Capítulo #13 – Cambio de planes

Qu…

— Qué pasó aquí…?—

Tsu dejó salir esas palabras que representaban los pensamientos de todos en el lugar.

— Un ataque, lo de siempre, pero también algo más supongo… De cualquier forma, lo podemos hablar en el barco — Respondió Krim mientras se levantaba de la pila de cadáveres.

— Traje el agua…! Eh? Llegaron antes de lo que esperábamos — La voz de Bow se escuchó a la distancia.

Ella venía trotando hacia nosotros con un balde de agua en las manos, ella no tenía heridas, pero se veía claramente cansada y con ojeras, como si no hubiera dormido bien en los últimos días.

— Ya no necesito el agua, nos vamos — Dijo Krim — Ah, quemen los cuerpos por favor. No sería bonito si se extendiera el miasma por esto —

Entonces procedió a subir las escaleras del barco sin decir nada más, Bow lo siguió un momento después luego de dejar el balde a un lado.

Cómo se supone que interprete todo esto…?

Tanta gente muerta… Esto… esto es nuestra culpa, no pudimos llegar a tiempo…

Toda la ciudad está muerta… no podía ver ni siquiera una persona viva en las cercanías. Podría haber sido diferente si hubiéramos llegado antes…?

— Debería… debería hacer lo que Krim dijo — Kurai dio un paso adelante — Vayan primero… no quieren estar aquí para oler esto —

Ella parecía estar recordando algo desagradable… no puedo dejarla sola ahora.

— No, te acompañaré — Le dije.

— Entonces yo-…— Comenzó a hablar Ikaros, pero no la dejé terminar.

— Ikaros, prepara un lugar para que Bow y Krim puedan descansar. Tsu, encárgate de las heridas de los dos junto a Ayuko —

Les voy a evitar esto, no voy a dejar sola a Kurai, pero no es algo que deberían experimentar.

Las dos parecían reacias a irse, pero finalmente se dieron a la vuelta y subieron la escalera al barco.

Luego de que se fueran, Kurai me miró fijamente, lo siento pero no voy a ningún lado. Después de unos segundos de eso, ella suspiró y dijo:

—…Entonces, voy a empezar —

Ella extendió sus manos y liberó una gran ola de fuego que envolvió a la pila de cadáveres entera, pero sorpresivamente, no parecía estar quemando nada más.

— No te preocupes por el fuego, no se va a extender — Dijo ella en un tono frío… no, melancólico.

No tomó mucho tiempo para que solo quedaran huesos quemados y cenizas. En cuanto al olor… realmente no es algo que quieras sentir dos veces.

Después de terminar con eso subimos al barco para reunirnos con todos, fijamos el curso hacia el sur. No había nada en particular en esa dirección, solo queríamos alejarnos de este lugar.

Encontramos a los demás sentados alrededor de la mesa en el comedor, Krim estaba sentado con una expresión malhumorada y cansada, frente a él había un vaso a medio llenar con agua. Bow estaba durmiendo sentada a su lado, con la cabeza apoyada en él y abrazando su brazo.

El ambiente estaba tenso, toda la atención estaba en Krim hasta que llegamos. Nos sentamos rápidamente en cualquier lugar que estuviera vacío y todos volvieron a centrarse en Krim.

— Ahora que estamos todos…— Comenzó a hablar Krim — No, antes de eso. No creciste un poco Vincent?—

— Ah… Sí, estuve dos años entrenando en otra dimensión. Dejando eso de lado-…—

— No puede simplemente dejar eso de lado! …Ugh, aunque es cierto que podemos hablarlo luego…—

— Krim… Qué pasó en esa ciudad?—

Él se quedó en silencio un momento y tomó un poco de agua.

— Los demonios atacaron… Bueno, eso ya lo sabían, lo importante es el por qué atacaron aquí tan de repente —

Hmm… bueno, había uno de los cinco héroes, y de todas formas los demonios son enemigos de los humanos. No sé qué tiene de raro.

