Hoy, por la mañana, sin el pleno uso de mis facultades normales a causa de privación del sueño; mientras miraba la sección de noticias en Facebook, me encontré con un post haciendo memoria de la muerte de Virginia Wolf.
No tengo idea de quién es Virginia Wolf.
Para ser francos, no viene al caso más allá de cómo murió, suicidio. Dicen que dejó una carta a su marido, claro, ya dije que no tengo idea de quién demonios es la tal Wolf.
Pero se suicidó, se arrojó a un rio.
Y ese es el punto, me cuesta creer como la gente muere ahogada en rios, salvo que sean infantes.
Pero lo que es curioso, y aquello que me lleva a redactar esto, es que yo mismo casi muero en uno.
Cuando era mucho más joven de lo que soy ahora, en unas vacaciones, fui a nadar a un rio.
Claro está, iba a chapotear, yo no sabía nadar. Pero la corriente me arrastró y yo me estaba muriendo. Al salir no sabía si sudaba, lloraba o simplemente estaba empapado. Gracias a un señor al azar me salvé.
Y eso es lo que me da mucha curiosidad, el hecho de ser incapaz de comprender como la gente muere así, aun casi habiendo muerto igual.Posdata: Aún no sé nadar.
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