No es realmente necesario moverme para conjurar algo, pero muchas veces la fuerza de esos movimientos ayuda a crear una mejor imagen de lo que hago. Puede sonar algo tonto, pero ahora voy a ir con todo.

Tengo que detenerlo ahora.

Moví los brazos hacia mis costados y separé cada uno de mis dedos. Esto es como dirigir a una orquesta, todo tiene que tener su tiempo.

Moví un dedo.

Docenas de agujas de hielo volaron.

Moví otro.

Pequeñas rocas afiladas viajaron por el aire fundiéndose con el hielo.

Moví una mano.

El aire en la habitación se convirtió en viento y todos los fragmentos elementales aceleraron al límite.

Sacudí mis brazos con fuerza!

El suelo de la biblioteca cambió forma para ser mi espada y mi escudo en el aire.

— Ya deberías saber que también puedo hacer eso — Dijo el demonio antes de imitar mis movimientos. Pero algo así da igual, no es suficiente.

Corrí hacia un lado. Mientras no me golpee, puedo ganar esto.

Cada vez que movía mis brazos un pilar de roca se curvaba como si estuviera vivo y atacaba al demonio. Con cada movimiento de mis dedos los fragmentos elementales volaban por los aires e intentaban cortar y atravesar al demonio… Pero todo era bloqueado.

Al igual que yo podía hacer eso, el demonio podía copiarlo.

Los pilares de roca chocaban por toda la habitación mientras los fragmentos volaban y explotaban intentando penetrar los muros que se elevaban por doquier.

Ninguno de los dos lados podía avanzar, pero yo no estaba sola.

Ataqué una vez más con mis pilares de roca mientras evitaba los ataques que venían por todas direcciones. Por supuesto, el demonio lo bloqueó fácilmente con otro pilar, pero eso era a lo que estaba apuntando.

— No te olvidas de algo?—

Desde un costado del demonio, Kurai había disparado una bola de fuego directo a su rostro.

— No puedes dañarme, eso ya lo sabes —

Sacudió su brazo con desdén y el ataque de Kurai desapareció sin dejar rastros… es lo que debió haber pensado en ese momento.

— Claro que puedo!—

Pero justo detrás de la bola de fuego apareció Kurai con un puño extendido.

El demonio lo evitó, pero Kurai logró subir a la misma plataforma en la que estaba.

— No deberías olvidar que es un dos contra uno — Le dije desde mi propia plataforma a la distancia.

—……— No respondió nada, pero se veía claramente irritado.

Desde este punto sería más fácil, aunque no podía usar el mismo método de ataque de antes para no dañar a Kurai por accidente, el demonio tampoco podía copiarlo por tener a Kurai encima.

Ni siquiera yo puedo usarlo sin concentrarme al límite, una simple copia tampoco debería poder hacerlo.

Kurai siguió atacando a corto alcance mientras yo la apoyaba a larga distancia, poco a poco hicimos retroceder al demonio hasta que tuvo que saltar de vuelta al suelo.

Se veía enojado y la temperatura a su alrededor comenzaba a ascender… Entonces, pareció darse cuenta de algo y su expresión volvió a una calmada.

No sabía qué era lo que había descubierto, pero no podía dejarlo hacer lo que quisiera.

— Kurai, terminemos con esto!—

— Sí!—

Kurai saltó de la plataforma directamente hacia el demonio, este no se movió ni un poco de su lugar e incluso retrajo las llamas que lo envolvían antes. Algo estaba mal.

Preparé un par de púas de hielo arriba de mí y las moví para atacar a los costados del demonio.

Aun sin moverse su lugar, evitó la mayoría de las púas y recibió las demás, como si fuera más importante quedarse ahí que el daño que fuera a recibir. Algo estaba realmente mal, como una trampa.

— Kurai, espera un poco — Le dije.

Kurai se detuvo un poco antes de llegar al demonio, pero en su cara podía ver que se preguntaba por qué le había dicho eso. Miraba en mi dirección de reojo aun sin dejar de vigilar al demonio.

Él, solo sonrió un poco.

— Mala decisión pequeña maga —

Y entonces, como si fuera la explosión de un volcán, llamas azules surgieron de su cuerpo y la envolvieron firmemente alrededor de él.

Con un movimiento como si diera un paso ligero hacia adelante, saltó y en un momento estaba frente a mí. Reaccioné por poco a poner mis brazos frente a mi rostro e invocar un escudo de hielo, pero todo fue inútil y pude ver como un puño cubierto de llamas azules atravesaba el escudo como si no estuviera ahí y golpeaba mis brazos.

El mundo se sacudió a mí alrededor y de repente, estaba en el suelo. Podía ver a Kurai al otro lado de la habitación con el demonio rodeado de llamas azules cerca. No podía entender lo que acababa de pasar.

— Tsu!— La voz de Kurai me devolvió a la realidad.

El demonio se preparó para saltar otra vez, soy demasiado lenta para evitar esa velocidad ridícula…!