— Hay dos cosas que no tienen sentido — Siguió él — Primero, ellos atacaron porque uno de los cinco héroes estaba aquí —

…Un momento.

— El problema con eso es simple, cómo sabían ellos que estaba ahí?—

Todos en la habitación se sobresaltaron en mayor o menor medida. Yo no era la excepción.

Para que algo así pasara tendrían que saber quiénes son los héroes y dónde están. El tema de la identidad no es tan raro siendo el mismo Caith Sith su líder, pero el lugar…

—…Y segundo —

Pero no acababa allí.

— No eran simplemente un escuadrón o algo así, era un pequeño ejército —

Esta vez el revuelo fue menor, pero para los que sabíamos de los movimientos de los demonios en los años recientes no era lo mismo.

Miré a Ikaros y ella asintió con la misma expresión de confusión que yo tenía.

— Hasta ahora solo habían atacado con grupos más pequeños, que aunque no eran pocos, no podían ser llamados un ejército. Como los que enfrentamos en el pueblo que protegía Bow por ejemplo —

Sí, siempre habían sido menos, por eso un grupo pequeño de personas fuertes podía proteger a los pueblos y ciudades sin tantos daños.

Aunque no sé la razón.

— He sido parte de varias batallas contra los demonios ayudando a ciertas ciudades mayores con otros aventureros así que tengo un poco más de información de esto que la mayoría. Para decirlo en pocas palabras… las puertas por las que entran a nuestro mundo no tienen capacidad para tantos demonios —

En otras palabras, esta vez vienen con todo. No conocemos los medios, pero están usando todas sus fuerzas.

— Durante el asedio a esta ciudad… cuando aún era una ciudad, pudimos capturar a un demonio de un rango más alto que el resto y obtuvimos algo de información —

Se detuvo una vez más, parecía estar eligiendo sus palabras. Me miró por un momento, y luego continuó.

— Para empezar, hay humanos trabajando con los demonios —

Apreté mis manos hasta que sentía como si fuera a romper mis huesos. Malditos traidores… Provocando tanta muerte… y para qué?!

Quizás hasta tenemos a un traidor entre nosotros, alguien como…

— Antes de que digas algo Vincent, Bow estaba tan sorprendida como nosotros, así que ahórrale las molestias, quieres?—

—…Sigue siendo una demonio, no deberías bajar la guardia con ella —

— Sé que tienes un pasado de mierda con los demonios, pero intenta ver lo que tienes delante un poco quieres?—

Me levanté de golpe y mi silla cayó al piso.

— Atrévete a decir eso de nuevo!!— Grité mientras apuntaba a Krim.

— Ha! El niño me intenta amenazar — Él movió a Bow tranquilamente y se puso de pie — Quieres llevarlo afuera entonces?—

Pero antes de que pudiera responder, el barco se inclinó hacia un lado por un momento, como si algo acabara de caer con fuerza en un costado de la nave.

Todos nos movimos rápido hacia la cubierta, dejando a Bow durmiendo en su silla.

Allí encontramos una mochila abultada y la mano de alguien afirmándose desde el exterior del barco.

Todos estábamos en guardia esperando que usara la fuerza de su mano para levantarse y subir a cubierta pero… entonces sucedió.

Iba en contra de cualquier lógica que puedas imaginar, era algo total y completamente estúpido, ridículo, impensable… algo ilógico…

De un momento a otro, el barco bajó. Sin más. Su altitud se redujo.

Y la mano… no, la persona que estaba afirmada del barco, subió y dio un paso en el barco.

Era un sujeto extraño de pelo plateado cubierto por una túnica oscura. En su rostro resaltaba una gran sonrisa.

Luego de eso, con todos nosotros aún congelados por la irrealidad de la situación, esa persona abrió la mochila. Dentro se podía ver una armadura oscura y tenebrosa, parecía como si todo el mal del mundo viniera de ella.

— Ah, esta no es mi mochila — Dijo él y la lanzó por la borda.

Entonces se levantó y miró a alguien entre nosotros.

— Buen trabajo encontrándolos a todos Ikaros — Dijo él.

Eh? Ikaros?

Me di la vuelta para mirarla, su expresión se iluminó de repente.

—…Daemon?—

Era real…?!

— Así es Vincent, soy real —

…?!

— Miren quiénes están aquí! Los cinco héroes penosos y los niñitos de papá —

Los cinco somos nosotros, pero lo niñitos de papá… Atsuya y Ayuko?

— Quién eres?— Krim dio un paso adelante y lo apuntó con su espada.

— Cállate traidor!— Respondió Daemon — Nah, es broma —

Entonces, él hizo una reverencia exagerada y continuó.

— Me llamo Daemon, K les puede decir mejor quién soy —

K…? Así le llama a Ikaros? …Pero por qué?

— Entonces… Daemon, qué quieres con nosotros?— Preguntó Krim. Su postura ya era una de combate, no solo una de amenaza.

Si él sigue así… definitivamente terminará en una pelea. Sus brazos parecían preparados para atacar.

— É-él no es un enemigo!— Ikaros se paró delante de Krim con los brazos extendidos — Él me ayudó a aprender a volar y a encontrar el barco —

— Y además, seré su guía — Dijo Daemon mientras avanzaba hacia nosotros.

Krim bajó su espada y avanzó, moviendo a un lado a Ikaros.

— No. Necesitamos. Un guía — Dijo él.

— No que ustedes sepan, no —

— Dices que sabes algo que nosotros no?—

— Sí, pero no lo sabrán apreciar — Él se inclinó hacia un lado y se encogió de hombros mientras seguía con esa inquietante sonrisa — No voy a molestar mucho —

— Baja del barco — Krim preparó su espada y se rodeó de electricidad — No lo diré dos veces —

— La violencia solo trae más violencia, Krim — Fue lo único que él respondió.

Krim se detuvo, algo era extraño pero no estaba seguro de qué… algo…

— Daemon…?— Pero una voz dijo su nombre detrás de nosotros.

Me voltee a ver, pero solo podía ser una persona.

— Qué haces aquí, Daemon — Dijo Bow mientras caminaba hacia él, se veía enojada.

— A mí también me alegra verte hermanita —

Herma-…!?

Entonces él también es un demonio!!

— No te preocupes, soy igual que Atsuya y Ayuko…— Dijo Daemon, como respondiendo a mis pensamientos.

Ellos también son demo-…?!

—…Sin papás!—

— Haa… Dices que eres un hijo adoptivo de Caith Sith entonces?— Dijo Krim bajando su espada — Debería asumir que eres humano?—

Bow se escondió detrás de Krim y miraba a Daemon con enojo, quizás incluso ira.

— Él no es humano, tampoco un demonio — Dijo ella.

— Sigues enojada hermanita?—

Él avanzó hasta estar justo frente a Krim y Bow.

— Te di la oportunidad de irte de ese lugar y alejarte de ese-…—

 SLAP.

La mano de Bow estaba roja al haberle dado una cachetada con toda su fuerza a Daemon.

— Si no lo consideras tu padre aún con todo lo que hizo por ti… ese es tu problema. Pero no te atrevas a hablar de él frente a mí —

Todo estaba en silencio. Bow se dio la vuelta con lágrimas en los ojos.

— Estaré adentro… no quiero ver a esta persona —

Y ella desapareció al interior del barco.

— De todos modos Caith cayó por su propia debilidad — Dijo Daemon, con su sonrisa inmutable ante lo que acababa de pasar.

— Ehh… Daemon…— Ikaros se acercó a él — Estás bien?—

— Heh, ya se le pasará. Así son los niños —

Escuché un suspiro y pude ver a Krim más calmado… No, más frío.

— Ikaros, es seguro dejarlo aquí? No tenemos más tiempo para esto — Dijo él.