Sin un momento más para pensar, me impulsé hacia un lado con un pilar de roca. Pude escuchar como explotaba a mi lado ni siquiera un segundo después de haber salido de ese lugar.

Entonces, sin preocuparme por el estado de mi cuerpo, cree otro pilar que me disparara hacia donde estaba Kurai.

— Kuh…!— Dejé salir un quejido.

El dolor fue bastante, pero los restos de rocas volando por todas partes luego de haber sido disparada me decían que había sido la elección correcta.

Intenté levantarme, pero mi brazo derecho no se movía. Usé mi brazo izquierdo para moverme y pude ver a Kurai de pie frente a mí.

— Apóyame desde ahí Tsu — Dijo ella — Si la detengo puedes terminar la pelea?—

Un poco más allá, el demonio se levantaba de entre un montón de rocas que antes eran el pilar que me llevó hasta acá. Ya es un todo o nada, eh.

— Puedo intentarlo al menos… tengo algo que puede funcionar —

— Entonces la detendré para ti —

El demonio se preparó y volvió a saltar.

Tal como antes, fue como si se hubiera disparado de un cañón y llegó ante nosotros con una velocidad estúpida.

Kurai recibió de llenó el golpe en el estómago, pero lo resistió y tomó el brazo del demonio.

— No es suficiente!— Gritó el demonio intentando zafarse.

— Eso NO te pertenece!— Respondió Kurai con su propio grito.

El fuego de Kurai cambiaba de su color normal a azul como una luz parpadeando.

Me pude de pie y extendí mi brazo izquierdo. Vamos, una última vez.

— Eso es suficiente, muévete Kurai!—

Cree un círculo mágico en mi mano, el único círculo mágico complejo que conozco en realidad. Algo que no he usado nunca y que solo he visto una vez. Si funciona, este es el final.

Kurai se movió del camino y el demonio intentó saltar a un lado con su velocidad monstruosa, pero…

— Esto no es algo que puedas esquivar — Dije, dejando salir lo que pensaba — Ahora, esto es el final —

Antes de que pudiera moverse del camino.

Antes de que pudiera terminar de hablar.             

Antes de que fuera posible siquiera escuchar a mi hechizo teniendo efecto…

Un cilindro de luz, si es que no era puramente poder mágico, fue disparado de mi mano.

Era el hechizo que Ayuko había usado contra el ejército de afuera… no era una copia perfecta, pero debería tener suficiente poder para terminar con este demonio.

La luz del hechizo llenó la habitación y me cegó por un momento, lo usual con esta clase de ataques.

Cuando volví a ver… no había tanto cambio en la habitación.

De seguro el de Ayuko habría podido volar el piso, pero el que acababa de usar por poco había dejado una marca. De todas formas, las estanterías que seguían en su lugar luego de toda esta pelea habían caído finalmente y el demonio estaba al otro lado de la habitación, colapsado en el suelo.

Quizás porque se había quedado sin energías, o finalmente estaba muerto, ahora había vuelto a su forma original, aunque sin esa barrera extraña que evitaba el reconocimiento.

Allí en el suelo, podía ver a una chica… un chico… probablemente no tenía un género para empezar. No llevaba ropa encima, pero de algún modo se sentía como si eso fuera lo correcto para esta criatura. No parecía tener más de unos 18 años, pero a la vez se sentía más joven y viejo de todas formas. Su piel era de un tono oscuro que resaltaba con sus ojos amarillos ahora cerrados, y su cabello blanco que llegaba hasta casi su cintura se dividía en el lado izquierdo por el cuerno que crecía a un costado de su cabeza.

Era un demonio, eso estaba claro. Pero se sentía como otra criatura a la vez…

— Parece… parece que terminó — Dijo Kurai, sosteniendo el lugar donde fue golpeada por el demonio — Estás bien?—

— Haah… Eso debería preguntártelo a ti…— Respondí — Creo que mi brazo derecho está roto… y mi mano izquierda…—

Levanté mi mano… estaba bastante quemada. Solo era la superficie, pero definitivamente dolía.

— Yo aparte de mi estómago estoy bien, solo tengo rasguños — Luego de decir eso, ella tosió un poco y en su mano quedaron residuos sanguinolentos.

—…En serio estás bien?—

— No voy a decir que estoy en perfecto estado pero… en definitiva no es nada serio —

Comencé a curar mi mano izquierda con el hechizo que me enseñó Ayuko y apunté con mi cabeza hacia el demonio al otro lado de la habitación.

— Y qué hacemos con eso?— Le pregunté a Kurai.

Al inicio necesitábamos saber dónde estábamos y cómo volver con los demás, pero ahora… quizás es demasiado peligroso dejar a un demonio así dando vueltas. Si nos hubiera enfrentado a todos a la vez… probablemente hubiera tenido demasiados poderes para ganar.

—…Quiero preguntarle un par de cosas?— Respondió ella.