— Sí, yo confío en él —

—…Esta vez — Tal como Bow, comenzó a caminar hacia el interior del barco — Hay que terminar la conversación de antes —

Caminamos en silencio de vuelta a la mesa, esta vez con Daemon atrás. Cuando llegamos, Bow no estaba en ninguna parte.

— Terminemos con esto rápido, quiero ir a dormir — Dijo Krim mientras se sentaba — Recapitulando, un ejército atacó porque un humano les dijo que yo estaba ahí, simple —

Apoyó el mentón en la mesa claramente cansado de todo.

— Al final, de todo lo que sacamos del demonio que capturamos es que Caith Sith trajo su castillo entero a este mundo, ahora mismo está en la cima del Monte Pírico —

Si su castillo está aquí…

— Eso significa qué…!— Dejé salir mis pensamientos en voz alta por la sorpresa.

— Ya lo notaste Vincent. Sí, él tiene a todo su ejército aquí, listo para atacar en cualquier momento —

— Ah, entonces los tres generales deben estar ahí también — Dijo Daemon.

…Generales?

— Qué generales?— Le pregunté.

— Los tres más fuertes después de Caith, son su grupito especial o algo así —

— Qué tan fuertes son?—

— Hmm… si fueran dos de ustedes por cada uno deberían estar bien —

— Mi padr-… Mikazuki Aburo, es él uno de esos generales?— Preguntó Tsu.

— Quién sabe —

— Pero tú…!—

— Ignóralo Tsu, de todas formas no deberían confiar en lo que dice — Intervino Krim.

— Ah, y también va a estar un amigo. Quizás pase a saludarlo luego — Dijo Daemon, antes de volver a cerrar la boca. Sin importar cuánto le preguntamos, no dijo nada más al respecto.

— Haaa… siguiendo con el tema, qué quieren hacer al respecto? Si los dejamos muchas ciudades caerán, pero no tenemos los medios para detenerlos tampoco — Luego de rendirse con Daemon, Krim continuó la conversación.

— Aun así…! No podemos simplemente dejarlos!— Dije yo, una vez más levantándome de mi asiento.

— Sí, sí. Sabía que dirías eso, pero recuerdas lo que pasó hace unos días en el mar? Ah, supongo que para ti es hace unos años…—

— Terminó completamente mal — Dijo Daemon.

— Ah, porque obviamente lo viste al igual que todo lo demás. Si no vas a decir nada relevante cállate quieres?— Le respondió Krim.

— En algún momento tu osadía te llevará a la muerte, sabes? Pero tranquilo, es algo bueno~ —

— Debería tomarlo como una amenaza?—

— Quién sabe — Luego de decir eso, Daemon puso sus manos detrás de la cabeza y se reclinó en el asiento, apoyando sus piernas en la mesa.

Krim se veía como si fuera a desenvainar su espada en cualquier momento… otra vez.

— Ehm… Creo que deberíamos hacer un ataque rápido — Dijo Kurai — Yo tampoco creo que podamos ganar ahora, pero es cierto que tenemos que hacer algo, y eso evitaría que Caith hiciera algún movimiento apresurado —

— Eso no es una buena idea, hay un ejército y aun si los atravesamos no tendríamos un modo de salir luego — Respondió Atsuya.

— Somos un grupo pequeño, podemos escabullirnos de algún modo u otro!— Siguió Kurai.

— No me uní a ustedes para una misión suicida, sin un modo de salir no voy a dejar que hagan algo así —

—Daemon… nos puedes ayudar?— Preguntó Ikaros.

— No — Fue todo lo que dijo él.

No esperaba más de todas formas, pero… un modo de salir, eh.

— Y qué tal si tenemos un modo de salir?— Le dije a Atsuya.

—…Si hubiera algo así supongo que podría funcionar —

Heh… Parece que es mi momento de brillar. Pero esperemos un momento… el suspenso lo hará todo mejor!

Sonrío y desvío la mirada para ganar su atención.

Luego cierro los ojos y me preparo para decirlo… unos momento más y-

— Si tienes algo solo dilo — Krim me interrumpió.

…Sí, arruinó el momento.

Lo que sea…

—…Puedo abrir agujeros a otras dimensiones, hay un par a las que podemos ir sin problemas y luego volver a algún lugar lejano — Respondí, aunque algo desanimado por haber perdido mi momento.

— Cómo funciona eso…? No estás bromeando, verdad?— Krim no parecía convencido.

— No es tan complicado realmente, es solo cosa de modificar un poco el espacio para que sea similar al del espacio del otro lugar. Luego de eso se abre una conexión por si sola mientras mantenga la señal igual —

—………Qué clase de persona te enseñó a hacer algo así?—

No solo Krim, todos parecían sorprendidos esta vez… excepto Daemon. No es tan difícil realmente, no?

— Dijo que era el dios del espacio tiempo —

—…Bien, dejando eso de lado, no puedes conectar con una dimensión con mucha energía eléctrica o algo similar?—

— Hmm… Tengo la señal de una así, pero para qué? No podemos escapar hacia allá, moriríamos —

Tengo un par de dimensiones así guardadas para atacar de modos inesperados en caso de ser necesario, pero para qué necesitaría algo así? Su habilidad tiene que ver con electricidad, así que quizás…

— Puedo tomar la electricidad y convertirla en energía que puedo usar, si es una dimensión entera… para qué hablar de Caith Sith, nadie se me podría oponer por un tiempo — Dijo Krim con una sonrisa confiada.

Como pensaba… Aun así, sin importar como suene, tomar energía externa y transformarla en maná no es fácil sin importar la compatibilidad, que esté tan confiado… Quizás deberíamos intentarlo.

— Pero… puedes con tanta energía? Incluso podrías morir por la sobrecarga…— Intervino Tsu.

— Quizás. Pero no es algo que fluya sin más, sabré cuando detenerlo —

— Un quizás no es suficiente, no pued-… podemos, permitirnos perder a nadie — Dijo Kurai.

Eso es cierto… pero tampoco podemos dejar que Caith Sith haga lo que quiera…

— Y no podrían simplemente cerrar el agujero a la otra dimensión sí parece estar haciéndole daño?— Preguntó Atsuya.

— Ah!—

— Oh…—

— Existía esa opción…—

Las reacciones eran diversas, pero ciertamente eso hacía esa opción más segura…

—…Cómo podemos asegurarnos de que vaya a funcionar?— Volvió a preguntar Kurai.

— Entonces se supone que vamos a dejar que cientos de personas mueran por la pequeña posibilidad de que falle? Esperas a que tengamos el poder de un dios omnipotente antes de atacar?— Pero Krim la siguió presionando.

— N-no, lo que digo-…!—

— Kurai — Krim la miró directamente a sus ojos — Puedo hacer esto —

Ella desvió la mirada y se sentó sin decir nada.

— Alguien más tiene algo en contra?— Siguió él.

Nadie respondió.

— Bien, ahora que eso está decidido, podemos pasar a planear todo con más detalle —

Luego de eso hablamos en detalle sobre cómo íbamos a entrar al castillo. Gracias a Krim teníamos un modo de derrotar a Caith Sith, pero aún estaba el ejército antes de eso.

Al final, decidimos que Atsuya y Ayuko detendrían al ejército junto a Daemon, aunque nadie esperaba que él hiciera algo, por lo que básicamente estaban por su cuenta.

Los cinco restantes y Bow iríamos a derrotar a Caith Sith y a sus tres generales en caso de ser necesario.

Estábamos listos para ir a detener al Rey Demonio Caith Sith, y a la mañana siguiente, partimos a la batalla.


Era el momento.

La nave se detuvo detrás de una montaña y descendió hasta casi el suelo, quedando oculta entre los árboles. No era algo que nos gustara hacer, ya que quedaba a merced de cualquiera que la encontrara, pero tiempos desesperados requieren medidas desesperadas.