Me sentía un poco incómoda con dejarlo vivo, incluso si solo era un rato… Pero por ahora haré lo que dice. De todas formas no se siente como si pudiera hacer mucho más.

Caminamos hasta el otro lado de la habitación, donde el demonio reposaba en el suelo. Creé un poco de agua sobre su cabeza y la dejé caer para despertarlo, funcionó sin problemas.

— Lo primero sería…— Kurai se inclinó sobre el demonio — Tú nombre —

—…Eh? No estoy…— Murmuró el demonio.

— Tu nombre, dinos tu nombre — Repitió Kurai.

—……— Parecía reticente a hablar y a la vez, se veía cansado, sin energías — Soy Doppel, general del ejército de Caith Sith…—

General…

— Entonces Doppel… Un movimiento en falso, y eso será lo último que hagas — Le dije — No lo diré dos veces así que no tientes tu suerte —

Tenía que dar la advertencia, necesitábamos información, pero no podemos dejar que un general escape, menos aún uno que podría traer tantos problemas.

No respondió nada, solo me miró en silencio.

— Segunda pregunta, por qué no me mataste?— Preguntó Kurai.

— A qué te refieres…?— Respondió el demonio.

— Cuando estabas disfrazado de Tsu, no necesitabas advertirme de tu ataque — Dijo ella — Claro, solo dijiste mi nombre, pero eso fue suficiente… Y sabías lo que estabas haciendo —

—……—

Eso… había ocurrido algo así cuando nos separamos….?

— Necesito que me respondas esta pregunta — Siguió Kurai.

— No te importa saber dónde estamos o cómo salir…?—

— Primero quiero saber esto, el resto puede esperar —

—……— Parecía incómodo con la pregunta, o tal vez… avergonzado — Ella es tu amiga… no?—

Eh?

— Sí, qué pasa con eso?—

— Eso es suficiente —

Solo eso… para que no pensara que la había traicionado? Malgastó su oportunidad solo por eso!?

—…Oye, Tsu — Kurai se giró hacia mí hablando en voz baja — Este demonio… no merece morir —

— No es que no entienda lo que estás pensando pero… es una amenaza — Respondí.

— Eso…— Kurai se detuvo un momento y volteó hacia el demonio otra vez — Vas a interferir si te dejamos ir?—

Fue y le preguntó directamente.

Da igual, no hay forma de que le acepte algo así.

—…Supongo — Respondió el demonio — No puedo pelear más y ya me ganaron…—

Kurai parecía convencida…

— No va a mantener su palabra! No te lo puedes estar tomando en serio, verdad?—

— Yo creo en lo que dice… Y si llega a pasar algo malo por culpa de hacer esto, puedes matarme junto a él — Dijo Kurai con una mano en su pecho.

—……No es solo un demonio cualquiera Kurai, es un GENERAL!— Respondí apuntando al demo-…nio?

Pero ya no estaba allí.

— Y el demonio…?—

—…No tengo la menor idea —

En el lugar donde estaba antes, ahora solo había un objeto circular, una especie de insignia.

— Supongo que ya no importa…— Le dije a Kurai — Ahora, qué será esto?—

Me incliné y recogí la insignia del suelo. El símbolo tallado en ella… creo haberlo visto antes.

— No es el símbolo en los estandartes del castillo?— Dijo Kurai.

— Podría ser… No había que insertar algo circular en el pedestal de antes?—

— Solo podemos probar, vamos?—

— Ah, adelántate — Respondí — Voy en un momento —

Tengo algo que quiero hacer aquí antes de irme.

Mientras Kurai volvía usando el pasillo por el que llegamos, yo caminé hacia uno de los bordes de la habitación. Allí, entre una pila de libros que habían caído durante la pelea, estaba lo que estaba buscando.

[Sobre el Imperio de la Llama Sagrada y la familia Aruki]

Puede que no sea el momento, pero no quiero dejar pasar este misterio.

Lo guardé en un bolsillo de mi ropa. Era incómodo, pero realmente no quería dejarlo. De todas formas, si todo sale acorde al plan no debería tener que pelear contra alguien muy fuerte ahora.

Me apresuré a volver con Kurai que ya había llegado a la habitación con el pedestal.

— Todo listo — Dije al llegar — Encaja?—

— Eso creo, estaba esperando a que llegaras por si era algo instantáneo — Respondió ella.

— Hmm, bien pensado —

— Antes de que lo olvide — Dijo Kurai — Lo que había dicho antes sobre ese demonio… eso sigue en pie. Si pasa algo, yo tomaré la culpa —

Luego de eso, ella insertó la insignia en el pedestal.

Una luz surgió del lugar donde estábamos de pie y cuando abrí los ojos estaba en otro lugar.

Era otra habitación pequeña, pero el ruido del combate a través de los muros me decía que este era el lugar correcto.

— Hay que encontrarse con los demás — Le dije a Kurai.

Pero no tuve una respuesta.

— Kurai…?— Me voltee, pero… ella no estaba ahí.



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Categorías: Héroes penosos