Así como no teníamos intenciones de sacrificar la vida de nadie durante este ataque, tampoco teníamos intenciones de sacrificar el barco que nos había acompañado durante años. Por eso descendimos a una distancia razonable del castillo de Caith Sith, desde este punto, caminaríamos hacia el Monte Pírico, donde estaba actualmente.

No hubo mucha conversación durante el camino, todos estábamos demasiado tensos como para decir algo… Bueno, todos menos Krim, él parecía tranquilo frente a esto. Quizás demasiado tranquilo siendo que él era la pieza clave de nuestro plan.

Poco a poco el ruido iba aumentando, hasta que finalmente, pudimos ver a su ejército.

Era un mar interminable de demonios, desde criaturas no tan diferentes de un humano, hasta monstruosidades del tamaño de un elefante. Había criaturas voladoras dando vueltas por el cielo y torres que parecían tener vida propia. Y sobre todo eso, un castillo macabro robaba toda la atención, parecía como si hubiera consumido la montaña misma y una presencia maligna se podía sentir desde la distancia… no, quizás solo estaba asustado, asustado de esta pelea que no estaba seguro de poder ganar.

— Hora de empezar el plan — Dijo Krim mientras me daba una palmada en la espalda — Asustado niño?—

— Ya te dije que no me llamaras niño…—

— Entonces… qué tal si te llamo Vince?—

— Suena bien — Volví a mirar al ejército — No tienes miedo?—

— Hmm… No te voy a decir que me he enfrentado a cosas peores o algo así, estaría mintiendo, pero vamos a ganar, así que no. No tengo miedo —

…De algún modo, me sentí mejor.

— Realmente van a estar bien?— Les pregunté a los encargados de detener a todo ese ejército.

— Ya te dije que está bien, algo como esto no nos va a costar nada — Dijo Atsuya — Cierto, hermanita mía?—

— Hm. Podría detenerlos sola — Respondió Ayuko.

También parecían confiados… pero sus voces los delataban, ellos también estaban nerviosos, pero de seguro ellos también, sentían que podían lograrlo.

— Cuando llegue voy a pasar a la cocina, espero que no se hayan comido ese pastel~ — Dijo Daemon.

Como siempre, era un sujeto incomprensible. Lo conozco desde hace solamente un día y puedo entender que no vale la pena preocuparse por alguien como él.

— A qué te refieres?— Pero Ikaros le preguntó de todas formas.

— No lo entenderías —

Decidí ignorarlo.

Cerré los ojos por un momento… y… era hora.

— Todos listos?—

Miré a los demás. Recorrí con la mirada a todos en el lugar, con algo de suerte podría ver estos rostros una vez más luego de que todo terminara. En ese momento… me gustaría hablar más con ellos y vivir más aventuras, esta vez, con tiempo.

— Entonces…… Vamos!—

Comenzamos a correr hacia el ejército enemigo, Atsuya dijo que tenían un modo de atravesarlos a todos, pero no sé qué debería esperar…

Pronto, los soldados enemigos notaron nuestro acercamiento y comenzaron a moverse hacia nosotros con lanzas, espadas y alabardas levantadas. Detrás de ellos, filas de arqueros se estaban preparando. Sabían que íbamos a venir, eso o tienen un muy buen entrenamiento.

De todas formas, esto está dentro de lo esperado.

Los hermanos se adelantaron, acelerando a una velocidad impresionante.

En un instante Atsuya desenvainó su espada y dio un corte horizontal. No vi cómo lo hizo, pero cuando me percaté, todos los soldados que se acercaban habían sido cortados a la mitad. Sus cuerpos, ya partidos en dos, cayeron al suelo y poco a poco comenzaron a desintegrarse… No sé lo que hizo, pero da miedo.

Aun así, los arqueros seguían ahí.

— Atsuya — Dijo Ayuko.

— No te preocupes, estaré aquí contigo —

Esa niña, que no podría tener más de doce años, asintió y se detuvo, extendiendo sus manos juntas hacia adelante. De repente, una luz llenó mi línea de visión, un segundo después, un gran ruido llegó a mí, casi haciéndome retroceder.

Frente a mí. Destrucción.

Un rayo de energía pura atravesó todo, humanos, estructuras, árboles… lo que sea que estuviera en su camino fue destruido. Frente a nosotros ya no había soldados, los alrededores seguían repletos de ellos, pero justo frente a nosotros había un camino directo que llegaba al castillo con nada más que destrucción.

— Aun más — Dijo la niña(?) en voz baja.

Cruzó sus manos en direcciones contrarias, y como si rasgara el aire, las separo de una sola vez.

Entonces, una vez más pude ver algo que sobrepasó mi imaginación.

En los límites del camino de destrucción se levantaron dos muros de energía, y junto con el movimiento de los brazos de Ayuko, se movieron hacia direcciones opuestas, alejándose del camino. Los soldados, aun impactados por la visión del rayo mortal de hace un momento, fueron impotentes frente a los muros de energía y fueron disparados a la distancia, volando por el cielo o arrastrándose por el suelo a una velocidad que asegura el final de su vida.

Todo el campo de batalla había quedado en silencio.

— A… tsu… ya…—

Y esa niña, ella que había mostrado un poder más allá de un humano, comenzó a caer al suelo…

— Tranquilo, aquí estoy —

Pero antes de caer, su hermano, Atsuya, la detuvo.

— Vamos — Dijo él, sacándonos del trance en el que habíamos quedado atrapados.

Nuevamente comenzamos a correr hacia el castillo, esta vez a lo largo del camino que nos dejó Ayuko. En cuanto a ella, estaba siendo llevada inconsciente bajo el brazo izquierdo de Atsuya.

Los soldados enemigos, aunque heridos por haber sido lanzados lejos, ya se estaban recuperando y a punto de ir hacia nosotros. A la vez, los demonios voladores volaban hacia nosotros, pero antes de que llegaran a nosotros, todos caían cortados y desintegrándose gradualmente.

— No se preocupen por nada y solo corran — Dijo Atsuya — Desde adentro, estarán por su cuenta —

Ibamos a la mitad del camino, cuando de la nada, un rugido atronador nos detuvo en seco. Desde atrás del castillo surgió un dragón gigante con un demonio acorazado con una armadura oscura montándolo.

—…Ese no será tan fácil — Dijo Atsuya.

El dragón giró directamente en nuestra dirección, y cuando estábamos frente a la entrada del castillo, descendió frente a nosotros.

El caballero negro descendió de un salto del dragón y se paró frente a nosotros con una gran alabarda oscura en sus manos.

— Bienvenidos. Oh, héroes…— Dijo él — Yo soy uno de los tres generales de Caith Sith, Galdurr el inmortal! Ahora, prepárense para… Eh? Daemon?—

— Hola Galdurr, bonita armadura — Respondió él mientras comía un pastelillo que había sacado de quién sabe dónde.

— Tú! Te desafío a un duelo! Esta vez ganaré Daemon!!—

Sin prestarle atención a la situación, el caballero negro, Galdurr, se lanzó hacia Daemon con su alabarda en frente.

Su alabarda se dirigió directamente al cuello de Daemon, pero él simplemente sacudió su mano y el arma fue repelida como si nada.

— No quiero~ — Dijo él.

— Por qué?!—

— Estoy comiendo, y tengo mejores cosas que hacer —

— No es momento de comer!— Gritó Galdurr mientras agitaba su alabarda una vez más.

Daemon solo dio un paso atrás y levantó su mano para dar una mordida al pastelillo, pero al hacerlo, el pastelillo fue golpeado por la alabarda y cayó al suelo completamente destruido.

— Ah — Daemon se quedó quieto, como si hubiera sido congelado. Aunque esa sonrisa extraña de él seguía igual.

Galdurr también estaba quieto, pero de algún modo, parecía como si estuviera siendo detenido a la fuerza.

Daemon sacó su brazo de la capa que lo cubría, lo levantó y luego lo bajó con fuerza, y con un sonido suave, casi como si nada hubiera pasado, Galdurr estaba aplastado en el piso.

No estaba aplastado de un modo sucio con sangre y tripas por todas partes, no. Era como si su forma natural fuera la de un ser comprimido, pero sin duda, estaba muerto.

El dragón, notando la muerte de su maestro, rugió una vez más y se abalanzó hacia Daemon. Pero él, como si nada, lo golpeó con la parte de atrás de su mano, como espantando a un insecto… El golpe fue devastador y el dragón voló por los aires hacia el ejército de demonios.

Entonces, él se arrodilló en el lugar donde había caído su pastelillo y miró hacia el cielo.

Este no es alguien con quien quiera meterme en problemas. Jamás.

—…Estás bien?— Le preguntó Ikaros.

— Dicen que son tres generales, pero hay uno más. Enfréntenlos por separado — Dijo él, ignorando la pregunta de Ikaros — Y Krim, recuerda usar el anillo antes del final —

Se sentía triste, pero su sonrisa seguía ahí, tan incambiable como siempre… era incluso más extraño de lo normal.

—…Continúen por ahora, nosotros evitaremos que entren a molestarlos — Dijo Atsuya, logrando una vez más que saliéramos de nuestra confusión luego de presenciar algo ilógico.

 — Bien… Nos vemos luego de que termine todo — Dijo Krim antes de volver a moverse — Vamos Vincent, no te quedes atrás —

Seguimos avanzando, pero antes de entrar al castillo, Daemon habló una vez más.

— Kinami, recuerda que la Karesmundier no es solo una espada —

Luego de eso, entramos al castillo.

Avanzamos casi en línea recta a lo largo de un pasillo central, eliminando a cada demonio que intentaba detenernos sin mucho problema.

Finalmente, una gran puerta apareció frente a nosotros.

— Este es el final, eh… Vince, prepara el portal — Dijo Krim antes de avanzar hacia la puerta.

— Puedo abrirlo en cualquier momento, abre la puerta —

— Cuento contigo —

Con un movimiento de sus brazos y una explosión de electricidad, las puertas salieron disparadas hacia el interior de la habitación.

Era una sala decorada al extremo, con pilares gigantes y estatuas hacia donde miraras, en el centro de la habitación, una alfombra roja con un gran pentagrama dorado servía de camino hacia donde estaba él.

En un trono dorado, Caith Sith esperaba con una copa de vino en una mano.

Era definitivamente, la sala del trono del Rey Demonio Caith Sith.

— Cinco minutos y 48 segundos — Dijo él dejando la copa a un lado — Saben lo que significa ese número?—

Ninguno de nosotros dijo nada y seguimos moviéndonos hacia el centro de la habitación.

— Ese es el tiempo que demoraron en llegar hasta acá, los podría haber matado cientos de veces durante ese tiempo —

— Padre! Por qué haces esto?!— Gritó Bow.

— Padre? Una niña tonta como tú no tiene el derecho de hacerse llamar hija mía —

— Vincent, terminemos con esto — Dijo Krim con un tono helado.

— Terminarlo? Haha! Ni siquiera saben dónde están parados —

Entonces, una luz surgió debajo de nosotros. Era tan brillante que me forzó a cerrar los ojos. Voces confundidas sonaban a mi alrededor y las náuseas invadieron mi cuerpo.

Aún con los ojos cerrados sentía como todo cambiaba a mí alrededor de algún modo, y justo antes de que el cambio terminara, pude escuchar la voz de Caith Sith.

— Cuántos de ustedes podrán volver a esta habitación?—

Para cuando volví a abrir los ojos, estaba en otro lugar.



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Categorías: Héroes penosos